Caso Otero Alcántara: de como se desvirtua la verdad

Por Vicente Morín Aguado

Luis Manuel Otero Alcántara

HAVANA TIMES – CNN en español publicó el pasado 7 de mayo un comentario, firmado por Jorge Dávila Miguel, titulado: Otero Alcántara no se muere en Cuba… ¿y ahora qué?

Desde el encabezamiento se advierte un encadenamiento de manipulacion y/o desconocimiento, arrastrado tras la ligereza de 833 palabras:

“Luis Manuel Otero Alcántara, artista opositor cubano, ha dejado su huelga de hambre y sed en La Habana. Fue ingresado en la madrugada del domingo en el hospital Calixto García mediante acción policial, y se acaba de publicar una “fe de vida” solicitada por familiares y amigos.”

Las evidencias, descarnadas, irrefutables, son:

Otero fue sacado a la fuerza de su vivienda, después de 7 días de la citada huelga, en la madrugada del 2 de mayo, por un grupo operativo de la Seguridad del Estado, la Gestapo cubana. Algunos de sus captores vestían batas blancas, auxiliándose de una ambulancia para conducirlo bajo arresto a una sala del hospital Calixto García, donde está preso, recibiendo algunas atenciones médicas, como es habitual en tales casos, bajo control de sus carceleros.

Luis Manuel no ha dejado su huelga de hambre, la de sed fue interrumpida forzosamente. La tal “fe de vida”, un video de apenas 2 minutos filmado por una enfermera junto al médico jefe. Contrasta con un quejoso Twitter del gobernante designado Díaz-Canel, contrariado por la preocupación internacional, en especial del gobierno de los Estados Unidos y del parlamento europeo, quienes, junto a otros actores internacionales, exigieron con firme cortesía diplomática, garantizar la vida del joven artista opositor.

Dentro de Cuba, el movimiento popular de solidaridad con el huelguista va in crescendo, en particular destaca el desafío de cada vez más gente hacia los agentes represores, uniformados o vestidos de civil.

En el Calixto García, rodeado como un centro penitenciario, se prohíbe el libre acceso al prisionero. La contradictoria orden tratándose de un enfermo que, según un excepcional parte médico, cuestionado por especialistas independientes, está fuera de todo peligro, mostrando una apariencia saludable.

El comunicado oficial del ministerio de salud pública parece inspirar el título del comentario en CNN. Sin embargo, testimonios del pasado indican que la vida de Otero está tan segura como antes lo estuviera la de Zapata Tamayo, citado en el escrito, de entre una pléyade notable de cubanos, ofreciendo su cuerpo cual único escudo ante la omnipotencia represora. Zapata terminó mártir al cortarle sus cuidadores, ¡en un hospital!, el suministro de agua.

Recordando calvarios en hospitales, ese mismo Calixto García cobijó el asesinato médico de Laura Pollán, líder fundadora de Las Damas de Blanco.

Mientras tanto la justicia reclama cómo y por qué murieron el premio Sajárov Oswaldo Payá, junto a su compañero Harold Cepero, quienes llegaron vivos al centro asistencial de una ciudad oriental.

Los desinformados deben saber que en las actuales circunstancias bastaría un tenue soplo de aerosol contaminado con la nueva y peligrosa cepa sudafricana del Covid-19. En Cuba abundan los casos, algunos debidamente documentados y denunciados, de contagios por Coronavirus en los hospitales.

Negando historia y realidades, siguen las frases que rematan el lead firmado por Dávila Miguel:

“En dicho video, Otero Alcántara habla muy bien de la atención médica que recibe, diferenciándola de “otras actividades” de las fuerzas del gobierno, como las de la seguridad del Estado.”
“Con un jovial temperamento, hasta le arregla el cuello de la camisa al doctor Ifrán Martínez, que comparte su aparición desde el hospital.”

Un precepto básico del derecho considera irrelevante para emitir juicio, las opiniones o acciones de una persona cuando está bajo evidente coacción.  

Por razones de espacio, lamentamos obviar parrafadas plagadas de afirmaciones quizás guiadas por una escasa compresión, in situ, de la realidad cubana.

Sin embargo, es imposible soslayar el siguiente párrafo:

“Pero la huelga de hambre, el traslado de Otero Alcántara al hospital, y su amable fe de vida, -que ya trae especulaciones y reinterpretaciones políticamente correctas en esta especie de zoológico psiquiátrico que es a veces el Miami cubano-, son solamente la parte pintoresca del verdadero asunto.”

Notable el desprecio hacia los cubanos de Miami, que son en sí mismos, parte consustancial de los cubanos todos, un solo país, una sola cultura, una sola nación, dividida, obligada a la diáspora por la dictadura más larga y tristemente eficaz, en sus métodos represivos, del hemisferio occidental.

NO amigos lectores, nada de pintoresco hay en este asunto, a no ser que se le mire desde el peligroso contagio de un seguro confort, lejos de las calles inmundas de La Habana, salpicada de derrumbes.

Luis Manuel Otero Alcántara inició esta nueva huelga de hambre y de sed después de 8 detenciones, entre el 7 y el 25 de abril pasados, al intentar salir de su destartalada vivienda. Tiene cámaras de vigilancia permanente frente a su puerta y en 200 metros a la redonda la circulación está obstruida por un cerco policial.

El 16 de abril allanaron nuevamente su casa -lo hacen cada vez que les da la gana-, destruyeron parte de sus obras plásticas, incautaron otras y se lo llevaron detenido. Lo significativo es que siempre lo sueltan. El pasado año sufrió 25 detenciones, incluyendo una prisión de varios días. Este año la policía va camino de superar el registro anterior.

Cumplidos 33 años, Luis Manuel se ha convertido en un símbolo de la libertad. Si alguna enseñanza aporta esta publicación de la CNN es que cuando se intenta presentar una verdad ligada al compromiso ético, no valen las medias tintas.

La última elucubración del comentarista nos detiene:

“El ‘problema San Isidro’ ha sido muy mal manejado por el Estado cubano desde el inicio. Otero Alcántara empezó hace tres años su protesta simplemente por un decreto, el 349, pero ya pide democracia y libertad. El gobierno cubano dice que es dirigido desde el extranjero por el National Democratic Institute de Madeleine Albright. Es muy posible. Pero tal vez no sea importante quien lo dirige, sino el espacio creado por el Estado cubano para que la protesta de Otero Alcántara progrese. ¿Cuándo le dan el alta?”

Nada de simpleza hay en Otero Alcántara. Pedir la supresión del decreto 349, ley mordaza contra la libertad de creación, fue retar el tapabocas de Fidel Castro a los intelectuales en 1961, tanto como recientemente acompañar con voz e imagen a sus colegas de Patria y Vida en el video de música cubana más exitoso de los últimos años.

Tal vez moleste a la vieja y vergonzante izquierda que el auténtico hombre nuevo cubano, ajeno al Che, está ahora mismo sepultando el llamado del Comandante a eternizar su fracaso histórico con la muerte por la patria que no fue capaz de crear.

¡Ah!, y no le darán el alta a Luis Miguel, el descamisado irreverente de San Isidro está conquistando la Libertad.  

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2 thoughts on “Caso Otero Alcántara: de como se desvirtua la verdad

  • Jorge Dávila siempre ha sido un arrastrado de la dictadura

  • En el caso del Movimiento San Isidro y en particular con su líder, Luis Manuel Otero Alcántara, el gobierno continuista de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez ha actuado incorrectamente violando la recién aprobada Constitución al no respetar la inviolabilidad del domicilio, al sustraer propiedades artísticas sin orden judicial alguna, al arrestar y privar de la libertad a una persona que no ha cometido delito alguno, iniciando un curso equivocado que ha provocado la solidaridad de una parte importante de artistas jóvenes cubanos, del pueblo cubano y de otros artistas del mundo. El gobierno, si así lo desea, puede presentar acusaciones ante los tribunales competentes, presentando las pruebas que sustenten sus acusaciones y devolver al artista, intactas, todas sus obras incautadas por las autoridades policiacas. De no ajustarse a la Constitución y a las leyes, dictadas por el mismo gobierno, este seguirá perdiendo credibilidad nacional e internacional por el arbitrario manejo de estos hechos.

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