EEUU y Cuba retoman hoy conversaciones migratorias

La Sección de Intereses Cubanos en Washington D.C.

HAVANA TIMES (dpa) —  Estados Unidos y Cuba retoman hoy en Washington las conversaciones migratorias interrumpidas durante los últimos dos años, confirmó una fuente oficial norteamericana a la agencia dpa.

Las conversaciones se mantienen “tal como estaban programadas”, de acuerdo con la fuente.

Aunque fueron anunciadas hace un mes, su celebración había sido puesta en duda debido a las tensiones surgidas tras la incautación en Panamá de un barco norcoreano que transportaba armamento “obsoleto”

desde la isla a Corea del Norte, tal como reconoció La Habana la pasada noche.

Según el Ministerio de Exteriores cubano, se trata de “armamento defensivo obsoleto” de origen soviético fabricado a “mediados del siglo pasado”, que debía ser reparado y devuelto a Cuba.

En las últimas horas habían aumentado las voces en Washington que reclamaban la suspensión inmediata de las conversaciones migratorias a raíz de este incidente, revelado por el propio presidente panameño, Ricardo Marinelli.

Washington sin embargo se ha mostrado por el momento muy cauto sobre la posibilidad de que el material cubano interceptado pueda suponer una violación de las resoluciones de Naciones Unidas que prohíben el comercio de armas con Corea del Norte.

“Hay que obtener más datos sobre lo que pasó, dónde y qué exactamente había en el barco, así que nos reservamos opiniones hasta que hayamos hecho una determinación en ese sentido”, dijo la víspera el portavoz del Departamento de Estado Patrick Ventrell.

“Aquí tenemos a dos regímenes canallas conchabados intentando sortear las sanciones y pensando que pueden esconder partes de misiles en contenedores de azúcar”, declaró pese a ello a una emisora local de Miami la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen.

La legisladora, una reconocida anticastrista, ya había reclamado previamente la suspensión “inmediata” de la cita migratoria “hasta que (Cuba) dé respuestas claras y coherentes sobre este incidente”.

La Sección de Intereses de Estados Unidos en in Havana. Photo: Raquel Pérez

“El hecho de que equipos de misiles fueran hallados cuando eran transportados de Cuba a Corea del Norte reafirma las peligrosas amenazas que afronta nuestra nación por las perversas actividades de esos dos regímenes canallas”, agregó Ros-Lehtinen.

En similares términos se expresó el senador demócrata por Florida Bill Nelson.

“Han ayudado a gente que quiere hacernos daño a Estados Unidos, y esto no es más que otro ejemplo”, dijo a la misma emisora local.

Su colega de bancada y partido, Bob Menéndez, también consideró en la cadena Univisión la noche del martes que el incidente con el barco norcoreano “debe abrir los ojos a administración de que Cuba no tiene buena voluntad hacia Estados Unidos”.

Tanto Menéndez como Ros-Lehtinen forman parte del grupo de legisladores cubanoestadounidenses que suelen ser muy críticos con cualquier gesto de la Casa Blanca hacia La Habana.

El gobierno de Barack Obama ha subrayado en todo momento que este tipo de encuentros “no representan un cambio significativo en la política estadounidense hacia Cuba”, tal como insistió el Departamento de Estado al anunciar tanto las conversaciones migratorias que ahora comienzan como las destinadas a buscar la reanudación del correo postal directo bilateral celebradas en junio.

Con todo, el hecho de que Washington y La Habana tengan algún tipo de contacto oficial de alto nivel suele ser seguido con la máxima atención, por las grandes implicaciones que pueden tener en materia de un gesto de acercamiento entre dos gobiernos enfrentados desde hace más de medio siglo.

La última ronda de conversaciones migratorias, la cuarta, tuvo lugar en enero de 2011 en La Habana. Después de seis años de pausa, Cuba y Estados Unidos habían reanudado estos contactos tras la llegada a la Casa Blanca de Obama en 2009.

La cita de 2011, sin embargo, se vio ya empañada por el caso del contratista estadounidense Alan Gross, cuyo encarcelamiento en La Habana se ha convertido en los últimos años en el principal obstáculo para un acercamiento entre la isla y el país norteamericano.

Hasta la nueva interrupción de los encuentros, Cuba había venido buscando un nuevo acuerdo migratorio con Estados Unidos, después del que ya suscribieron en 1994 a raíz de la llamada “crisis de los balseros”, cuando miles de cubanos llegaron a costas norteamericanas a bordo de embarcaciones precarias.

Desde entonces, Estados Unidos se compromete a conceder cada año 20.000 visados a cubanos para facilitar una salida ordenada de la isla, mientras que Cuba acepta de vuelta sin represalias a aquellos que son devueltos por las autoridades estadounidenses.

“Seguir garantizando una migración segura entre Cuba y Estados Unidos es algo consistente con nuestro interés en promover mayores libertades y un creciente respeto a los derechos humanos en Cuba”, justificó el Departamento de Estado el mes pasado la nueva cita migratoria.