Invocando Derechos…. para ser Humanos
Después de un prolongado reposo, impuesto por una de esas temibles “enfermedades profesionales” (tendinitis) retomo esta columna de Havana Times, deseoso de compartir ideas y experiencias.
Después de un prolongado reposo, impuesto por una de esas temibles “enfermedades profesionales” (tendinitis) retomo esta columna de Havana Times, deseoso de compartir ideas y experiencias.
¿Son equivalentes el Ché y Pol Pot? ¿La Comuna de París y los gulags? ¿Acaso alcanzará el veto polaco a criminalizar la efigie y memoria de su compatriota Rosa Luxemburgo, la misma que pidió libertad para el que pensaba diferente?
En días pasados, en un intercambio con mis colegas del Observatorio Social de América Latina, remarqué la necesidad de considerar los desastres sociales resultantes de los terremotos de Haití y Chile como saldos netos del experimento neoliberal.
La coyuntura abierta por la muerte del opositor Orlando Zapata Tamayo ha puesto en tela de juicio la situación de los Derechos Humanos (DDHH) en Cuba, de la mano de amplias campañas de satanización y atrincheramiento, desplegadas fuera y dentro de la isla.
Cuando defendemos la identidad y soberanía nacionales, políticas sociales redistributivas y una democracia participativa, rechazamos –simultáneamente- el orden capitalista vigente en la primera mitad del siglo pasado, el que nos proponen como “dorado futuro” y las deformaciones burocráticas erigidas en nombre del socialismo.
Un decenio después del esperanzador amanecer bolivariano, el autoritarismo, simple y rampante, se entroniza en el panorama político de Venezuela. Los argumentos de la “hostilidad imperialista” y el “terrorismo mediático” pierden su auténtico valor, ante el abuso que de ellos se hace para encubrir una vocación totalitaria.
Soplaban los vientos del último trimestre de 1989 (invierno particularmente frío en la Habana) y la sensación de soledad nos iba abrazando. …sensación que duró, en su novedad y clímax, al menos otros tres años.
Por suerte, mis genes fueron siempre poco xenófobos y bastante rebeldes, ya que si bien tamaño absurdo pudo engendrar en mí un rechazo por todo lo eslavo, ello no ocurrió. Del mismo modo que la ausencia de papá y mamá durante la infancia temprana no llevó a Armandito a odiar una Centroamérica que se los robaba a la causa liberadora.
Armando Chaguaceda
Howard Zinn (24 de agosto de 1922 – 27 de enero de 2010), militante anarquista, activista social, historiador y politólogo estadounidense, ha partido de viaje. Referente del movimiento por los derechos civiles y contra la guerra en los EEUU, es autor de más de 20 libros, incluyendo A People’s History of the United States, editada en español como La otra historia de los Estados Unidos en España y Cuba.
Profesor emérito de la Universidad de Boston, ha reventado los diques que aíslan el conocimiento aséptico del compromiso, las composturas y rituales formales del desenfado y la frescura, la pedantería de la erudición.
Su obra teatral “Marx en el Soho es uno de los mejores ejemplos de comunicación masiva del legado socialista, aderezado con pinceladas de humor, desmitificación y crítica no panfletaria a los regímenes burgueses y estalinistas.
Expuesta en salas teatrales habaneras en una excelente recreación del actor Michaelis Cué, fue posteriormente emitida por la Televisión Cubana, como loable (y lamentablemente escasa) muestra de heterodoxia socialista.
Si esta conferencia se traduce en un verdadero diálogo y no un monólogo u conciliábulo de privilegios, el foro deberá discutir temas de normalización migratoria que atañen a la mayoría de los cubanos y cuya modificación es tema de exclusiva competencia (en sentido de atribución y capacidad) del estado cubano.