Nuestro país en medio de un embargo económico, sin grandes riquezas naturales y a causa de otras cuestiones a las que no quiero referirme, de hecho, inmerso en el subdesarrollo, nos hace ser testigos a diario de una abrupta subversión de valores.
Contaba mi abuela que en sus tiempos el sectarismo social era manifiesto. Los sitios de confluencias se definían por razas, status u otras formas y aunque esta era una práctica segregacionista, la actitud de las gentes denotaba normas de educación social, individual y colectiva.
En Santiago, el habla callejero ha hecho que los turistas se le llamen: Pepes y que por consecuencia a sus féminas: Pepas
Mi apartamento esta un segundo piso de un edificio del “centro urbano” Distrito José Martí, allí es imposible escapar de los ruidos y de no conocer los detalles de las vidas ajenas.
Y dirán los lectores, que de mis comentarios, aflora una nostalgia sempiterna. Creo que no hay cubano de mi generación y de las anteriores, que no padezca del contagio de las añoranzas.
Manifestar ideas, opinar, exponer un criterio, quedaron como acciones exclusivas de las llamadas Rendiciones de cuentas del Poder Popular o de una que otras tantas reuniones a las que hay que asistir.
El teatro de relaciones fue una modalidad emblemática de esta zona del país: farsas o comedias cortas, representadas en medio de un parque, plaza, calle o portal, donde los relacioneros interactuaban con el público que ansioso le esperaba.
Santiago de Cuba ha sido hasta nuestros días la segunda ciudad en importancia de la isla, así considerada por sus altos valores patrimoniales históricos, sociales y culturales que hacen lógico pensar que contó siempre con un envidiable entorno arquitectónico y urbanístico pero…
Santiago de Cuba ha sido hasta nuestros días la segunda ciudad en importancia de la isla, así considerada por sus altos valores patrimoniales históricos, sociales y culturales que hacen lógico pensar que contó siempre con un envidiable entorno arquitectónico y urbanístico pero…