A quién le importan los viejos

Verónica Vega

Foto: Mabel Nakkache

HAVANA TIMES – Pasando por una calle de Alamar oí que una joven le decía a otra: “Un viejo que se cayó del quinto piso tratando de entrar por el balcón, porque se le había quedado la llave…”

La frialdad del comentario no encajaba con lo espantoso del hecho. Muy impresionada, comenté lo escuchado a quienes me acompañaban. Luego del impacto inicial, surgieron las preguntas que por supuesto, no podía responder. ¿Quién era, dónde, qué circunstancias determinaron el accidente?

Un amigo expresó: “Pero si era tan viejo ¿cómo se le ocurrió tratar de subirse al balcón él mismo”?

Respondí con sequedad que probablemente no tenía a quién pedirle el favor, y no cualquiera está dispuesto a una acción tan arriesgada. Me sentía molesta por la forma en que me había llegado esa noticia, intrascendente para la sociedad, y también por el último comentario.

Mi amigo es joven y desconoce la indefensión que implica la terrible combinación vejez- miseria.  Una miseria que, además de biológica y económica, puede ser moral y espiritual, y termina convirtiendo al ser humano en una carga para sí mismo.

Ayer leí la noticia en un boletín de Cubanet, de que se había encontrado el cuerpo de un hombre muerto a la entrada del hospital Clínico Quirúrgico de la avenida 26. El cronista fue al lugar y vio junto al cadáver envuelto en nailon, a un policía y una forense. Trató de indagar, pero no le ofrecieron información. Un empleado del hospital comentaba que el fallecido vivía ahí, bajo el puentecito. Que “no llegaba a los 70, aunque aparentara mucho más…”

Cuánta desolación que una tragedia personal no alcance a ser trasmutada, (en vida) y una vez consumada, no alcance a impresionar siquiera como estadística.

No fue una catástrofe, un accidente espectacular con pérdidas masivas. No fueron bajas humanas en una batalla, (que a pesar de la connotación política son peores, pues no hay nada que despersonalice tanto como la guerra). No murió una veintena de ancianos bajo el puente, como los del Hospital Psiquiátrico de La Habana, por hipotermia, negligencia familiar y gubernamental. Murió un hombre solo a cuyo lado había un perro que tal vez fuese el único en sentir la pérdida. Doble tragedia si el animal no tiene otro amparo hasta su propia muerte.

Recordé la película Still Life, de 2013, dirigida por Uberto Pasolini, en la que se muestra ese aspecto tan subvalorado de la vida humana: vejez, y muerte solitaria. En el filme hay un empleado de pompas fúnebres que se encarga de buscar evidencias de cualquier familiar o conocido que esté dispuesto, no a costear el funeral, sino a decirle un postrero adiós al difunto.

Hay una escena donde el protagonista (esa especie de trabajador social), descubre una postal en que la anciana fallecida había escrito, simulando que se la dirigía su gata, único ser querido inmediato, y sobreviviente.

Creo que es en ese momento cuando se expresa elverdadero drama: la desesperada necesidad de la anciana de saberse amada, recordada por alguien.

La muerte, en cualquier caso, libera al sufriente de una agonía física o mental, pero la falta de amor, en soledad o con compañía, es la causa del extravío que puede conllevar auna melancolía involutiva, a somatizar la tristeza, a intentar escapar con el alcohol, los psicofármacos; a la irresponsabilidad general y a una multiplicidad de conductas destructivas.

Todo lo por hacer hay que hacerlo y darlo en vida. La responsabilidad de la protección de un anciano es de la familia, pero en su ausencia o disfuncionalidad, el Estado, a través de instituciones sociales, tiene la obligación directa de recordarle que su existencia importa.

Veronica Vega

Verónica Vega: Creo que la verdad tiene poder y la palabra puede y debe ser extensión de la verdad. Creo que ese es también el papel del Arte, y de los medios de comunicación. Me considero una artista, pero ante nada, una buscadora y defensora de la Verdad como esencia, como lo que sustenta la existencia y la conciencia humana. Creo que Cuba puede y debe cambiar y que sitios como Havana Times contribuyen a ese necesario cambio.

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2 thoughts on “A quién le importan los viejos

  • Desolador, dramático …en una triste realidad de un mundo,donde no solo Cuba sufre de éste flagelo social, nuestros países a nivel latinoamericano que dizque vamos en vía de desarrollo, no se percata que en la experiencia y sabiduría del que ha llevado a sus espaladas la historia de su comunidad , son en ellos donde vemos el resultado de la sociedad en que vivimos. La conciencia se ha perdido, el respeto…al carecer de una espiritualidad profunda en valores y principios en la esencia del ser humano en donde la vejez es un estado más de la evolución del hombre, última etapa por este lado del universo y que todos estamos en camino de llegar a ella, la mayor misión de poder llegar a ella con la dignidad de haber recorrido un camino en donde su vida trasformó y dio vida a otos seres humanos los cuales hoy no tienen memoria…….y aquel anciano tan olvidado y anulado también la ha perdido para que no le duela el alma……

  • Gracias Ileana. Volví a escuchar comentarios sobre el anciano que se cayó del balcón, sucede que alguien filmó la caída en lugar de impedirla, y asistir al anciano, algo más terrible todavía. La persona cuyo comentario dio pie a este post hablaba del video que está circulando por ahí.

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