La nueva estrategia de EE.UU. y la respuesta de Cuba

Fernando Ravsberg

Paladar de La Habana. Foto: Raquel Pérez Díaz

 

HAVANA TIMES — Para nadie es un secreto que Washington está apartándose lentamente de sus antiguos socios de la disidencia y apostando por los cuentapropistas, cooperativistas y empresarios cubanos, nacidos al amparo de las reformas encabezadas por el Presidente Raúl Castro.

Las ventajas de estos sobre la disidencia tradicional son enormes, están integrados en la sociedad, sus compatriotas los consideran personas de éxito, poseen recursos financieros propios por lo que no hay que mantenerlos y el agua en la que nadan es la economía de mercado.

Incluso tienen contradicciones con el modelo social imperante en la isla, el cual les amarra las manos con una burocracia ineficiente, a cargo de funcionarios siempre lentos para tomar decisiones, algunos corruptos y muchos temerosos de perder el cargo.

Los hostales privados han equilibrado el déficit de habitaciones turísticas en Cuba. Foto: Raquel Pérez Díaz

Los trabajadores y empresarios autónomos son mal vistos por los políticos más “ortodoxos”, los que aun consideran que la pureza del socialismo se mide por la cantidad de medios de producción en manos del Estado. Es la resaca de beber tantos manuales soviéticos.

Quien acuda a las fuentes del socialismo podrá comprobar que Karl Marx se limitó a proponer estatizar solo los medios “fundamentales de producción” y Lenin lo puso en práctica promoviendo la iniciativa privada en la Nueva Política Económica (NEP).

Y si miráramos las raíces de Cuba, encontraríamos a un José Martí enemigo de la concentración de capital en pocas manos porque “La riqueza exclusiva es injusta”. Pero también aseguró que “Es rica una nación que cuenta muchos pequeños propietarios”.

Lo peor de la visión ortodoxa es que utilizan los medios de comunicación para llenar la conciencia de la ciudadanía con sus prejuicios, miedos y sospechas, algunas de ellas confirmadas por la nueva estrategia de EEUU, pero muchas otras son solo para asustar.

El futuro dependerá de con quien se identifique ese sector emergente y en ese terreno jugarán sus intereses económicos en primer lugar, aunque serán influidos también por aspectos más subjetivos como su nacionalismo, su conciencia social o sus ideas políticas.

Si ya las autoridades y los economistas han decidido que más de un millón de trabajadores estatales pasen al sector privado, habría que actuar de forma coherente, haciéndolos sentir que sus intereses económicos están indisolublemente ligados a los de la nación.

No se trata de elaborar discursos enredados, bastaría con explicar que el cierre a las inversiones extranjeras en algunas ramas de la gastronomía o de los hostales beneficia a los nacionales porque les quita la competencia de los grandes conglomerados.

La entrada a Cuba de cadenas de comida rápida o de restaurantes internacionales, por ejemplo, pondría a los empresarios cubanos ante un enfrentamiento muy desigual, tanto por los costos de producción como por la experiencia y el capital acumulado.

La actividad en Cuba de los autónomos ha aumentado las ofertas para los nacionales y las extra-hoteleras para turistas extranjeros. Foto: Raquel Pérez Díaz

Las PYMES, cooperativas y autónomos, deberían ser los principales interesados en mantener algunos nichos económicos en manos de los cubanos porque de esa forma defienden sus propios intereses a la vez que potencian a la nación.

Sin embargo, también hay facetas subjetivas que influyen. Tiene que ver con el aprecio o desprecio con que se les trata. En la prensa cubana y en algunos discursos políticos siguen existiendo demasiados prejuicios contra este sector, hijo legítimo de la Revolución Cubana.

Siempre se mencionan mucho más los casos de corrupción entre los privados que en las empresas estatales a pesar de que en estas últimas los delitos económicos son muchos más, por el mayor número de empresas y también por el gigantesco descontrol.

Se demoran una eternidad para aprobar una cooperativa, los cuentapropistas no tienen mercado mayorista ni pueden importar, solo se permiten 200 modalidades para el trabajo autónomo, los inspectores los desangran pidiéndoles dinero por debajo de la mesa.

El papel económico de los autónomos puede parecer pequeño frente al estatal pero lo cierto es que las reformas serían imposible sin ellos. Ningún gobierno puede dirigir con eficiencia si tiene que ocuparse al mismo tiempo de las minas de níquel y de la venta callejera de fritas.

Los autónomos reducen el número de empleados del Estado, cubren el déficit turístico habitacional, diversifican la oferta extra hotelera, resuelven problemas cotidianos de la población, contribuyen a las arcas nacionales con sus impuestos y permiten al gobierno ocuparse de los sectores cruciales.

La iniciativa privada no es enemiga de la nación ni siquiera “un mal necesario”, en ocasiones tiene incluso un perfil social en su proyecto, como es el caso de Papito el peluquero o la Fábrica de Arte Cubana, donde se funden cultura y sostenibilidad.

Como en cualquier otro sector económico y social habrá corruptos o personas sin principios pero el propio Presidente Raúl Castro aseguró que la mayoría son “patriotas”. Entonces, por qué tantos prejuicios, desconfianzas y sospechas contra ellos?.

Mientras en Cuba la burocracia y la ortodoxia les hacen la vida imposible, desde los EEUU los elogian, les ofrecen créditos, cursos y les abren las puertas para exportar e importar. Cuál de las dos políticas será la más inteligente y dará los mejores resultados?

En Cuba el permiso para abrir una cooperativa puede tardar años. Foto: Raquel Pérez Díaz

3 thoughts on “La nueva estrategia de EE.UU. y la respuesta de Cuba

  • La mejor politica es que Fernando se regrese a su pais, y que periodistas cubanos independientes sigan investigando e informandole al mundo sobre nuestro pais.

  • Yuniel pues coincido contigo.No sé cómo se permite Fernando sembrar cizaña contra EEUU, “los ortodoxos” y los opositores y ponerse el chaleco de los reformadores. ¿Estará recibiendo una coima de los últimos?
    Su jueguito de “amiguitos” y “enemigos” es propia de un analfabeto político. Así parece que EEUU coincide con Marx y Lenin para esconder en este simplismo la incompetencia del monopolio estatal de la economía. Precisamente lo que Fernando no quiere discutir. De paso margina a los opositores para declarar que sólo los empresarios son frutos genuinos de la nación. ¿Y el putinismo autoritario de Fernando quién se lo preguntó?. Lleva tantos años en Cuba que tiene incorporado el desprecio a la democracia del gobierno cubano.
    Sí, es mejor que se vaya a su país y que sean los periodistas cubanos independientes quienes se ocupen de seguir informándonos.

  • Diabólico Fernando, hablando bien del “infierno” cubano…hasta “corrupto” ha resultado… A ver si le da por entablar proceso por difamación…

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