La decepción de Amaury Pérez

Amaury Perez en su programa “Con 2 que se quieran”. Foto de archivo: Cubadebate

Por Francisco Acevedo

HAVANA TIMES – La decepción del cantautor cubano Amaury Pérez, según él porque no promueven su música, fue tema de debate esta semana en redes sociales.

Se trata de uno de los íconos del Movimiento Nueva Trova, autor de temas tan “revolucionaros” como Acuérdate de abril (1976) o Martí en Amaury (1978), por poner solamente par de ejemplos. 

Su queja pudiera ser la de otros cantautores devorados por el reguetón y otros males cotidianos (discúlpenme sus defensores), en su caso yo al menos no conozco nada nuevo que haya hecho. Nunca fue realmente lo que se dice popular, pero a mí personalmente sí me gustan varios de sus temas.

Se le olvida que él se benefició de toda la maquinaria promocional que acompañó a la Nueva Trova, aunque él era el llamado Patito Feo del grupo, y que eso se hizo también a costa de otros artistas que estaban prohibidos, tanto nacionales como internacionales.

Agregó que la salida definitivamente del país de varias personas de “su equipo” de trabajo (producción, escenografía y músicos acompañantes) aumentó su decepción. Es la realidad en todas partes, Amaury, diariamente vemos alejarse a amigos por esa razón, porque ya no quieren seguir viviendo aquí y prefieren ir a lavar platos en cualquier lugar con el sueño de darles un mejor futuro a sus hijos y nietos.

“Acostumbré al auditorio a un espectáculo que ya me era imposible garantizarles”, dice, y no le falta razón, pero ¿de quién es la culpa? Sin embargo, en esa propia entrevista (https://oncubanews.com/gente/amaury-perez-no-espero-ni-sueno-con-exitos-tardios/) reconoció que su último concierto fue en el habanero teatro Karl Marx, en diciembre de 1997. O sea, que llevaba más de 25 años sin actuar en solitario.

Le quitaron el presupuesto de su programa televisivo “Con 2 que se quieran”, luego de haber rendido pleitesía a Fidel Castro y guataconeado a su hermano Raúl y al heredero, Miguel Díaz-Canel, y eso le dolió.

La realidad es que el programa destacaba sobre la mediocridad del resto en la televisión cubana por su empaque, su elegancia, la fotografía y los invitados, pero a todas esas personas, en su mayoría del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), no se le pagaba lo que se le paga a un fotógrafo normal del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), donde se produce prácticamente todo lo de la pequeña pantalla en la isla, por ejemplo.

“Perder el tiempo discutiendo proyectos artísticos con ignorantes es perder doblemente el tiempo”, señaló al respecto sin entrar mucho en detalles, pero señal evidente de que no se sintió apoyado.

En Cuba no es fácil publicar una novela cuando no eres un escritor reconocido, pero él logró sacar a la luz dos: El infinito rumor del agua (2007) y Diez meses y veintinueve días (2008), sin gran acogida, pero las publicó.

Qué casualidad que todas sus críticas salen después de que sufre lo que sufre cualquier cubano. Mientras estuvo disfrutando de las prebendas del régimen guardó silencio cómplice.

Lo hace además desde fuera de Cuba, pues está radicado en México hace un buen tiempo, y donde no es tratado como un artista normal, porque fue invitado más de una ocasión a las conferencia mañaneras del presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, fanático confeso de la Revolución cubana.

Ya con casi 70 años a cuestas (los cumple en diciembre), el hijo de Amaury Pérez García y Consuelito Vidal, estrellas de la televisión cubana, señaló en otro momento: “No tengo idea de quién me oye”. Pues bien, ahí puede estar parte de la explicación de su lejanía de los escenarios, y aunque con su trayectoria es entendible que no se preocupe por esas cosas, son parte importante de este negocio, porque no olvidar que la música es también un negocio.

Está previsto que Amaury cante el venidero 17 de noviembre en el Festival TrovAbierta, de Querétaro, que este año estará dedicado a la memoria de Pablo Milanés, fallecido en 2022. Curioso también, porque siempre se posicionó del lado de su amigo Silvio Rodríguez, que se enemistó con Pablo seriamente luego de haber regalado al público cubano las mejores colaboraciones musicales de su historia.

Pablo, que en los últimos años fue bastante crítico con el régimen aunque decidió regresar a la isla para dejar su último aliento, fue el gran ausente en “Con 2 que se quieran”, y no por un problema de coincidencias. A lo largo de sus tres temporadas el programa sobrevivió por 10 años, así que hubo momento de sobra para encontrar un hueco en la agenda del fundador de la Nueva Trova para sentarlo a conversar íntimamente.

Pero bueno, eso ya son temas personales. Aquí lo importante es el oportunismo de los “conversos”, aunque en el caso de Amaury todavía no creo que lo sea.

Algunos recordarán su papel como organizador del concierto Paz sin fronteras, aquel famoso de Juanes y compañía en 2009, y esos no olvidarán que fue Amaury el único de los artistas participantes que fue abucheado, precisamente por su contubernio con las altas esferas políticas del país.

Meses antes había acompañado a Fidel en vuelo privado a Estados Unidos, un “privilegio” que no tuvo ningún cantautor de su generación.

Cuando nos pisan el callo, como se dice popularmente en Cuba, es muy fácil quejarse. Lo realmente admirable es que cuando estás en tu hora de esplendor, cuando tienes cámaras y micrófonos a tu alrededor, seas capaz de denunciar lo que merece ser denunciado.

Personalmente pienso que cualquier momento es bueno para abrir los ojos, pero repito que en este caso no creo que pase de una rabieta, y que mañana mismo, llamada telefónica mediante, esté nuevamente Amaury lamiendo las botas del presidente de turno.

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