Autor: Carlos Fraguela

Asesinos de árboles en La Habana

Hoy llegué a mi casa tarde en la noche, y al pasar por la calle donde vivo recibí un golpe bajo al percibir que habían cortado dos árboles hermosísimos que estaban junto a la acera, media cuadra calle arriba.

Una anécdota cómica ocurrida en La Habana

Una vecina mía me contó que su segunda menstruación la tomó por sorpresa en la secundaria; era un día de examen en que casualmente los profesores habían advertido que se perdía el derecho a ser evaluado de no llevar puesta la pañoleta, muchos alumnos rechazan llevar a toda hora dicho símbolo.

Mi gratificante rencuentro con el pasado

Hace unos días me encontré con un amigo de la niñez que veo poco, hace tiempo me prometió un video de otros amigos que viven en Estados Unidos y que tenía años sin ver. Fuimos amigos por años y hemos perdido el contacto casi totalmente.

Una excursión a la villa El Salado

Por estos días cumplí un deseo que tenía de regresar a uno de los paraísos coralinos cubanos que conocí cuando mi padre me llevaba durante mi niñez y en la adolescencia. Mi interés principal era ver en qué estado se encontraban las poblaciones de coral del oeste de La Habana.

De cómo dejé de ser un pescador

La belleza y la inteligencia de tres especies animales hicieron que yo dejara de matar. Fui un habitual asesino de lenguados, pulpos y rascacios, hasta que dejé a un lado mi hambre para disfrutar de la existencia y conservación de esas preciosuras de la fauna marina cubana.