Poner fin a la guerra fría entre cubanos

Por Osmel Ramírez Alvarez

Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – La Guerra Fría ‘clásica’ que conocemos, algunos por vivencias y los más jóvenes por los libros de historia, enfrentó a las dos grandes superpotencias antagónicas del siglo XX: EUA y la Unión Soviética. Ya hace casi tres décadas que cesó, y para la humanidad, aún con muchos problemas por resolver, significó el fin de sus mayores amenazas.

Pero en Cuba, en este archipiélago hermoso y convulso en medio del Caribe, pareciera que el tiempo no pasa y continuamos en ‘guerra fría’ de una forma virulenta, casi enfermiza, como un reservorio de distensión interminable.

En medio de aquel viejo conflicto Socialismo vs Capitalismo parecía que éramos solo un peón de los grandes intereses, como dijo Martí, de ‘los cometas que van por el cielo engullendo mundos’.

Luego, al quedarnos sin aliados fuertes, el conflicto persistió como un remanente enquistado de aquella gran contienda, y la lógica decía que en cualquier momento cesaría, pero nunca terminó.

Pasa el tiempo y pasa, pero nada se resuelve. Sin embargo, no todo es igual que antes, algo interesante ocurre y es que se va despejando la verdadera naturaleza del conflicto o su nueva esencia.

Hoy se vislumbra esta guerra fría caribeña más como un asunto interno entre cubanos que como un conflicto bilateral entre Cuba y los EUA, o entre comunismo y capitalismo. La distención bilateral es hoy el rehén del nuestro conflicto, no viceversa.

La lucha ideológica entre cubanos es el combustible que mantiene la llama de la discordia. Comunistas vs demócratas, ya no exactamente contra el capitalismo, porque hace rato los comunistas cubanos introdujeron el capitalismo de estado y el sector no estatal está siendo potenciado.

Es una guerra entre el oficialismo comunista y la oposición democrática, que desea un cambio con libertades políticas y económicas, y garantía de respeto a todos los derechos humanos.

Esta es la batalla que se libra y es la base de todas las discordias que tenemos. Incluso lo es también con respecto al embargo estadounidense. Al Gobierno le conviene, como propaganda, continuar enfocándolo como un asunto bilateral, y prefiere sentarse a negociar con los EUA que con la oposición, por el mismo complejo y falso orgullo que España no quiso negociar con sus hijos mambises en París.

Pero no cabe duda que si los cubanos, Gobierno y oposición, nos sentamos en una mesa de diálogo, nos ponemos de acuerdo y zanjamos nuestras diferencias, los EUA suspenden el embargo en un abrir y cerrar de ojos. Quedaría sin efecto. El embargo/bloqueo es sostenido e impulsado desde hace tiempo por la política cubana en ese país, como parte de esta guerra. No importa ya cómo surgió porque se volvió secundario.

En ese contexto de ‘guerra fría’ nacional, muchos creen que para que el embargo cese y la paz social llegue a Cuba, debemos primero derrotar al Partido Comunista e incluso prohibirlo y ajusticiar a muchos de sus líderes.

Pero la verdad es que ni el embargo ni la distensión ni la oposición violenta antes y ahora pacífica, dentro y fuera de la Isla, han podido derrotar al régimen comunista y no parece que se pueda lograr en breve.

Muchos creen, tal como cree ver un oasis el sediento viajero del desierto donde solo hay arena, que en esta nueva avalancha de medidas ‘duras’ finalmente ‘el fin está cerca’.

Y realmente dificultan la gestión del Gobierno cubano, pero también los fortalecen política e ideológicamente en su papel de víctima de una súper potencia, y a quien realmente debilita es al pueblo y a la imagen interna de la oposición. Es el mismo círculo vicioso de nunca acabar.

Y ya llevamos en este conflicto seis décadas y podemos perfectamente pasarnos un siglo o más sin solución, si seguimos haciendo lo mismo. Mientras tanto nuestro pueblo sigue emigrando o en la más absurda miseria dentro de Cuba, maniatado para salir del atolladero.

Pero como no todo es oscuridad, para lo único que sirve esta situación de desgaste es para negociar con civilidad y sentido común. Algo que por fortuna ya está siendo valorado, con mucho interés, por algunos opositores al régimen.

Lo mejor sería conseguir entre cubanos una salida consensuada al conflicto nacional. Sabemos que el Gobierno es arrogante y autoritario, al punto que desconoce la existencia y legitimidad de la oposición. Es parte importante de su estrategia. Pero, ¿acaso es inteligente que la oposición tome esto como excusa para no negociar? -Claro que no, porque en el mismo instante en que el Gobierno acepte sentarse en una mesa de diálogo estaría abandonando esa política.

La oposición está muy dañada por el sistema, es un hecho, pero no nos puede vencer el odio ni el rencor. Es un camino que no tiene salida. Hay que poner a Cuba por delante y de seguro será el mejor bálsamo, ver a Cuba salir adelante. La sed de justicia no puede ser un obstáculo para la propia justicia. Hay que abrir caminos y nuestra batalla tiene que ser primero que nada por la Isla, no contra los comunistas.

La democracia debe ser nuestro derrotero, no destruir al Partido Comunista. Los derechos humanos plenos y las libertades políticas y económicas son el verdadero imperativo, luego habrá tiempo para la justicia en toda su magnitud, si es necesaria.

Buscar una salida democrática consensuada entre el Gobierno y la oposición, que sea viable y nos permita un pacto social en el que quepamos todos y podamos construir una Cuba Mejor, es el camino posible que más cerca se vislumbra. Solo tenemos que comprometernos con un mínimo de civilidad y tolerancia. Entre más rápido lo entendamos, más pronto nuestro pueblo tendrá paz y felicidad.

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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One thought on “Poner fin a la guerra fría entre cubanos

  • Se sentarán a dialogar con la oposición cuando tengan el agua al cuello, para eso falta mucho, todavía les queda la fase de represión violenta. Es una pena pero no hay salida suave, más miseria y represión antes de salir de ese horror.

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