La criminalización de la política opositora en Cuba
Hay estados anti-democráticos que no solo reprimen la oposición política, sino que también la criminalizan. Cuba es sin duda uno…
Hay estados anti-democráticos que no solo reprimen la oposición política, sino que también la criminalizan. Cuba es sin duda uno…
El llamado a la unidad se ha vuelto más urgente con el aumento gradual pero definitivo del acceso al Internet, especialmente entre la juventud, los estratos profesionales y tecnócratas, y aquellos con una educación universitaria que generalmente tienen mayor acceso a Internet. Foto: oncubamagazine.com
En julio de este año, el ministro de Economía de Cuba, Marino Murillo, anunció que debido a un 20 por ciento de reducción en los envíos de petróleo de Venezuela, el gobierno proyectaba un recorte en el suministro de electricidad en un 6 por ciento, y de combustible en un 28 por ciento.
Me alegra que Rafael Rojas haya respondido a mi reseña de su libro Fighting Over Fidel. Desafortunadamente, su respuesta prácticamente ignora mis argumentos principales y se concentra casi exclusivamente en la parte menos importante.
Los intelectuales estadounidenses o han defendido acríticamente y sin reservas el comunismo cubano o se han vuelto parte de la propaganda de Washington. Para una gran parte de ellos, el asunto clave a principios de 1960 fue cómo responder a la Revolución Cubana.
La visita del presidente Obama ha sido un paso en la dirección correcta para normalizar las relaciones de los EE.UU. con Cuba. Obama merece el reconocimiento de sus esfuerzos para enmendar algunos de los daños que la política extranjera de su país le ha infligido a la nación cubana. Pero ese reconocimiento no debe confundirse con una gratitud indigna, y mucho menos instando a que utilice el poder del estado imperialista que él preside para presionar por la democratización en Cuba. Esa tarea le incumbe solo a los cubanos, no a Washington.
Según la percepción popular estadounidense, la Cuba pre-revolucionaria era la isla del pecado y estaba sumida en los vicios del juego, la mafia y la prostitución. Varios prominentes intelectuales de Estados Unidos han compartido esa percepción.
Cuando junto con muchos de mis compañeros de la secundaría me uní a la lucha contra Batista, uno de nuestros maestros comentó que nuestra crítica no tenía validez, porque muchos otros países de la región, como Haití y Bolivia, estaban en peores condiciones que Cuba.
En Cuba el multipartidismo es una cuestión muy controvertida con la que solo unos pocos críticos de izquierda del régimen cubano han querido lidiar. Me parece necesario profundizar en ese tema para aclarar mucha de la confusión existente alrededor de ese tópico.
El acercamiento entre Estados Unidos y Cuba ha reenfocado la atención en la política norteamericana que por casi cinco décadas ha permitido a los cubanos emigrar a los EE.UU. sin límite alguno, un “privilegio” que el gobierno estadounidense no ha extendido a los ciudadanos de ningún otro país.