Sexo y canciones
Como todo el mundo, entre las cosas más frecuentes que he oído hablar y de las que, también, he aprendido algo, están las relacionadas con el sexo. Algunas se remontan a los días de mi niñez.
Como todo el mundo, entre las cosas más frecuentes que he oído hablar y de las que, también, he aprendido algo, están las relacionadas con el sexo. Algunas se remontan a los días de mi niñez.
Irma, cuyo centro, según datos oficiales, se ubicó a 130 Km de la Habana antes de continuar rumbo a la península de la Florida, registró olas de hasta doce metros de alto en localidades cercanas al malecón habananero. Las fotos muestran el paisaje dejado por el evento atmosférico en la mañana del propio domingo en Cojímar. (123 fotos)
Juan Mariscal, a quien los niños del barrio apodamos el Oso por tener la espalda llena de pelos, fue un comunista de línea dura y espejuelos de pasta que siempre criticó nuestra educación y el compromiso ideológico de nuestras familias cuando escuchaba quejarnos de los muñequitos rusos.
Al despedirnos me dejó una marca de creyón a un lado de la cara. Una hora antes, no hice más que asomarme al bar ya estaba frente a mí. Sorprendido le expliqué que solo huía de la lluvia. Su cara se iluminó con una sonrisa.
La vida en un solar o en un edificio de La Habana es semejante a la de una aldea del Neolítico más desarrollado, en el que durante el día no pasa nada, pues todos se encuentran cazando o recolectando lo que más tarde se llevarán a la boca.
Con la necesidad de abrazar un mundo más grande, el 31 de enero de 1851, proveniente de Nueva Orleáns, a bordo del vapor The Philadelphia, sin otra compañía que sus baúles llenos de libros, carboncillos y cartulinas de dibujante, arriba al puerto de La Habana Fredrika Bremer. (44 fotos)
La muchacha salió de la oscuridad. “Hola, desea compañía”. El extranjero la miró de arriba abajo. No era muy alta. Tenía una bonita sonrisa y era muy joven. Parecía ajustarse bien a sus propósitos.
La erosión de la intemperie borró hace tiempo la foto en la lápida sobre la tumba familiar. Quienes la vieron no escatimaron contar lo increíblemente vivas que parecían en ella la mirada y sonrisa de Ariadna. ¿Podía ser de otro modo en una muchacha de diecisiete años?
Los héroes de mi infancia que mejor cumplieron su misión fueron Robin Hood y El Conde de Montecristo. Sus aventuras y desventuras, sin embargo, irían contrastando, al correr el tiempo, con el imaginario socialista de Hombre Nuevo…