¿Y, dónde está el café?

Por Warhol P.

HAVANA TIMES, 19 nov.— Soy uno de los tantos que cada mañana al levantarse, lo primero que se lleva a la boca, es una taza de café. Sin embargo, desde hace meses ocurre que el café que se compra por la libreta de abastecimiento, no sabe a café, pues al ser colado adquiere un amargor que se asemeja al de la corteza de una toronja.

Hay que tener en cuenta que no todos contamos con un familiar en el extranjero que pueda hacer envíos de café LA LLAVE.

Aquí, para una sola persona toca un único paquete de solo 115 gramos, y no alcanza para todo un mes, por lo que obligatoriamente se acude al mercado negro, es entonces cuando las cosas empeoran, porque un paquete que solo rinde tres coladas, tiene el valor de quince pesos.

Algunas personas inescrupulosas, por tal de ganarse el dinero fácil, venden en estuches originales (que no sé cómo consiguen) un producto que no tiene calidad para ser vendido a la población.

El procedimiento que usan, según comentarios, es el de reciclar el café ya usado usando la borra, esta la sacan al sol, y una vez seca, la mezclan con chicarro, por lo que en el momento de la colada lo que tomamos es un brebaje muy amargo que afecta seriamente al estómago.

Pero eso no es todo, en vista de nunca tener suerte con el café que compraba, decidí darme el gusto, y con un dinero que tenía ahorrado, me dije: compro el café en una tienda de CUC¨.

Pero resultó que a pesar de mi sacrificio, aquel café tampoco era el que yo degustaba tiempos atrás.

Resulta, que en las tiendas de CUC que mantiene precios algo elevados, tampoco puede confiarse, ni en el producto, ni en algunos de sus trabajadores, porque de igual modo hacen de las suyas, y para tener ganancias para sí venden a un pueblo que es generalmente pobre, un café que ni huele, ni sabe a café.