¿Será suficiente con votar NO?
Verónica Vega
HAVANA TIMES – Amigos y conocidos me han preguntado: ¿Votarás NO?, como una pregunta trivial, ya que lo dan por sentado.
Sin embargo, admito que el tema de las “elecciones” me produce un gran cansancio.
Incluso el oficial de la Seguridad que “nos atiende” (sin que hayamos reclamado su atención), nos visitó para recordarnos que no permitirán ningún tipo de manifestación relacionada con esa burda representación de referendo constitucional.
Les preocupa que los artistas de la campaña contra el 349 revuelvan el avispero, de por sí, muy descontento. Razones sobran, porque este año no ha debutado con ninguna buena noticia gubernamental.
El cuartico, más que igualito, está peor. Basta oír los comentarios en la calle. Mucho más directos y atrevidos de lo que jamás había escuchado. Como si ya la burocracia, la corrupción, y otras viejas distracciones se fueran debilitando para enfocar al verdadero responsable de décadas de falsas esperanzas.
Ahora, y hablando únicamente por mí misma, dudo que votar NO, siquiera masivamente, cambie nada. Soy de la opinión que la mejor evidencia de la verdad sería negarse a participar en ese simulacro de votaciones, de selección, de decisión, cuando todos sabemos que todo está cuidadosamente previsto y no será ninguna sorpresa el resultado:
-La continuidad de la Revolución (es decir, del desabastecimiento y la tristeza. La perpetuación de la imposibilidad, el amordazamiento de las ideas progresistas, de las críticas frontales, y cualquier iniciativa ciudadana y espontánea de transformación).
Creo que si la ya endémica apatía política se manifestase tal cual es, la gente se quedaría en sus casas precisamente porque no cree en esas elecciones. Incluso los pioneros que velan las urnas y no tienen la inocencia de los de mi generación, que creíamos en aquello de “el hombre, del hombre es hermano, ¡que vivan los proletarios! La Tierra será el Paraíso bello de la humanidad” (versión traducida que se nos enseñó en los 70 de La Internacional, el himno del comunismo).
Recuerdo la primera vez que me aposté junto a una urna, estando en cuarto grado. Cómo me emocionaba pensando que estaba representando el poder más noble, el que velaría porque los tantos pobres de este mundo fuéramos por fin iguales ante nuestros hermanos, teniendo todos lo justo para no sentirnos superiores a los demás.
Entonces ignoraba que la ambición es parte de la naturaleza humana y expresión intrínseca de la libertad, ese vocablo que podíamos (y podemos) decir solo a medias, en dependencia del contexto. Porque si reclamamos su sentido total, se vuelve peligrosamente subversivo.
Sesenta años después de esa experiencia, en el mismo escenario desarrapado, con una disposición sin entusiasmo y sustentada por el miedo (un miedo cada vez menos instintivo, menos ciego y más cuestionado), tenemos el privilegio de fingir que con un NO estampado en un voto, estamos decidiendo algo.
Pero admito que, para el absurdo panorama de Cuba, el que circule la voz de votar lo opuesto que se espera de nosotr@s es un paso adelante. Por primera vez se habla de disentir en una convocatoria oficial. Aunque ese disenso esté respaldado en la privacidad de una cabina improvisada, en la protección que representa un papel sin firma.
Es una oportunidad sin precedentes y ojalá fuera el inicio de un verdadero cambio.
// No es suficiente votar NO //
Lo mejor es NO VOTAR, pero tampoco sería suficiente para resolver los problemas y encaminar a Cuba.
En mi opinión, necesitamos:
1. Desarrollar políticos y futuros gobernantes que sirvan.
2. Desarrollar e implementar una nueva, buena y legítima Consitución.
Afortunadamente, en estos tiempos ya es posible lo segundo. Ver GranFLNC.net (Gran Foro Legislativo Nacional Cubano).
En cuanto a lo primero el mismo GFLNC ayudará mucho, pero además hace falta mejor labor de los medios *y del sistema educacional* (si conocen a algunos profesores de educación cívica en Cuba, pónganlos en contacto conmigo, por favor).
Saludos.
Votar ”NO» si es importante. No tanto por el resultado, pero sí por cómo lo reciba el poder. A principios de los90 en las elecciones casi nadie votó y simplemente repitieron se repitió LA ELECCIÓN y entonces fue masiva la participación y el SÍ por el socialismo.
NO. NO. NO. NO. NO. NO. NO. NO. NO
Muy buen post Veronica, quiero dejarte saber que coincido plenamente con lo que planteas aquí.
Y de sobras se sabe que aunque el No se valla por encima del SI, aquí todo va a continuar de la misma manera, en primer lugar porque los cubanos y cubanas no están aún preparad@s lo suficientemente para defender sus propios derechos, incluso, muchos de los que votarán por el SI, ni siquiera se han leído la constitución, porque al final saben que un voto en contra no los ayudará en nada, como tampoco el SI, pondrá frijoles sobre su mesa, siempre prevalecerá el miedo, a lo que pueda pasar si alguien disiente, se sabe que disentir en Cuba es un problema grave, enseguida serías vist@ como un gusano, o contrarrevolucionario, eso se ha visto a través de la historia como cuando en asambleas nunca nadie está en contra de nada, cosa rara esa, porque siempre hay alguien con otras ideas, pero claro preferimos, callar, mentir, por tal de no traer un problema más a nuestras vidas.
Yo votaré No, es mi derecho, además en la boleta aparece un si y un NO, por algo estará ahí ese NO.
Por lo pronto esperaremos el día, y ya veremos que luego de tanto bla bla bla, todo en Cubita la no tan bella todo seguirá como siempre, y nosotros las cubanas y cubanos, comiendo nos el cable del siglo, viviendo a base de mentiras y patrañas, que por cierto no vienen del imperialismo.
¿Podemos entrar un segundo en la imaginaria de que el No sea el que prevalezca, que el No sea el que se anuncie como triunfador, y el No sea reconocido? ¿Podemos por un instante crear un mundo paralelo en el que el No lo anuncie la cúpula y con esa oratoria depurada se anuncie que esa elección se defenderá con los dientes y el bodrio vigente será el que prevalezca como ley superior? ¿Se entiende que el marco de libertades ya mismo es peor que estrecho? ¿Se comprende con claridad que las dificultades en la concordancia entre leyes secundarias y la ley máxima son infinitas y la discrecionalidad es lo que prevalece? ¿Se puede ver nítidamente que un suceso de esa magnitud le daría un impulso aún más grande a la figura de primer mandatario al nivel de dejar casi en el olvido pleno a los rumiantes que le diseñaron y propusieron ese remedo de nueva constitución y por tanto ni siquiera una fachada de representación popular quedaría en pie? ¿Quién gana con el No?¿quién gana con el Si? Estos cabrones nunca pierden… perdiendo también ganan. La pregunta es de qué manera ganan más.
Sí, es muy triste pensar que estas votaciones solo significan la oportunidad de estampar una negativa simbólica, y una contribución nula que será manejada de cualquier forma a favor del Gobierno. De todos modos, me he dejado influir por la opinión razonable de que es nuestro derecho votar, aunque en el mejor de los casos sea para sentar un precedente de oposición que desgraciadamente no resolverá ninguno de los muchos problemas de los cubanos. Necesitamos aprender a confiar en el poder latente en cada uno, asimilar de una vez que Cuba puede cambiar si tan solo cada uno defiende lo que le interesa desde su propia plataforma. Muchas voces negándose, resistiendo, reclamando, hacen un ruido insostenible.