Activismo se enfrenta al racismo en Cuba

Redacción IPS Cuba

HAVANA TIMES, 26 junio — “Enmascarado”, “vergonzante” y “sutil” fueron algunos de los calificativos de especialistas y asistentes al último debate del proyecto ciudadano Cofradía de la Negritud, convocado para analizar el racismo que persiste en la sociedad cubana contemporánea.

En la representación de la mayoría de las personas sobreviven esquemas mentales racistas, que provocan limitaciones a grupos poblacionales como negros y mestizos, dijo Pablo Rodríguez, director del Instituto Cubano de Antropología.

El experto integró el panel junto a la investigadora Gisela Arandia, el editor y ensayista Roberto Zurbano y como moderador el cófrade Tato Quiñones, en los debates celebrados este sábado en la Casa Comunitaria de Cultura de La Ceiba, barrio capitalino.

Rodríguez definió este fenómeno en la isla caribeña como “el racismo de pero”. “Yo no soy racista, pero…” es una expresión común, con la cual se intenta declararse libre de ese tipo de prejuicio y seguidamente se exteriorizan concepciones negativas y de rechazo a los afrodescendientes, explicó, sobre la base de investigaciones realizadas en su instituto.

Además de constituir víctimas de ataques verbales u otros gestos, las personas no blancas están en desventaja: son minoritarias en el acceso a sectores emergentes de la economía cubana como el turismo y están sobre-representadas en espacios de pobreza y entre quienes tienen viviendas más precarias, abundó.

El investigador alertó que el gran peligro de este problema radica en que se vuelve “normal” y “natural”, incluso para quienes lo sufren directamente. Así, insistió, esta tendencia inmoviliza a la sociedad y limita el desarrollo humano, la principal meta del proceso revolucionario iniciado en 1959.

Por su parte, Roberto Zurbano leyó su propuesta de 12 dificultades del movimiento en Cuba contra el racismo, definido por él como “neoracismo”, por sus particularidades. Estas pautas integran un ensayo del autor presentado por vez primera en el seminario “Cuba y los pueblos afrodescendientes en América”, desarrollado el 13 y 14 de junio en el capitalino Instituto Cubano de Investigación Cultural “Juan Marinello”.

Entre ellas, mencionó no tener instituciones propias, la ausencia de una teoría para enfrentar este problema, pocas posibilidades para recabar fondos y realizar acciones, escasa presencia de la diversidad racial en medios de comunicación masiva, educación pública no inclusiva, e invisibilidad de la presencia negra y mestiza en la historia nacional.

El escritor Tomás Fernández Robaina propuso organizarse para realizar un congreso nacional sobre racismo, algo que no se ha concretado en la historia de la isla. En tanto, activistas como Irene Esther Ruiz, Daysi Rubiera y Gisela Arandia abogaron por integrar el enfoque de género a estas iniciativas de transformación social.

Asimismo, el público acordó debatir en el próximo encuentro de la Cofradía una serie de demandas en este sentido, para presentarlas al Partido Comunista de Cuba, que tendrá en enero de 2012 su Conferencia Nacional.

El jueves 23, este grupo autogestionado lanzó vía correo electrónico, en su boletín titulado “Desde la Ceiba”, 48 “tareas y acciones dirigidas a obtener resultados progresivos y objetivos en la eliminación de las manifestaciones de discriminación racial existentes en la sociedad cubana, así como en la reducción de la desigualdad racial fortalecida en los últimos años”.

Estas propuestas serán analizadas y revisadas en el foro de la Cofradía, cuya próxima edición estará a cargo de la juventud. Según Tato Quiñones, cada vez más se acercan a este espacio personas jóvenes a quienes se les puede legar esta tarea.