Verónica Vega

Los traumas de la libertad

Un debate en el que participé recientemente me hizo atisbar cómo sería Cuba tras la transición tan soñada, temida, evitada. Opiniones sobre, por ejemplo, qué hacer con las estatuas y los monumentos.

Yo no me meto en política

No meterse en política es una premisa de la mayoría, en cualquier sociedad. Porque el ciudadano común solo aspira a vivir dentro de una estructura social que funcione lo mejor posible, prescindiendo de su participación activa. Cuba no es una excepción de esa regla, sino que la lleva al extremo.

Con perdón de los buenos

Un amigo me sugirió que escribiera sobre el comentario que hizo un conocido suyo: “Negro y mierda es lo mismo, con perdón de los negros buenos”. De haber sido yo la interlocutora, hubiera optado por darle la espalda, pues con semejante precedente, las probabilidades de un debate razonable son nulas.

En Cuba: reguetón sin límite

Además del dengue o el zica, Cuba sufre el azote de un virus no reconocido y con categoría de plaga: el reguetón. No hay que subestimar el poder del sonido. Se expande por el espacio como una arrolladora invasión y sin tramitar permisos burocráticos.

La libertad prestada

El arte alternativo en esta Isla ha sido tratado peor que un hijo bastardo. El arte libre ha tenido que emigrar de las instituciones, también de calles y parques, que no son “nuestros”. Se refugió en casas particulares, con escenarios mínimos.