El aeropuerto, un cuello de botella para los Cubanos
Recientemente fui al aeropuerto y cuando vine a darme cuenta, estaba dentro una gran multitud de cubanos ansiosos, vestidos elegantemente, en espera de sus invitados.
Recientemente fui al aeropuerto y cuando vine a darme cuenta, estaba dentro una gran multitud de cubanos ansiosos, vestidos elegantemente, en espera de sus invitados.
Durante las últimas semanas se escucharon rumores en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de que uno de los hermanos Castro iba a visitar el centro para celebrar el 45 aniversario de la graduación que se realizó en el Pico Turquino, la elevación más alta del país, y fue presidida por Fidel Castro.
Mi ingreso en la Escuela Cubana de Medicina Latinoamericana (ELAM) con sede en La Habana ha probado ser menos romántico y desmitificador que lo que muchos jóvenes estadounidenses puedan imaginar.
No venimos aquí con la palabra exacta de la realidad que encontraremos. Nuestra búsqueda de información y respuestas es diaria, requiere de múltiples interacciones humanas, un poco de esfuerzo, y la buena suerte.
Cuando converso con alguien en casa sobre estudiar en Cuba, considero que la conversación ha sido todo un éxito si obtengo del interlocutor, al menos, un “¿Por qué Cuba?”. Miradas blancas y “Oh” son las réplicas más comunes que encuentro.