Nicaragua: “Las amenazas de Áviles ponen en riesgo a los periodistas”

Entrevista con Carlos F. Chamorro

El general de Ejército, Julio César Avilés junto a su jefe, Daniel Ortega, el 4 de septiembre de 2023. Foto: Presidencia

“El jefe del Ejército no ha desmentido ni refutado a CONFIDENCIAL, ahora hay que debatir cómo quitar el ‘tapón’ del Ejército, que encabeza Avilés”

Por Confidencial

HAVANA TIMES – El Ejército de Nicaragua no ha refutado “ni una línea” de las investigaciones publicadas por CONFIDENCIAL, que revelan la existencia de veinte generales, encabezados por el dos veces reelecto general Julio César Avilés que han creado un “tapón institucional” dentro de las Fuerzas Armadas, a pesar del virulento ataque del Jefe del Ejército contra los periodistas en el exilio durante el acto del 44 aniversario del Ejército, el pasado 4 de septiembre.

El director de CONFIDENCIAL, Carlos Fernando Chamorro, señaló que el general Avilés “no ha desmentido nada”, debido a que la información publicada por este medio de comunicación se basa en datos oficiales y hechos corroborados: “ahora lo que cabe es seguir investigando y debatir cómo quitar el “tapón” del Ejército, que bloquea el desarrollo de la carrera militar. 

En su discurso Avilés acusó de  “vividores y mercenarios de la información” a los medios de comunicación independientes, es el mismo discurso de odio de Ortega y Murillo, son amenazas desde la más alta posición de poder militar, apuntó Chamorro, durante una entrevista que brindó al programa Esta Noche, que se transmite a través de YouTube debido a la censura impuesta por el régimen de Daniel Ortega.

Valoró que el exabrupto del general evidencia que está en “campaña para ganar puntos, para ganarse la lealtad de Ortega y Murillo para lograr una nueva reelección en su cargo en 2025” y advirtió que este ataque pone en riesgo a cualquier periodista en Nicaragua y en el exilio, y a también amenaza a los  ciudadano. “  pues pretende silenciar la libertad de expresión. “Lo que Avilés pretende con ese mensaje es  poner una losa, establecer el silencio, la censura”, dijo el periodista. 

¿Qué revela la investigación de CONFIDENCIAL publicada el pasado 1 de septiembre que al parecer molestó tanto al general Avilés y provocó esos ataques virulentos hacia la prensa?

Es una investigación periodística que trata de desentrañar cómo funciona la estructura del Ejército, particularmente la cúpula del Ejército de Nicaragua. Lo que concluye la investigación es que existen 20 generales, incluido el propio general Avilés, que ya tiene 13 años en el cargo de jefe del Ejército, después de dos renombramientos, y también hay dos mayores generales y otros 17 generales de brigada —ahora se agregó uno que fue ascendido el pasado 2 de septiembre— que representan un tapón institucional. Es decir, estos 20 generales estarían bloqueando las carreras y los ascensos militares de los coroneles, de los tenientes coroneles, de otros oficiales, porque muchos de ellos han sido prorrogados en sus cargos por razones meramente de discrecionalidad política del presidente o del general Avilés. También hay muchos otros que han sido llamados a retiro anticipado. Lo que descubre la investigación del CONFIDENCIAL es ¿quién es quién en el Ejército? Y aún queda mucho por seguir investigando en relación a cuáles son sus consecuencias. 

Nosotros entrevistamos a Javier Meléndez, director de Expediente Abierto, y él decía: “esto tiene que provocar un proceso de tensión al distorsionar el proceso de la carrera militar”. Esta investigación está basada en datos, en hechos. Más allá de la opacidad con que se maneja toda la información en el Ejército, nosotros fuimos a procesar la información de las memorias oficiales del 2006 al 2021, y a corroborar toda la información. El general Avilés, en este discurso que pronunció el el día 4, no ha refutado una sola línea de lo que ha publicado CONFIDENCIAL. Él no ha dicho que hay algo que sea falso. Él dice que ha sido objeto de “campañas de calumnia”, pero no dice qué es lo falso. De manera que lo que deberíamos estar discutiendo ahora, que se confirma que estos hechos son verdaderos, es cuáles son las consecuencias y cómo se puede quitar ese tapón institucional que está provocando una anomalía en la institucionalidad del Ejército de Nicaragua.

CONFIDENCIAL también publicó en mayo pasado el trabajo Los militares de Ortega, que detalla cómo Ortega ha comprado la fidelidad de los jefes militares ¿Cuáles fueron los principales hallazgos?

Fue una serie de dos investigaciones. La primera se centra en el proceso de prebendas institucionales, que la presidencia de Daniel Ortega ha negociado con Avilés y la alta cúpula del Ejército a lo largo de todos estos años, y que se traduce, entre otras cosas, en ventajas económicas para la institución y también para sus altos miembros, no para todos los miembros del Ejército. Tiene que ver con la donación de propiedades para la institución Ejército. Son 184 lotes que el Estado le ha donado al Ejército, estamos hablando de más de 4100 hectáreas. Muchas de estas tierras no tienen un destino para uso de instalaciones militares, sino que son soportes para operaciones de negocios que desarrolla el Instituto de Previsión Social Militar, con muchísima opacidad. Y todo esto está respaldado en información que se ha publicado en La Gaceta. 

La otra cara de esta investigación está relacionada con el incremento presupuestario, durante la presidencia de Ortega ha habido un incremento de 381% en el presupuesto del Ejército, que hoy representan 95 millones de dólares, y un incremento en efectivos de más de 5000. Esta relación económica es parte de la compra de lealtades, además de la contrarreforma que desmanteló el Código Militar, ha permitido también la prórroga de Avilés durante ya 13 años en el cargo que se vence en teoría en febrero de 2025. Es decir, detrás de la relación de lealtad política, hay también una relación de intereses económicos. Y este entramado que tiene que ver con el presupuesto, con la propiedad y con muchas otras prebendas.

El general Avilés habló de campañas de mentiras, calumnias, pero ¿ha refutado en algún momento el Ejército como institución a través de comunicados o algo, esta información, estos hallazgos de estos trabajos periodísticos de CONFIDENCIAL o de otros medios independientes que también han investigado?

No ha refutado absolutamente nada y creo que no lo pueden hacer. La información en la que se basan nuestras investigaciones son hechos, algunos oficiales del propio Ejército y otros que nosotros hemos investigado y hemos corroborado. Hay otras investigaciones como las que han hecho, por ejemplo, Expediente Abierto, Artículo 66 y otros medios de comunicación que están relacionadas con las violaciones a derechos humanos en las que se han involucrado altos oficiales del Ejército, que tampoco han sido refutadas. Entonces, aquí la discusión que debería surgir a partir de este exabrupto, estos ataques descontrolados del jefe del Ejército, no es solamente sobre el discurso de odio y las amenazas que esto implica, sino también sobre los hechos.

El tapón del Ejército está bloqueando a decenas de coroneles o tenientes coroneles. ¿Cuántos son? Hace diez años había 40 coroneles por 10 generales. Ahora hay 20 generales, por lo tanto, uno puede suponer que hay más de 80, más de 100 coroneles, y posiblemente más de 200 tenientes coroneles que están en una institución en la que se perdió la meritocracia. La meritocracia y el respeto a la ley que estaba representada incluso con el alto mando, con el comandante en jefe, que cada cinco años dejaba el cargo y entraba otro, hasta que entró Avilés y él se convirtió en la cabeza de ese tapón. Ahora hay otros mayores generales y otros 18 generales de brigada que forman parte del tapón institucional del Ejército. 

¿Por qué reacciona de esa manera descontrolada el general Avilés? Bueno, él tendría que explicarlo, pero los hechos están ahí y creo que son irrefutables, tienen que discutirse. Debe de profundizarse más en estas investigaciones porque tienen consecuencias tanto las relacionadas con violaciones a derechos humanos, con el tapón institucional y con las prebendas económicas que surgen de esta relación.

Es primera vez que el general Avilés pronuncia un discurso visiblemente alterado y en una línea retórica más parecida a la de Rosario Murillo. ¿Cómo interpreta ese comportamiento frente a las publicaciones de los medios independientes sobre el Ejército, sobre esa complicidad con el régimen en corrupción, en la imposición del Estado policial en Nicaragua?

Eso tendría que explicarlo el propio general Avilés. Creo que ha generado bastante sorpresa, no solamente entre los observadores de la relación del Ejército con el Gobierno y con la sociedad, sino seguramente entre los mismos oficiales del Ejército.  Lo único que yo puedo deducir es que el general Avilés está en campaña para su renombramiento. Es decir, su tercer período de jefe del Ejército vence en febrero de 2025, con un discurso que —como has dicho— se asemeja más al de la vicepresidenta Murillo o al de Daniel Ortega cuando lanzan estos ataques, que forman parte de un discurso de odio, de estigmatización, en este caso del periodismo o en otros casos de opositores.  

Lo que está buscando Avilés es mimetizarse con Ortega y Murillo para ganar puntos, ganarse su lealtad para lograr posiblemente en 2025 una nueva reelección en su cargo previo al periodo presidencial que estaría por terminar Daniel Ortega. Pero, repito, a él le corresponde explicar a la población cuál es la causa de todos esos exabruptos.

En su discurso Avilés también se refiere a las sanciones internacionales y jura que jamás le dará un golpe de Estado al presidente Daniel Ortega. ¿Por qué?

Esa es una pregunta que todos nos hacemos. ¿Por qué el general Avilés está hablando de que él no le va a dar un golpe de Estado a Daniel Ortega? ¿Es algo acaso que se comenta entre algunos mandos militares? Yo no creo que alguien le haya pedido nunca al general Avilés que le dé un golpe de Estado a Daniel Ortega. Lo que se le pidió, se le demandó y se le sigue demandando, al general Avilés es que haga cumplir la ley, que cumpla con lo que manda la Constitución y la ley del Ejército. Y es que en Nicaragua no puede existir dos ejércitos, no puede existir un ejército irregular paramilitar como el que creó Daniel Ortega en 2018 y que provocó masacres y violaciones a los derechos humanos. Eso es lo que se le ha reclamado al señor Avilés. No que dé un golpe de Estado,  simplemente que haga cumplir la ley. Que desarme al ejército paramilitar. Y los hechos han demostrado a lo largo de estos cinco años que simplemente Avilés ha asumido una posición de complicidad con ese ejército paramilitar creado políticamente por Ortega y en esa deriva ha involucrado a la institución Ejército. Yo no creo que la institución y los oficiales del Ejército estén conforme con ese comportamiento. Pero ese es el tema de fondo en relación a la responsabilidad de Avilés.

Sobre las sanciones, no es cierto que existan sanciones ni contra el pueblo de Nicaragua ni contra el Ejército. Sancionado está el general Avilés y hay otros dos oficiales del Ejército sancionados, que son el jefe del Estado Mayor, el mayor general Bayardo Rodríguez y el director ejecutivo del Instituto de Previsión Social Militar, Modesto Rodríguez. Son tres personas, son tres altos oficiales del Ejército que han sido objeto de sanciones individuales.

El relator de la Organización de Estados Americanos para la Libertad de Expresión, Pedro Vaca, se refirió al discurso de Avilés y aseguró que este ratifica la censura que hay en Nicaragua y también rechazó esta estigmatización militar de la prensa independiente. ¿Qué implicaciones tiene este ataque hacia periodistas dentro de Nicaragua y en el exilio?

Me parece que es sumamente grave por el origen que tienen estos ataques. El señor Avilés no es un propagandista cualquiera del régimen, porque  él ejerce un mando militar. Él lanzó esos ataques, esas amenazas y ese discurso de odio en frente de sus tropas, ante todo el escalafón militar del Ejército y obviamente con la complicidad y la convivencia de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Es decir, está lanzando una amenaza desde la más alta posición de poder militar, de poder de espionaje político contra periodistas que estamos en el exilio, periodistas que hemos sufrido y que hemos enfrentado persecución política, confiscación ilegal, despojo de nuestra nacionalidad. Y encima de todo eso, Avilés viene a lanzar un ataque que realmente pone en riesgo no solamente la integridad de cualquier periodista nicaragüense en Nicaragua y también en el exilio, así como de cualquier otro ciudadano defensor de derechos humanos, alguien que haga un ejercicio de la libertad de expresión. Porque eso es al final de cuenta aquí lo que está en juego, lo que Avilés pretende hacer con ese mensaje es simplemente poner una losa, establecer el silencio, la censura. Y a pesar de eso, la prensa independiente sigue haciendo estas investigaciones. Lo ha hecho CONFIDENCIAL y muchos otros medios de comunicación y por eso todos los medios y los periodistas en el exilio hemos reaccionado reafirmando que vamos a seguir haciendo periodismo. 

Tiene razón el Relator Especial de la Libertad de Expresión de la OEA, Pedro Vaca, y es importante también reconocer la gestión que él está haciendo, porque no se puede permitir que con impunidad se amenace de esa forma al periodismo. Como dice Pedro Vacá, se está estigmatizando, poniendo la justificación para acciones que puede conducir mañana a cualquier cosa, desde la eliminación física hasta cualquier situación que atente contra la integridad de las persona, porque el que está en una posición de poder está marcando los blancos. Y por eso nosotros rechazamos con todas nuestras fuerzas esas amenazas. El periodismo en el exilio va a seguir haciendo periodismo. Esta es la última reserva de libertades para romper el silencio y la censura en Nicaragua. Y si el general Avilés amenaza, nosotros vamos a seguir haciendo periodismo.

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