Embajadora saliente de EE.UU. en Nicaragua habla de la crisis

La embajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, en su discurso de despedida.

HAVANA TIMES – Estados Unidos “no ve señales” de que el Gobierno de Nicaragua desee una solución negociada a la crisis del país, por lo que la presión externa sobre la administración de Daniel Ortega podría incrementarse, dijo hoy la embajadora estadounidense en Managua, Laura Dogu.

Dogu habló en duros términos contra el Gobierno sandinista durante una reunión con miembros de la Cámara de Comercio Americana-Nicaragüense (AMCHAM), al concluir este lunes su misión diplomática de tres años en el país.

“Lamentablemente, no veo señales de que el presidente Ortega o la vicepresidenta (Rosario) Murillo estén dispuestos a considerar una solución negociada. Esto significa que es muy probable que la comunidad internacional continúe implementando medidas aún más fuertes contra el Gobierno”, afirmó en su extenso discurso.

La diplomática lamentó la crisis que estalló el 18 de abril y que ha dejado 325 muertos y más de 2.000 heridos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), si bien el Gobierno registra 200 fallecidos y ONGs elevan esa cifra a 528.

Dijo que muchos jóvenes “se han visto obligados a exiliarse o han sido encarcelados o asesinados por su propio Gobierno”, mientras las universidades “se han convertido en plataformas de propaganda política” del oficialismo.

“Nicaragua está perdiendo una vez más a toda una generación”, añadió Dogu, que será relevada en el cargo por Kevin Sullivan, actual número dos de Estados Unidos ante la OEA.

Advirtió que a raíz de las protestas sociales, el sistema de salud nicaragüense “ha sido utilizado como un arma de guerra” y que la Policía “aterroriza en lugar de proteger y ha perdido toda credibilidad ante la población”.

“Muchas empresas han cerrado, terrenos han sido tomados y el pronóstico económico indica que ya se está dando una gran contracción después de 10 años de crecimiento continuo”, acotó.

Dogu dijo que, contrario al discurso oficial, “Nicaragua no ha regresado a la normalidad” y que “las decisiones del presidente Ortega ya han costado 500 millones de dólares” que podrían haberse usados en proyectos de negocios, vivienda, salud o educación.

Sumado a ello, “350.000 nicaragüenses han perdido sus empleos y un cinco por ciento adicional de la población ha caído en la pobreza desde abril. La industria turística de Nicaragua ha sufrido un gran retroceso”, señaló.

“Estados Unidos entiende que la solución a la crisis actual de Nicaragua sólo puede venir de los nicaragüenses, empezando por el presidente”, dijo la diplomática, tras cuestionar “la falta de buena fe por parte del Gobierno”.

“No habrá un retorno a la normalidad sin un cambio transformador que incluya elecciones libres, la separación de poderes, el Estado de Derecho y la protección de los derechos humanos”, insistió.

Entre las presiones que según dijo Estados Unidos mantendrá sobre Ortega, Dogu mencionó la ley conocida como Nica Act, que el Senado endureció semanas atrás y sobre la que el Congreso norteamericano decidirá a inicios de noviembre.

También citó la Ley Global Magnitsky, con la que ya se sancionó a cuatro funcionarios nicaragüenses, y aseguró que seguirán revocando visas a funcionarios nicaragüenses y sus familias.

Además, “tenemos en la mira no sólo a los funcionarios del Gobierno sino también a los que no forman parte del Gobierno y se han beneficiado, facilitado o participado en la corrupción” y en actos de violencia policial o parapolicial, precisó.

Dogu sostuvo que el Gobierno de Ortega está utilizando herramientas económicas y de fiscalización “para reprimir a enemigos políticos”, mientras pone en riesgo su acceso al financiamiento multilateral.

“Estados Unidos y otros socios regionales están preocupados por la corrupción del régimen, el desprecio por la transparencia fiscal y el posible uso indebido de los préstamos. Ninguna institución internacional quiere ver que su dinero financie la violencia y la represión”, dijo.

“Muchos préstamos ya han sido suspendidos o reducidos. Sin una solución política a la crisis, Nicaragua podría estar renunciando a todo futuro financiamiento multilateral por un tiempo indefinido, o cual traerá duras consecuencias”, ya que en 2017 esos organismos financiaron el 24 por ciento del presupuesto del país, agregó.

Dogu advirtió a los empresarios que eviten vincularse a transacciones prohibidas y que en Estados Unidos están surgiendo campañas que llaman a no comprar productos de Nicaragua, similares a las de los “diamantes de sangre” que provienen de África.

Aseguró que la Casa Blanca está dispuesta a trabajar con aquellos sandinistas “que están pidiendo reformas democráticas y el fin de la violencia”, pero advirtió que “el modelo del caudillo debe terminar ahora y el poder y las oportunidades deben compartirse con todos”.