Trabajadores cubanos: entre la espada y la pared

por Rosa Martinez

La perspectiva del desempleo masivo pesa sobre las y los trabajadores cubanos y sus familias. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 8 oct.— El reordenamiento laboral que será implementado en Cuba próximamente preocupa tanto a trabajadores estatales, jubilados, amas de casa, como a cuentapropistas y estudiantes.  Todos de una forma u otra se verán afectados por los miles que quedarán desempleados.

Llama la atención que los líderes cubanos mediante diversas reuniones con militantes del Partido Comunista de Cuba, la UJC y afiliados a los diferentes sindicatos han convocado a  enfrentar esta  transformación con mayor consagración al trabajo, lo que se traduce en disciplina laboral, aprovechamiento de la jornada y uso racional de los recursos para ser más eficientes y productivos.

Me identifico con el llamado a ser más productivos en cada una de nuestras labores.  Ningún país del mundo se puede sostener sin una economía sólida, y esa economía no es posible si se le paga a cinco trabajadores por lo que puede hacer una sola persona, que es la esencia del reordenamiento, si se le presta seguridad social a una familia en la que al menos uno de sus miembros puede trabajar, si se mantiene al 60 por ciento del salario a miles de  trabajadores sin producir nada, sin desarrollar la producción de alimentos y reducir importaciones y fundamentalmente sin eficiencia y calidad.

Estoy en contra de los vagos, los aprovechados,  los oportunistas, los irresponsables e indisciplinados.  Pero me pregunto si nuestros directivos de empresas e instituciones estatales han analizado las diferentes  problemáticas sociales que provocan que muchos trabajadores del país, de forma involuntaria,  desaprovechen la jornada laboral.

No es fácil cumplir por un sin número de razones

Cuando pienso en la repetitiva frase de ser más eficientes, puntuales, aprovechar mejor nuestro tiempo, producir más, pienso necesariamente en los miles de trabajadores que como yo, no podrían cumplir siempre con este llamado por mucho que lo intenten.

Tener una familia y llegar a tiempo al trabajo es algo complicado. Foto: Ihosvanny

Por ejemplo, ayer, Mirulgia llegó al mediodía a la universidad.  Hacía varios días que estaba con dolores de columna y se vio obligada a ir a su consultorio del médico de la familia, ya no aguantaba más.

Como no estaban ni el médico ni la enfermera, tuvo que dirigirse a otra área de salud.   Entre una cosa y otra llegó al trabajo cerca de las 12 del mediodía.

¿Cuántos de nosotros no hemos pasado por lo mismo? ¿Cuántos no hemos perdido varias horas para ser atendidos en un centro de asistencia médica no urgente, o para realizar exámenes complementarios u otras pruebas,  que con frecuencia debemos repetir porque generalmente dan negativas? ¿Cuántos no tenemos que repetir visitas al estomatólogo porque cuando no falta el material, falta el agua, o el papel para envolver los instrumentos esterilizados, o simplemente el especialista?

Alguien me comentó hace poco que se había analizado en una reunión en la sede del Partido en Guantánamo, el tema de la cantidad de trabajadores que en horario laboral visitan las tiendas recaudadoras de divisas.  Ahora bien, si usted es trabajador y necesita comprar un par de zapatos, aseo personal o cualquier otro producto ¿en qué horario lo hará si todas las tiendas están cerradas después de las 5 de la tarde? Pues, claro que no le quedará más remedio que hacer lo mismo que todo el mundo: escaparse durante la mañana o salir antes de tiempo para poder realizar sus necesidades más apremiantes.

Conozco varias mujeres con hijos en círculos infantiles y escuelas primarias que con frecuencia deben ausentarse porque las instituciones cierran por falta de agua o gas, o los hijos fueron suspendidos por catarro estacional ¿Qué pueden hacer ellas si no tienen quien cuide de sus niños, o simplemente el dinero no alcanza para pagar una cuidadora?

La excesiva burocracia pesa al trabajador

Lo mismo le ocurre a quien necesite realizar un trámite en una oficina de vivienda, de seguridad social o muchos otros movimientos legales que, además de volver loco  a cualquiera, podrían causarle una sanción administrativa.  La excesiva burocracia es un mal que corroe a la sociedad y perjudica más al trabajador.

Fumigador. Foto: Caridad

Y qué me dicen de las miles de reuniones improductivas que se realizan en muchos centros en horario de trabajo.  Son repetitivas, no resuelven ningún problema de los que afectan a los trabajadores, y suceden mes tras mes.

El transporte es otro elemento en contra del cumplimiento de los cubanos de a pie.  Por lo menos en la ciudad Guantánamo, donde yo vivo, hay pocas rutas de guagua local y es casi imposible llegar en el horario previsto al puesto de labor.  Pero peor lo tienen los habitantes de otras partes que pasan las mil y una noches para ser puntuales, y para regresar a casa, otro tanto.

De cómo nos afecta el problema alimentario, esa  es otra historia.  No es secreto para nadie que los productos de la canasta básica apenas alcanzan para 5 días del mes, el resto del tiempo hay que andar como aves gestionado qué comer, y si lo dejas para después del horario laboral, bien poco o nada encontrarás.

Y por último, para mí, lo más importante.  Los bajos salarios no satisfacen las necesidades de los trabajadores, por lo que muchos pierden el interés de trabajar y cumplir con sus compromisos, desestimulándose así por la producción y la calidad, sin mencionar el robo y la falta de profesionalidad, por esta misma causa.