Democracia a la cubana
HAVANA TIMES, 9 sep. — Hace unos años, participe en un debate en una radio europea y uno de los cubanos que se encontraba en el panel nos habló maravillas de la Cuba pre revolucionaria, de su desarrollo económico, social y sobre todo de su solidez política.
Lo que mi contertulio nunca nos pudo explicar es como en ese «paraíso» se produjo la primera revolución comunista de América, por vía violenta y contando además con el apoyo masivo de la población, por lo menos durante sus primeros años.
Entre los muchos tópicos que se oyen sobre Cuba el que parece más alejado de la realidad es el que afirma que antes de 1959 se había alcanzado un alto nivel de democracia política y que la Constitución de 1940 es la mejor prueba de ello.
Los 57 años previos al triunfo de la revolución nos muestran una historia muy diferente.
Desde que Cuba nace y hasta que pasa los años 30 vive como un protectorado de EE.UU., con una enmienda constitucional que les permitió incluso invadir la isla de forma «legal».
Washington no desaprovecha este estatus, se adueña del 20% de las tierras, del 90% de las minas y del 40% de la industria azucarera (1). Al nacer Fidel Castro 2/3 partes de todas las producciones agrícolas cubanas eran de propiedad estadounidense. (2)
Es por esos años que el presidente Gerardo Machado decide saltarse las elecciones y continuar al mando. Se afianza en el poder a sangre y fuego, reprime, encarcela y asesina a sus oponentes, mientras hambrea a la mayoría de los cubanos.
Machado no entendía de razones, así que la gente se lanzó a las calles y se convirtieron en una nación ingobernable hasta que derrumbaron la dictadura. Fue tal vez la primera revolución que hubo en Cuba y, sin la menor duda, la más espontánea y masiva.
De 1933 a 1936 Cuba tuvo nada menos que 8 presidentes, la mayoría de ellos duraban unos pocos meses pero el record de permanencia en el cargo lo tuvo Carlos Manuel Márquez, quien ejerció la primera magistratura solo por unas horas.
En medio de este caos surge la famosa Constitución de 1940, «la más avanzada de América», según sus orgullosos defensores. Y tal vez lo fuera pero lo cierto es que no pasó de ser un papel que nunca reguló la vida real de los cubanos.
La flamante Constitución, no pudo impedir que el presidente Ramón Grau llegara a negociar con los grupos de gansters que asolaban el país y terminara ¡integrándolos en la policía! , según nos cuenta el historiador Carlos Márquez Sterling (3).
La corrupción era tan general que el Partido Ortodoxo, crece vertiginosamente gracias a las promesas de combatirla. Su presidente, Eduardo Chivás, tenía un programa de radio que se dedicaba casi exclusivamente a denunciar a los políticos venales.
En 1952 se produce un golpe de Estado que encierra una doble paradoja. Lo encabeza Fulgencio Batista, quien fuera uno de los promotores de la Constitución de 1940 y tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas, supuestas garantes de ese orden institucional.
Si el gobierno de Grau «legalizó» a los gansters locales, el de Batista internacionalizó el problema al permitir que la mafia de EE.UU. -encabezada por Meyer Lanski y otros personajes notables- tomara el control de los casinos y del juego en general.
Habían llegado unos años antes y se sentían tan a gusto que en 1946 realizaron aquí una de sus más importantes reuniones. La presidió el capo Lucky Luciano, la amenizó «la voz» de Frank Sinatra y asistieron «personalidades» de la talla de Anastasia, Costello, Gambino y Genovese.
Y mientras en La Habana construían canales de televisión, casinos, hoteles, marinas y hasta helipuertos, en 1957 solo el 4% de los trabajadores agrícolas comía habitualmente carne, pescado menos del 1%, apenas un 2% consumía huevos y el 90% no tomaba leche.
Los datos pertenecen a una encuesta de la Agrupación Católica Universitaria (4), en la que se registra además que el 80% de sus viviendas eran de madera con techo de guano, el 90% no tenían luz eléctrica y el 64% no disponían de baño ni letrina.
Recuerdo que en una fiesta privada en la que el trovador Pedro Luis Ferrer cantó algunas de sus canciones más críticas, uno de los cubanos participantes le dijo entusiasmado: «eso es, debemos reconstruir la Cuba que teníamos antes de que llegara este hombre».
El cantante dejó de tocar, se puso serio y le respondió: «ustedes ya fueron derrotados en 1959. No te equivoques, yo miro hacia el futuro, en busca de una sociedad mejor que esta y estoy seguro de que no la voy a encontrar en ese pasado que tanto añoras».
(1) Diccionario enciclopédico Grijalbo
(2) Volker Skierka en su biografía de «Fidel Castro»
(3) http://eddosrios.org/obras/historia/bando_5htm
(4) http://www.cubanag.ifas.ufl.edu/pdf/acusp.pdf
Publicado con la autorización de BBC Mundo.
Estoy ioo por ciento de acuerdo con el artículo y con Pedro Luis Ferrer, el modelo económico cubano actual ha demostrado que no puede resolver los problemas de nuestra sociedad, como dijo el propio Fidel al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, pero la solución no será nunca el pasado triste antes de 1959.