Cuba en la lista de países que patrocinan al terrorismo
Por Javier Herrera
HAVANA TIMES – En días recientes trascendió que el Señor presidente de Colombia, Gustavo Petro, le pidió, de manera no oficial, al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, que saque a Cuba de la lista de países terroristas.
Para entrar en contexto debemos señalar que Cuba retornó a la deleznable lista a raíz de la interrupción de los diálogos de paz que se llevaban a cabo en la isla entre el insurgente y comunista Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno de Colombia, con Cuba como garante y sede de la mesa de dialogo.
El 17 de enero del 2019, en medio de las conversaciones de paz, el ELN hizo estallar un coche bomba contra las instalaciones de la escuela de formación de oficiales de la Policía en Bogotá, dejando un saldo de 23 fallecidos y más de 100 heridos.
A raíz de los hechos el presidente de Colombia en esos momentos, Iván Duque, puso fin a las conversaciones de paz y dictó orden de detención sobre los lideres de la guerrilla y pidió a Cuba su extradición. Cuba se negó a extraditar a los comandantes guerrilleros argumentando que eso no estaba contemplado en los acuerdos pre conversaciones y les concedió asilo y protección, lo que le valió entrar nuevamente en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
En un hecho inédito el gobierno de La Habana le informó al gobierno de Colombia, mediante su embajador en Bogotá, José Luis Ponce, sobre posibles amenazas de atentado en Bogotá, a perpetrarse por el grupo terrorista. Luego de la información proporcionada por Cuba el ELN emitió un comunicado donde no niega la autoría y planificación de dichos atentados, pero exonera a sus lideres protegidos en Cuba alegando que estos están allí para promover la paz, no para planificar acciones de combate o atentados. Mientras el gobierno colombiano aprovechó la ocasión para reiterar el pedido de extradición, pedido negado una vez más por Cuba.
Una vez llegado al poder Gustavo Petro, ex guerrillero y viejo amigo del régimen cubano, el gobierno colombiano ha tratado de influir en la permanencia de Cuba en dicha lista. De esta forma Petro se suma a varios congresistas colombianos que le enviaron una carta a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, a la presidenta de la Cámara de Representante de Estados Unidos, Nancy Pelosi y al presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Csaba Kőrösi solicitando que Cuba sea retirada de la lista de países que ayudan o patrocinan el terrorismo.
Si alguien quisiera hacer un análisis medianamente serio sobre la situación de Cuba frente al terrorismo sería necesario remontarse al nacimiento del actual régimen, así como de sus relaciones internacionales.
El régimen de La Habana llegó al poder en el año 1959, luego de una cruenta guerra civil, protagonizada entre un gobierno ilegitimo y una guerrilla rural, con representación urbana que empleaba métodos terroristas para sembrar el caos y desestabilizar al gobierno.
Luego del triunfo de la guerrilla y su ascensión al poder, tan temprano como en el mismo 1959, comenzaron las aventuras militares cubanas.
Aunque Cuba solo reconoce haber participado con tropas en cinco ocasiones: Argelia, Siria, Congo, Angola y Etiopía, está bien documentada la participación de tropas cubanas en al menos 11 ocasiones en diferentes partes del mundo, y donde destacan la expedición fallida a Panamá con el fin de iniciar un movimiento revolucionario en el país en 1959; la expedición fallida a la República Dominicana para derrocar a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, en alianza con el exilio dominicano; y en 1963 y 1967 expediciones fallidas de militares cubanos para tomar el poder en Venezuela e instalar un gobierno amigable con Cuba y asegurar el suministro de petróleo a la isla.
A las aventuras bélicas cubanas le podemos sumar la creación, entrenamiento, apoyo logístico y hasta dirección militar de guerrillas alrededor del mundo, con especial énfasis en América Latina.
Con respecto al caso de las relaciones de Cuba con Latinoamérica es de señalar que Cuba promovió guerrillas rurales y urbanas en lugares como Chile, Argentina, Colombia, Uruguay, Brasil y otros lugares y en disimiles oportunidades.
Es de todos conocida la aventura guerrillera de Ernesto Guevara, el Che, en tierras bolivianas, luego de fracasar en su intento de hacerlo en Perú. También es conocida la participación de Cuba en la formación y entrenamiento de la guerrilla formada por el periodista Jorge Ricardo Masetti al noroeste de argentina.
Igualmente es de dominio público las decenas de terroristas de diferentes organizaciones que han encontrado refugio seguro en La Habana durante los últimos 60 años y entre los que destacan:
-JoAnne Deborah Chesimard (Assata Shakur) quien es la única mujer en la lista de los más buscados por el FBI
-Charlie Hill, Veterano de Vietnam, Hill es buscado por el asesinato de un policía de Nuevo México y el secuestro de un avión de TWA
-Joseba Sarrionaindia, escritor vasco y antiguo miembro de la organización terrorista ETA, que se fugó de la cárcel hace 31 años y que ha permanecido desde entonces en paradero desconocido, asegura que hace años que vive en La Habana «haciendo vida normal». En el 2021 regresó a España.
Si las muestras hasta aquí aportadas de la participación de Cuba en complots terroristas internacionales parecieran pocas se puede señalar que Cuba se ha visto implicada en acciones subversivas en Chile, Bolivia y Colombia durante los últimos años, donde incluso se ha capturado a personal diplomático cubano con grandes sumas de dinero en medio de manifestaciones vandálicas.
Pero si aún quedara alguna duda de que el régimen de Cuba pertenece por derecho propio a la lista de países que patrocinan el terrorismo basta con ver el apoyo irrestricto que le ha dado el gobierno actual a la reciente invasión rusa a la república soberana de Ucrania.
Por último me encantaría comentar que Cuba no solo enfoca sus esfuerzos terroristas allende su frontera. La ciudadanía cubana también es blanco de los ataques terrorista del régimen gobernante.
Durante los últimos dos años, producto de la grave crisis generalizada que vive el ciudadano de a pie cubano se han suscitado protestas cívicas a lo largo de toda la nación. Las protestas han sido reprimidas brutalmente por un gobierno que no tiene para comprar ambulancias o medicamentos, pero sí para construir hoteles y comprar lo último en materia antimotines.
Los manifestantes han sido perseguidos por los órganos militares de inteligencia, detenidos, golpeados, inoculados de enfermedades mortales como el caso de Ariel Ruiz Urquiola a quien se le inoculó VIH. Los manifestantes capturados, luego de haber sidos torturados física y psicológicamente, han sido condenados a largas cadenas en juicios amañados.
Periodistas críticos con el régimen son consuetudinariamente amenazados, golpeados, encarcelados, violados sus derechos más elementales y hasta obligados al exilio. Cualquier voz disidente es perseguida y acallada con las peores maneras.
Las condiciones antes descritas han lanzado al pueblo cubano a un éxodo sin precedentes a través de las selvas de Centro América y mediante el método de balsas cruzando el peligroso Estrecho de la Florida. Éxodo en el que el gobierno cubano ha sacado sus buenos dividendos al aumentar precios de pasajes y estadías y hasta crear una red de traficantes de personas que facilitan la travesía hacia los Estados Unidos.
Luego de analizar lo antes expuesto me encantaría que el señor presidente de Colombia, o alguien que defienda sus puntos de vistas, me diga si realmente considera que Cuba debe salir de la lista de paises que patrocinan el terrorismo. Me encantaría saber si su pedido es desde un civismo consciente o proviene de sus lazos amorosos con el izquierdista en su actuar dictado desde La Habana. ¿Realmente Gustavo Petro se arrepintió de su pasado terrorista y guerrillero o solo optó ahora por proseguir su activismo terrorista de izquierda desde una fachada política?
Cada uno de los planteamientos afirmados en el presente texto pueden ser y serán analizados a profundidad en futuros artículos, con el aporte de pruebas y testimonios. Hasta tanto, analice usted, busque información y hágase su propia opinión sobre la permanencia de cuba en dicha lista o si alguna vez debió salir.