Museo de Artes Decorativas, visita obligada en La Habana (81 fotos)

Museo de Artes Decorativas, La Habana

Fotorreportaje por Irina Pino

HAVANA TIMES – Era una tarde lluviosa, estaba en el Vedado, en la calle 17 y E, cerca del Museo de Artes Decorativas. ¡Milagro!, ya estaba abierto, después de dos años cerrado por culpa de la maldita pandemia.

Entré y pagué, ahora cuesta 20 CUP. Es más caro, pues antes por solo 5 pesos podías ver todas las exposiciones.

Aquí vivió la condesa Revilla de Camargo, Luisa Gómez Mena, una mujer que no tuvo hijos. Se cuenta que su fortuna fue amasada con el dinero que reportaban varios ingenios de caña de azúcar y la trata negrera. También, que su esposo fue el dueño de la Manzana de Gómez, donde había innumerables comercios y tiendas. Actualmente es un hotel carísimo.

En fin, detrás de una gran fortuna siempre hay un crimen. Eso dice una cita célebre…

El palacete es hermosísimo, repleto de colecciones francesas, inglesas, orientales. Valiosas pinturas cuelgan en las paredes.

Mis preferidos son los saloncitos, donde seguramente ella escribía sus cartas, y redactaba las invitaciones para las suntuosas veladas, bailes y cenas, donde se servía naturalmente, caviar y champán.

Las mujeres iban ataviadas con sus mejores vestidos y joyas, mientras los caballeros llevaban smoking. Una vida de lujos que terminó de golpe en 1959, al triunfo de la Revolución.

Hubo una desbandada, las familias huyeron al extranjero dejando sus pertenencias. Aborrecían y temían al nuevo régimen. También lo hizo la condesa, llevándose sus joyas, y poniendo a buen resguardo detrás de tapices y falsas paredes muchas obras de arte.

Seguramente pensaba regresar, pero en 1964 esta casa se abrió como museo al público.

Me imagino su rabia. Por Internet circula la carta que le hizo a Fidel Castro, insultándolo por la expropiación del inmueble. Búsquenla si pueden, para que rían con su fino humor, de la manera que escriben los aristócratas, que no dicen malas palabras y suelen usar ironías de buen gusto.

Sin embargo, creo que la gente debe ver estos muebles y objetos del siglo XVIII y XIX, que incluye un secreter de María Antonieta. Las porcelanas de Sévres, Chantilly, Limoges, los abanicos, muchos de ellos pertenecieron a la poetisa Dulce María Loynaz.

En la sala de las mamparas orientales hay vitrinas con figuritas de lapislázuli, hueso, y marfil. Tiene dos libreros de madera tallada.

Se observa una variedad de estilos, pero conviven en perfecta armonía las alfombras persas, las peceras de gres vidriado, los objetos y muebles de Wedgwood, Worcester y Staffordshire.

Ya no se muestra la habitación donde dormía la condesa. No obstante, recuerdo que la vi cuando visitaba el museo de niña.

Lo más privado que se puede ver es el cuarto de baño, estilo Art Decó, donde predomina el mármol rosado, los espejos en las paredes, y las bellas jofainas de porcelana. Supongo que la señora usaba los más sofisticados cosméticos.

Algo impensable resulta la falta de aire acondicionado en las salas, para su conservación. Me dijo la guía que es por el ahorro de energía en el país.

Los jardines están bastante abandonados, exentos del cuidado que merecen, sin flores. En el ala derecha permanecen las sillas originales y las imponentes estatuas.

Pienso que todo visitante que venga a La Habana, debe darse una vuelta por este lugar, donde la historia aún vive, y se respira la belleza. Les prometo saldrán complacidos.

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One thought on “Museo de Artes Decorativas, visita obligada en La Habana (81 fotos)

  • Despues que se lo robaron lo han dejado caer. Menos mal que aun esta en pie y cumple algun servicio cultural. Muy buenas fotos.

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