Cuba y la vejez que nunca esperamos

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Por El Toque

HAVANA TIMES – ¿Cómo es envejecer en Cuba hoy? La pobreza, la soledad, y el desamparo forman parte de la realidad que atraviesa la población mayor de 65 años en la isla.

La vejez que nunca esperamos es el título del libro que en septiembre de 2023 publicó el proyecto «Cuido60, Observatorio de Envejecimiento, Cuidados y Derechos». El volumen compila imágenes y relatos sobre experiencias de la ancianidad que fueron premiados en las dos primeras ediciones del concurso «Mirar la vejez» (2022 y 2023) que recientemente abrió su tercera convocatoria.

«Y aquí estoy, sesenta y dos años después de ese [primero] de enero de 1959, con más de 70 años, pensando en que, desde el punto de vista económico, no me ha ido tan mal, sobre todo porque he podido garantizar que mis dos hijos hayan estudiado y tengan una profesión que debe ayudarlos a seguir adelante, pero con la terrible decepción de que no fue este país destruido, social, económica y moralmente, el que yo soñé dejarles a ellos y a mis nietos», escribe Inés Caridad Casal, autora de uno de los relatos del libro.

Los desafíos de envejecer en Cuba hoy

«Mi generación, de más de 60 años, ha vivido siempre en condiciones difíciles. (…) Hoy, además de la escasez de alimentos, de la inflación desmedida, pasamos por una seria falta de medicinas de todo tipo y un abandono total de cualquier servicio imprescindible para tener una vida normal. (…) En este con­texto, los adultos mayores han sido golpeados contundentemente, en especial esa parte que se encuentra sola, aislada, olvidada en cualquier parte del país», narra Teresa Díaz Canals, autora incluida en la antología.

La mayoría de las fotografías y relatos recogidos en el libro reflejan la ancianidad en el contexto actual como una etapa de declive, de pérdidas y de déficits. Es notable la ausencia de construcciones artísticas y narrativas en las que se exprese el llamado envejecimiento saludable — proceso mediante el cual las personas pueden desarrollar su potencial con dignidad e igualdad—. Al contrario, ser adulto mayor en Cuba está asociado con la dependencia y la vulnerabilidad, asegura Elaine Acosta, editora de la obra, en la introducción del volumen.  

Acosta, quien también es la directora ejecutiva de Cuido60, añade que el libro recopila sin proponérselo la amplitud de temáticas vinculadas con la situación de los adultos mayores en Cuba y con la necesidad de cambios urgentes en las políticas sociales destinadas a ese grupo poblacional.

Entre las dificultades de los adultos mayores destacan las carencias materiales y la insatisfacción de necesidades básicas; las demandas de cuidados y de atención; el bienestar emocional, psicológico y social; la crisis alimentaria; la inflación y la pérdida de autonomía económica tras el deterioro del valor de las pensiones.

Dos de los problemas más urgentes que enfrentan quienes arriban a la ancianidad en la isla están vinculados con la situación de calle y con la crisis migratoria —fenómenos que se han incrementado de manera considerable en los últimos años—.

«En los bancos de los parques turísticos se reúnen adultos mayores abandonados a su suerte durante horas, a la espera de algún transeúnte caritativo que les ayude a paliar momentáneamente la terrible situación en la que sobreviven. Bajo el inclemente sol, deshidratados, con hambre, en pésimas condiciones higiénicas, pasan la mayor cantidad de horas del día a solo unos metros de la sede provincial del Gobierno, [que] hace la vista gorda y se “limpia las manos” como Pilatos, renegando de sus responsabilidades de cuidado y atención a quienes, en otros tiempos, le dedicaron su esfuerzo y su trabajo para construir un Estado [en el cual], supuestamente, “nadie quedaría desamparado”», narra Fidel Gómez Güell en uno de los relatos.

La crisis migratoria ha impactado profundamente la vida de las personas mayores en Cuba en los últimos tres años, teniendo en cuenta que alrededor de medio millón de cubanos —en su mayoría jóvenes— han emigrado y dejado atrás a padres y abuelos.

Como apunta Acosta, el éxodo migratorio complejiza aún más la crisis de cuidados porque incrementa el déficit de cuidadores familiares y pone en jaque el insostenible sistema de pensiones. A las precariedades materiales que padecen las personas mayores, se suma el debilitamiento de las redes familiares y sociales, la falta de apoyos y cuidados y mayores niveles de soledad.

El texto «El adiós de un abrazo», de Rachel Pereda, recoge el sentir de muchos jóvenes cubanos que, al partir, dejaron atrás a sus mayores: 

«Mi abuela odia las despedidas. Pero nadie se salva de ellas, mucho menos en Cuba, el país del adiós infinito… Aquella tarde de despedidas mi abuela hizo harina de maíz con huevo frito, la comida que tanto me gustaba de niña. Almorzamos juntas en el patio, en la misma mesa [en la que] un día lejano aprendí a leer y escribir. El fantasma de las antiguas fiestas familiares se sentó también junto a nosotras. Ahora mi abuela vive sola, acompañada por los recuerdos que habitan entre las paredes de una casa vieja y solitaria. Antes de irnos, la abracé con todas mis fuerzas. En aquel abrazo roto se rompía algo en mí para siempre».

El concurso

Cuido60 busca mejorar la accesibilidad y la calidad de la información sobre la situación y los derechos de las personas mayores y sus cuidadores. Desea, además, visibilizar y apoyar el trabajo de organizaciones comunitarias y de la sociedad civil que ofrecen servicios de cuidados y atención a las personas mayores de 65 años. Como parte de la estrategia, surgió el concurso «Mirar la vejez».

La convocatoria de la edición 2024 del certamen está abierta en las categorías de fotografía, relatos y cortos audiovisuales sobre experiencias de la vejez en Cuba. Los mejores trabajos podrán formar parte de los libros, proyectos y redes sociales de Cuido60. Los tres primeros lugares recibirán premio en metálico.

Las propuestas podrán enviarse hasta el 10 de marzo de 2024 y los resultados se darán a conocer el 15 de abril. El Observatorio de Envejecimiento, Cuidados y Derechos cree que el concurso es una oportunidad única para que los participantes destaquen su talento y también contribuyan a visibilizar la importancia de la vejez en la sociedad.

«Esta convocatoria es una invitación abierta a todos los cubanos, dentro y fuera de la isla, pero [en especial] dirigida a las personas mayores cubanas. Queremos escuchar sus voces. Valoraremos especialmente los trabajos realizados por los adultos mayores, sea en forma independiente o en colaboración con algún familiar o amigo», apunta el Observatorio.

Cuido60 se fundó en mayo de 2021 como un proyecto para ampliar los vínculos entre la academia y la sociedad, y para generar y socializar información diversa en relación con el envejecimiento y los cuidados. Trabaja un enfoque de derechos humanos, de género e intergeneracional e impulsa una reorganización democrática de los cuidados y del bienestar en Cuba y la región.

***Nota de Cuido 60. «Los detalles sobre la nueva edición pueden hallarse en el sitio web (https://www.cuido60.com). Para información específica, se encuentra disponible la investigadora Alejandra Lache vía correo electrónico: [email protected]».

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