Se ha perdido la humanidad…

By Gaby Rabassa

2HAVANA TIMES — Solo tres personajes -y no ficticios- bastan para retratar un perfil de la realidad cubana contemporánea: un borracho, una anciana y una joven arrogante. Parece sacado de un cuento, pero es real.

Todo comienza cuando una señora mayor que casi no puede valerse por sí misma, tiene que gritar y pedir el asiento que, por derecho,  le es asignado en el ómnibus, una P-5 para ser exactos.

Otros que están cómodamente sentados y también impedidos físicamente, se alertan, se preocupan, pero no se pueden parar, porque se encuentran en la misma situación.

Una joven que ni se inmuta, está ocupando el asiento pintado de amarillo que debería dejar libre para esos casos.

En esto se monta un borracho que aromatiza el ambiente desde su entrada. Vocifera que sus ropas sucias se deben al trabajo con la tierra, que viene de Oriente, entre otras cosas. Cuando se percata de la situación, a pesar de su embriaguez, sujeta a la señora todavía en pie junto a la hacinación característica del P5 en horario pico y le dice:

  • ¡Se ha perdido la humanidad, señora!

Lo último que vi fue a otro anciano, con bastón y minusválido también, pararse para ceder su asiento a la señora.

3Nadie habló, ni siquiera la muchacha que ocupaba el asiento equivocado y que no lo abandonó por mucho que lo pidió la señora. Nadie opinó, excepto el borracho que siguió la temática que inspiró mis palabras.

A eso me refería, en mi artículo Qué es lo que nos falta, donde no se trataba de culpar al pueblo por los errores gubernamentales, sino de hacer un llamado a la conciencia ciudadana, perdida entre tanta necesidad que nos obliga, inevitablemente, a pensar como seres individuales, a protegernos por encima del resto, cuando la premisa fundamental es que “el ser humano es un ser social”.

¿Si no queda humanidad, que nos queda entonces?

Una de las acepciones de este vocablo: “Sensibilidad, compasión, bondad hacia los semejantes, sin mencionar el significado obvio que nos une a todos.

Cuando hablamos de que alguien llevó a cabo una gran acción, lo tildamos de “humano”, cuando una obra artística, de cualquier manifestación toca la sensibilidad profunda, es una obra “humanista”. Por tanto, cuando nos referimos a que se ha perdido la “humanidad”, creo que estamos hablando de un tema serio, que no está aislado de la realidad y que no debemos ignorar en Cuba ni en ninguna otra parte del mundo.

1Está por demás insultar el problema del transporte, de los horarios, de los centros de trabajo, del Gobierno, del Estado. Pero, si no tenemos una pincelada siquiera de HUMANIDAD…

¿Cómo vamos a combatir lo que nos insulta? ¿Cómo vamos a luchar por nuestros derechos o cómo vamos a sentir la necesidad y el valor de hacerlo?

Si se pierde, aquello que nos diferencia en el reino Animal… ¿Qué nos queda entonces?