Cuba sin pena de reconocer ruina deportiva

Por Ronal Quiñones

HAVANA TIMES – Esta semana las autoridades deportivas cubanas divulgaron los pronósticos de la delegación para los venideros Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, y sin pudor alguno reconocieron el estado ruinoso en el que se encuentra la otrora potencia continental.

Los malos resultados exhibidos por la gran mayoría de los deportistas cubanos en los últimos tiempos obligaron a abandonar cualquier tipo de optimismo si se quiere merecer algún margen de credibilidad, y por eso a la hora de pronosticar el desempeño de los atletas de la Isla en los distintos eventos internacionales se piensa en cifras que hubieran sonrojado a Fidel Castro.

Para la inminente cita multidiciplinaria, prevista entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre, Cuba alista una comitiva de alrededor de 400 atletas, pero más de la mitad, el 62 por ciento, nunca ha participado en unos Juegos Panamericanos, algo que nunca ocurrió en ciclos anteriores.

Aunque la cifra de competidores es similar a la de eventos previos (420 fueron a Lima 2019), el pronóstico es alcanzar solamente entre 18 y 22 medallas de oro (33 hace cuatro años), de ocho a 12 medallas de plata, y entre 36 y 40 medallas de bronce.

Esa actuación podría colocar a la Isla entre el quinto y el séptimo puesto en el cuadro de medallas, su peor en la historia de este tipo de lides en los últimos 52 años.

Eso no lo dije yo, lo dijo el segundo hombre del Instituto cubano de Deportes (Inder), el vicepresidente Ariel Saínz. 

Desde Cali, Colombia, en 1971, cuando conquistó 31 títulos, Cuba ascendió al segundo lugar en el medallero continental solo por detrás de Estados Unidos, y esa situación se mantuvo hasta Toronto 2015, incluyendo el histórico primer lugar de La Habana 1991.

En la edición canadiense la mayor de las Antillas cayó al cuarto lugar, con 36 títulos, por detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil, y peor le fue cuatro años después, al bajar al quinto, con 33 medallas de oro, superada también por México.

Pues ahora la cosa pudiera ser peor, porque Colombia le viene pisando los talones hace rato y pudiera ser en Chile donde la ubicación empeore más todavía.

Por supuesto, en el Inder es el bloqueo de Estados Unidos el principal responsable del desastre actual, porque igualmente es la causante de las dificultades económicas que atraviesa la Isla, no la pésima gestión gubernamental e incluso deportiva propiamente en muchas ocasiones.

El creciente éxodo de atletas y entrenadores, que luce indetenible especialmente en la última década, en muchas ocasiones es provocado por disgustos de sus protagonistas porque no se sienten recompensados adecuadamente en relación con lo que aportan. 

Según manejan las propias autoridades, entre el año 2022 y lo que va del 2023, un total de 187 deportistas abandonaron la Isla, de ellos, 33 que estaban entre los candidatos a medallas en estos Juegos de Santiago de Chile.

Varios casos, como el del boxeador Yoenlis Hernández, el mejor de la escuadra cubana en la actualidad, obedecen a los constantes incumpliminentos en la entrega de premios en metálico, que en este caso se los ganó recibiendo golpes, achacando el problema al comodín del bloqueo. Sin embargo, apenas una semana después de que abandonara al equipo mientras regresaba luego del Campeonato Mundial de Tashkent todo se resolvió de manera milagrosa, y apareció el dinero para pagar lo ganado en la cita anterior, dos años atrás, y que nunca llegaba.

Así sucede en todos los deportes que ganan premios en metálico, y lo único garantizado es el salario de los contratados con algún club, porque es esa institución la encargada de desembolsar el dinero.

En ese panorama, también escasean cada vez más los deportistas de la Isla que brillan a nivel internacional representando a su país, mientras abundan los atletas y entrenadores formados en Cuba que triunfan en cualquier otro lugar en disciplinas como el béisbol, el boxeo, el atletismo y el voleibol, entre otros. 

En el caso de los entrenadores, muchos de ellos fortalecen el potencial deportivo de otras naciones del área, cuyos deportistas son precisamente los que luego privan a los cubanos del lugar al que estuvieron acostumbrados por décadas. 

Para esta edición de los Juegos Panamericanos, Cuba participará solamente en el 54,5 por ciento de las pruebas convocadas (232 de 425 juegos de medallas, y 36 de las 60 disciplinas), porque algunos deportes ni siquiera se practican en la Isla, porque si no hay presupuesto para los tradicionales, mucho menos lo habrá para entrar en esas otras modalidades, algunas incluso olímpicas como el surfing o la escalada.

Después de presentar el asolador panorama vino la coletilla de siempre, que la delegación tiene un alto “compromiso” y competirá con dignidad. Al cierre sabremos cuántos priorizaron su futuro a la dignidad.

En lo puramente deportivo, Cuba volverá a depender del boxeo, la lucha, el judo, el canotaje y el ciclismo como principales disciplinas, porque son las que potencia el Inder pensando en los Juegos Olímpicos, que es lo que verdaderamente les interesa salvar. Son siete disciplinas llamadas “priorizadas”, junto al taekwondo (que para Chile no contará con su principal representante y por tanto no aportará) y el atletismo (depauperado totalmente). No cuento el béisbol porque ni es olímpico ni el presupuesto lo pone el Inder, pero es el más elevado del deporte cubano.

Por cierto, en Santiago de Chile se otorgarán boletos directos a los Juegos Olímpicos de París 2024 en 18 deportes, y 11 darán marcas válidas para el ranking clasificatorio a la lid parisina, por lo que los mejores representantes de la región estarán en competencia, a diferencia de ediciones anteriores donde muchas naciones no enviaban a sus mejores atletas.

Hasta ahora, solamente nueve cubanos tienen seguros sus boletos a París 2024 en lucha, canotaje y tiro deportivo. Faltan muchos por buscar sus clasificaciones, pero la cuantía de la delegación podría seguir en picada.

Ya este fin de semana se concretó el fracaso del seleccionado masculino de voleibol, que hubiera sido el único deporte colectivo de la nación caribeña en la Ciudad Luz, en el torneo preolímpico de la disciplina. Alcanzar el cupo de manera directa era el sueño de unos pocos optimistas, pero había que realizar la mejor actuación para mantenerse en el lugar 11 del listado universal, que también garantizaba la presencia en la justa bajo los cinco aros, pero Alemania y Canadá, que estaba por detrás, lograron sorpresivamente el pase directo y los dejaron con las ganas.

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