Mujer bailando
Bailaba a un ritmo que solo ella podía escuchar. Cuando empezó a bailar hace casi cuarenta años, no tenía alas.
Bailaba a un ritmo que solo ella podía escuchar. Cuando empezó a bailar hace casi cuarenta años, no tenía alas.
Mi aventura comenzó cuando mi amiga Cinda me envió un pequeño artículo. Se trataba de la popular santa mejicana Teresa Urrea…
En 1985 abandoné el desierto para buscar un trabajo en Kansas City, Missouri, una ciudad que durante mucho tiempo había estado dividida racialmente.