“La cosa está negra”, le dice una señora a la otra mientras escogen tomates en la tarima del agromercado, refiriéndose a lo difícil de la situación en sentido general, y en este caso, al alto precio de los productos.
-Quiero que me lleves a Monte y Cienfuegos, al lugar donde estuvimos el año pasado con la China. ¡Es un volcán en la cama!
Esta es una solicitud que se repite cotidianamente, tanto con cubanos como con foráneos.
La cabellera plateada, despacio andar, se acerca a la puerta de la cafetería. Finísimas huellas en el tiempo se muestran en su piel, en el anticuado vestuario, que ya no importa. En una mano trae la bolsa y el bastón, con la otra busca algo que no encuentra…
“Acere, lo pinché con la cuchilla, porque a los Abakuá no nos pueden dar, quien me ponga la mano encima… lo mato!”, dijo en alta voz uno de los jóvenes que venían en la guagua.
Al acompañarlo en el almuerzo me cuenta que su llegada fue rimbombante, que al preguntar por Ángel la madre, sin vacilar, le dio la dirección de donde de vez en cuando él se queda con la novia. “Fui hasta allí, toqué y Sandra fue quien abrió puerta…
“Es una mujer excepcionalmente bella pero, ya no me motiva, creo que es mejor dar definitivamente un giro a mi vida.” Me dice preocupado Oliver, uno de mis colegas de trabajo con quien de vez en cuando converso.
“Compadre, tú has estado al tanto de mi empeño para abrir este negocio, con buen gusto, con todas las de la ley”, me dice Héctor, un vecino que recientemente entró en la lista de trabajadores por cuenta propia.
Ha sido herencia espiritual afrocubana, concebida para mejorar el estado de salud de los enfermos, pero que, desde un tiempo acá, se inserta entre las empresas de mayor rentabilidad económica. Es
absolutamente el lado opuesto de su propia esencia espiritual.
Por el canal de opinión que históricamente se ha creado en torno a que “los negros tienen el pene más grande que los blancos”. A estas alturas nadie se asombre, de tal afirmación y, mucho menos, de cuanto voy a comentar aquí.
Ayer lo vi en el Cuerpo de Guardia del hospital con el dorso vendado. Cuando le pregunté lo que le había pasado, me dijo que dos hombres lo habían asaltado con arma blanca y para colmo le habían dado dos puñaladas.