Si quieres sembrar una Ceiba
Por primera vez he sembrado semillas de Ceiba, y estas han retoñado. El procedimiento es muy sencillo, y deseo compartirlo con los lectores.
Por primera vez he sembrado semillas de Ceiba, y estas han retoñado. El procedimiento es muy sencillo, y deseo compartirlo con los lectores.
Mi cuñada no sabe qué va a hacer. Ya comienza el curso escolar y no tiene completos los uniformes de sus dos niños.
Acaba de nacer mi sobrina, quien ha debido venir al mundo en una de nuestras “vigilantes” instituciones hospitalarias. En este caso le correspondió la honorable Maternidad Obrera.
Construyen lujosos apartamentos para altos oficiales del Ejército y el Ministerio del Interior. No sé si los futuros inquilinos estarán en el deber de ahorrar, como el resto de los ciudadanos de este país. Las anchas puertas de cristal y las persianas blancas seguro ayudarán en este sentido.
La idea gubernamental sin base estructural ni productiva, no marcha muy bien. En realidad yo siempre me pregunté ¿si ayer no tenían materiales, de dónde van a sacarlos hoy?
Uno de las cosas que siempre he alabado de Cuba es su seguridad. No obstante, últimamente, al mirar con detenimiento la cotidianidad que me rodea, he encontrado signos de una violencia contenida pero presente.
El padre comentó con dolor al público que “el proyecto está en una difícil situación (…) la casa se ha destruido y llevamos varios meses sin poder hacer nada.”
Comienza el verano, y como ya es costumbre, los artesanos ocupan el Pabellón Cuba. Captan mi atención esta vez unos coloridos llaveros que dentro tienen… ¡¿alacranes?!
Si desea ofertar sus servicios, nada mejor que Ómnibus Yutong. Los espaldares de los asientos de las guaguas chinas, con su acrílico resistente, ofrecen una plataforma eficaz y segura.
Salvar una vida, así sea la de una planta o un animal, es siempre un deber. Por eso descubrir al pichón gris, acurrucado entre la acera y la pared (ambas grises), y acudir en su ayuda, fue como una orden para mí.