Otra diatriba sobre mi Círculo Social
Será que se me ha vuelto alguna clase de hábito. Todos los años, a esta altura del verano, voy varias veces al club Otto Parellada, donde Rogelito y yo disfrutamos de baños en el litoral habanero. Y luego, malagradecido que soy, escribo algunas maledicencias.