Ni un paso atrás

Por Fabiana del Valle

HAVANA TIMES – Tenía doce años y muchas preguntas con respuestas esquivas. El deseo de leer era insaciable. Luego de agotar cada ejemplar en el librero de mi padre comencé a saquear el de mis primos.

Vestían de negro, pelo largo y pantalones apretados en los tobillos. Ellos representaban la rebeldía en su máxima expresión dentro del entorno bucólico y la familia tradicionalista a la que pertenecemos. Eran la nota discordante, y yo en secreto quería ser como ellos.

Conocían lo responsable que era a pesar de mi edad, por eso estaba autorizada a entrar en sus habitaciones y llevar conmigo cuanto volumen resultara atractivo.

Con el tiempo me fui tomando libertades. Revisaba los textos que uno de ellos dejaba junto a la máquina de escribir tratando de leer entre líneas cada frase o me acostaba sobre la cama del otro rodeada por aquellos afiches de Iron Maiden, AC-DC y Metallica.

Esto me llevó a revisar la música que coleccionaban. Todos aquellos nombres resultaban nuevos para mí por lo cual me decidí por dos casetes de una misma banda. Reconozco que mi selección fue en un principio por sus portadas llamativas.

La portada de “Ni un paso atrás” es una alegoría a la obra “El 3 de mayo de 1808 en Madrid” del pintor Francisco de Goya y “¿Dónde está Judas?” juega con la obra “La ultima cena” de Leonardo da Vinci.

Reincidentes es el nombre del grupo español de música punk rock procedente de Sevilla con letras críticas hacia la sociedad actual.

“Aprendiendo a luchar”, “Cuando uno de ellos caiga”, “La historia se repite” y “Sabes por qué” fueron algunos de los temas que más me marcaron por la rebeldía en sus letras y por esa posibilidad que nos da el arte de interpretar una obra y conceptualizarla desde nuestro punto de vista.

Claro, en aquellos tiempos la información era escasa y la música que me gustaba no era difundida en la radio.

Otras bandas llegaron a mi vida, no busqué más discos de Reincidentes ni siquiera supe si seguían activos hasta hace unos días en los que conversando con un grupo de amigos surgió el tema. Entonces entré a YouTube para reencontrarme de nuevo con las mismas emociones.

Solo que esta vez sí pude investigar en internet, y lo que allí descubrí me llenó de preguntas. ¿Cómo es posible que esos rebeldes, defensores de los oprimidos, que incitan a luchar por la libertad y los derechos escriban canciones alabando el gobierno cubano y su revolución? ¿Son ellos los confundidos o soy yo?

Sería interesante ver si Fernando Madina después de levantarse cada mañana para enfrentar las colas, los apagones, la ausencia y escasez de productos básicos fuera capaz de alabar a los verdaderos culpables de nuestras desgracias, si después de ser censurado por sus canciones rebeldes continua firme y dispuesto.

A pesar de todo, este descubrimiento no logra borrar el buen recuerdo de aquellos dos primeros álbumes tomados a escondidas de mis primos. Es un hecho que sus letras me ayudaron a romper la burbuja en la que la escuela, la televisión, el hogar y los medios oficiales me tenían aislada. Y es que solo tenía doce años cuando comprendí que ante las injusticias y quien intente robar mi libertad no puedo dar, “ni un paso atrás”.

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