Por Pedro Campos*
Si el estado con esta y otras medidas de ahorro, sólo busca mejorar sus finanzas, sin avanzar en una verdadera socialización, estaría dando un nuevo paso hacia la reversión de la Revolución
No hay muchas dudas: las finanzas del estado se beneficiarán de la medida, se ahorrarán varios millones de dólares que se invierten y que no eran “debidamente realizados” por la forma burocrática y voluntarista en que eran administrados.
Todos los que alguna vez comimos en esos comedores obreros sabemos que la mala calidad de los alimentos y los desvíos, que nunca estaba claro a donde iban a parar, tenían lugar sin control alguno de los trabajadores a cuyo consumo estaban destinados.
Pero en honor a la verdad, he oído hablar también de comedores donde los administradores y cocineros se rompían la cabeza para tratar de buscar variedad y, en no pocas ocasiones, se veían obligados a “vender por la izquierda” algún poco de arroz, granos o grasa, para comprar otros productos y poder mejorar la calidad de la confección de los alimentos con especies y alguna verdura o vegetal, pues las más de las veces estos necesarios complementos no formaron parte de los suministros estatales.