La teoría del punto ciego

Por Gaby Rabassa

El la barberia. Foto: Juan Suárez
El la barberia. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — Existe, en nuestro campo de visión, un punto ciego. Se le conoce, también, como mancha ciega o disco óptico. Clinicamente hablando, se debe a la carencia de sensibilidad a la luz que, en la zona del polo posterior del ojo, poseen las células. Nuestro cerebro muchas veces no nos permite percatarnos de esto, pues suple la información visual con el otro ojo, pero lo cierto es que “hay una parte del mundo a la que somos literalmente ciegos”.

Esta curiosidad me incita a establecer una comparación con la sociedad cubana actual. Resulta que “el punto ciego” nos protege de cosas que no deberíamos ignorar y nos permite vivir, quizás, ajenos a la realidad, inmersos en nuestros asuntos, que sí vemos, sin embargo, porque no nos queda remedio. Lo asocio también a la capacidad que tiene el cerebro para bloquear aquello que nos hace daño y que, no tan inconscientemente, ignoramos.

Cotidianamente encontramos dependientes, que aún con un servicio gastronómico ineficiente, nos maltratan con sus pesares. Sin embargo, actúa “mi teoría del punto ciego”, cuando bloqueamos la imagen de un amigo que lo (la) entretiene en horario de trabajo, de un celular que provoca no nos mire a la cara o de unas monedas que no nos devuelve. En un final, él (ella) también tiene que ganarse la vida –pensamos.

En cuántas ocasiones no hacemos “la vista gorda” cuando nos cobran doblemente el taxi, porque “el petróleo está escaso”, cuando un imperfecto burócrata nos obstaculiza aún más el papeleo, cuando surge una nueva ley y nos resignamos a ella, aunque no nos convenga.

Cuántas veces pagamos de nuestra burla de salario, un sindicato que no funciona, una rotura que nuestra institución o instituciones “más arriba”, deberían pagar. Cuántas veces se marcan nuestras huellas en un asfalto irregular e incompleto, debido a que arreglaron la tubería, pero solo eso, el asfalto le toca a otra brigada.

Conversación. Foto: Juan Suárez
Conversación. Foto: Juan Suárez

Cuántas veces nos callamos por miedo, cuántas veces no actuamos para que no nos tilden de contrarrevolucionarios. ¿Cuántas veces utilizamos “la teoría del punto ciego” a nuestro favor?

De esa manera, hemos convertido una historia tan bonita en simple resignación, en nada de rebeldía, en pérdida total de valores y en un vivir día a día que nos convierte en perfectos seres antisociales, burlando toda teoría marxista.

No podemos permanecer inertes, dentro de esta sociedad ni en ninguna otra, ante los problemas que nos toquen vivir. Sí somos seres sociales, sí nos afectan los problemas políticos, económicos, medioambientales, etc. Aunque utilicemos “la teoría del punto ciego” y bloqueemos la situación, bordeando “la piedra” (entiéndase el problema o situación poco favorable), la piedra seguirá ahí.Podemos convertir nuestra anatomía en una invertebrada figura que se arrastra buscando la manera de no tocar la piedra, pero esta seguirá ahí.

Freud planteaba que nuestro cerebro podía bloquear estas situaciones o recuerdos desagradables, sin embargo siempre estaban presentes, inconscientemente, en nuestras actitudes y relaciones.

Entonces, vale la pena detenernos a pensar: si vamos a tomar la piedra y bordearla o si vamos a utilizar eternamente “la teoría del punto ciego”, como excusa.

4 thoughts on “La teoría del punto ciego

  • Gaby, para los problemas del “punto ciego social” cubano hay una operación efectiva al 100%, la realiza el oftalmólogo “capitalismo”; dentro de unos años, si se acaba el paternalismo y la mediocridad que hoy imperan en Cuba ya verás como el dependiente se pone un cohete en el c… y te atiende al momento, con sonrisa incluida, el taxista te deja en la puerta de tu casa, te espera si es necesario y se deshace en atenciones contigo, el salario (poco o mucho) te alcanzará para comer de acuerdo a tu empleo y conocimientos, la calle estará recta y asfaltada. Solo hay un problemita con el oftalmólogo “capitalismo”, la gente en Cuba (muchos) le tienen miedo. Saludos.

  • La teoría de hacerse los chivos con tontera para que no los tilden de contrarevolucionarios. Por eso es que les pasan carretas y carretones, porque los tienen chantajeados con esa palabrita.

  • Pues sí el “punto ciego” es el que protege a la población en la jungla diaria que viven. Cuando se den cuenta que nadie más que ellos mismos podrán resolver sus necesidades, se acaba “el punto ciego”.

  • Si esa comparación anatómica es valida,pero también lo es como dice Kamizaque ,el miedo que los invade a
    perder lo poco que se tiene, a represalias, todos no pueden lanzarse en lanchas, existen muchos factores que aunque sepas
    y te des cuenta de lo mal que se vive, con respecto al mundo,que tenemos una vida plagada de vicisitudes, no nos queda mas que hacernos los chivos con tonteras, pero si deseamos el cambio, esto no da para mas.

Comentarios cerrados.