Centro Cristiano mantiene acciones contra violencia de género en Cuba

La labor del CCDR de Cárdenas abarca la sensibilización y capacitación de mujeres, hombres y otros miembros de la familia para prevenir y eliminar la violencia de género y otras expresiones de discriminación. Foto: Cortesía del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas

La institución con sede en Cárdenas y sin fines de lucro se encuentra entre las pioneras en la atención a ese problema en la isla.

Por IPS-Cuba

HAVANA TIMES – En las actividades que desarrollan en su sede y en las comunidades, en el espacio presencial o virtual, abordar la violencia hacia las mujeres es una constante en la labor del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo (CCRD) de Cárdenas, en Matanzas, más allá de cualquier jornada de activismo.

Aun así, el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el CCRD entregó los premios de fotografía y artes plásticas de la quinta edición del salón bienal Cultura de Paz.

“El tema del salón este año fue «Renacer tras la pausa», relacionado con la resiliencia en tiempos covid-19 y cómo el arte puede también sanar. La violencia de género se trabajó bien fuerte y las obras ganadoras, todas hechas por mujeres, abordaron ese problema”, dijo Beatriz Lima, coordinadora de la pastoral para la reflexión y el diálogo del CCRD.

“Hemos trabajado mucho ese asunto en todos los espacios que estamos sosteniendo ahora y en tiempos de pandemia. No somos tanto de hacer acciones puntuales en conmemoración de una fecha, sino de tratar de sostener un trabajo sistemático”, destacó.

Labor sistemática

En la labor que desarrolla el centro en unas 12 comunidades rurales y semiurbanas, mayormente en la provincia de Matanzas, uno de los problemas principales es la violencia de género y contra las mujeres.

Los equipos de especialistas del centro accionan en las comunidades para prevenir y erradicar la violencia, además de apoyar el respeto a los derechos de la infancia. “Es algo sistemático, no de un día ni de una jornada, sino que se trata de una formación sistemática que estamos potenciando”, abundó la coordinadora.

Según explicó, el CCRD trabaja estos temas también con un grupo de mujeres empoderadas, muy diversas, con proyectos socioculturales y de iglesias con las cuales se conformó un grupo de WhatsApp.

“Son cerca de un centenar, con ideas de negocios, pero que todavía no tienen nada materializado y por ahí estuvimos trabajando todo un programa grande de capacitación y empoderamiento económico femenino, que incluyó temas relacionados con las violencias en general, la violencia de género y la justicia de género”, puntualizó.

A esos tópicos se sumaron otros referentes a los derechos de las mujeres y las nuevas regulaciones para el trabajo por cuenta propia. “Nuestras colaboradoras abordaron cuestiones financieras, de marketing, incluido el digital, es decir, todo aquello que se alguna manera puede limitar la iniciativa privada”, dijo.

Violencia, pandemia, urgencias

De acuerdo con Lima, en el tiempo de pandemia “ha habido mayor sobrecarga de los roles atribuidos a las mujeres socialmente, por lo que se han sentido mucho más sobrecargadas que los hombres, y eso lo hemos tenido que trabajar obligatoriamente”.

Para abordar tales asuntos se crearon dos redes juveniles con personas adultas y con adolescentes y jóvenes de diferentes localidades. También se profundizó de forma virtual en cuestiones como la convivencia saludable, los derechos sexuales y reproductivos, “tratando de ser sistemáticos y con un toque terapéutico”, apuntó la coordinadora.

“En nuestra institución hay psicólogos y psicólogas acostumbrados a este tipo de acompañamiento y esto también formó parte de la formación y el acompañamiento a las vivencias que experimentaban durante esa etapa, lo que tributa a la armonía en el hogar y requiere trabajar no solo con las mujeres, sino con otros integrantes de la familia”, valoró.

A juicio de Lima, “uno no termina de sensibilizar acerca de la violencia contra las mujeres”. Asimismo, consideró “un reto trabajar con los hombres el tema de las masculinidades en las comunidades rurales, porque muchas veces, a las capacitaciones en esos espacios, por lo general asisten las mujeres”.

“Hay que trabajar también con otros miembros de la familia para poder sensibilizarlos y que tenga eso un impacto al interior del hogar”, apuntó.

Actualmente prosigue el servicio de consejería, “un programa de atención psicocomunitaria, al que se ha añadido el trabajo en las comunidades rurales, adonde acuden especialistas en psicología para dar acompañamiento psicológico a personas, fundamentalmente mujeres, niñas y niños, y atender conflictos familiares.”

Este programa mantiene sus servicios diarios de atención a la población. Ofrece apoyo y orientación a mujeres víctimas de violencia en consultas especializadas, “lo que está siendo un pilar del quehacer del centro cristiano, y que fue decisivo de manera virtual en los momentos más difíciles durante la pandemia”, destacó Lima.

De vuelta a la presencialidad

Ahora el centro retoma cada vez con mayor fuerza su actividad presencial y continúa contribuyendo al empoderamiento de varios grupos de mujeres, entre ellos, uno integrado por emprendedoras dedicadas a cuidados infantiles en guarderías, otras dedicadas a la confección y venta de juguetes, así como animadoras de cumpleaños.

Según explicó Lima, “se trabaja lo relacionado con la psicología de las edades preescolares, las características de la infancia y sus principales desafíos y vivencias durante la pandemia”.

Igualmente, se dialoga con las mujeres acerca del autocuidado como una necesidad, ya que deben estar “preservadas o bien cuidadas antes de poder cuidar a otras personas, en este caso, a la niñez”.

Destacó Lima que, en el contexto de la pandemia se mantienen los programas de atención psicopastoral y de atención a ancianas, ancianos y personas con necesidades especiales. También la finca El Retiro, perteneciente al centro cristiano, siguió produciendo, algo muy importante en medio de la crisis alimentaria que vive la nación caribeña.

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