El Polaquito conoció a los hombres del Moncada

Por Miguel Sánchez

Polaquito

HAVANA TIMES – Estoy sentado frente a un anciano que conoció y sirvió al grupo de jóvenes que asaltó el cuartel Moncada en el año 1953. La mayoría de las personas no le cree su historia, pero él no se molesta. Con su rostro serio, cansado, y mucha  humildad, cuenta una parte de su vida a todo el que quiera escucharlo.

Nacido en el barrio la Chorrera, sus padres decidieron ponerle José Martí Martínez Rivero, porque nació un 28 de enero (fecha del natalicio del Héroe Nacional de Cuba). Hoy, a sus 78 años, siente orgullo de su nombre.

HT: ¿Cómo llegaste con solo 13 años al Presidio Modelo en la Isla de Pinos?

José Martí Martínez Rivero: Yo hacía mandados y llevaba recados a las personas, un día tenía una caja en las manos, dentro había una bandera cubana y proclamas del 26 de julio para entregarla en una casa en Centro Habana. Cuando iba llegando al lugar, vi a unos policías y me asusté, tiré la caja para el piso e intenté huir, pero me atraparon. Revisaron la caja, entonces me llevaron para la quinta estación, al sótano.

Al otro día estuve frente a un hombre vestido de blanco que me hizo muchas preguntas, de manera amable, yo diría que hasta tierna. Muchas veces quiso saber quién me había dado la caja y yo siempre respondía lo mismo, que era un hombre que no conocía y que me dio algo de dinero. En realidad, yo no estaba tan desinformado. Después supe que el que me entrevistó era Esteban Ventura Novo.  http://www.ecured.cu/index.php/Esteban_Ventura_Novo 

HT: ¿Qué hicieron contigo?

JMMR: Me realizaron un juicio en el Tribunal de La Habana, me pedían mucho más, pero al final dejaron la condena en dos años a cumplir en el Presidio Modelo y, si allí no me aceptaban, iría a la cárcel de Torrens para menores.

La acusación estaba clara: colabora con miembros del Movimiento 26 de julio.

Cuando llegué al Presidio el capitán Montesino me dijo que allí había presos comunes, políticos y delincuentes. “Te vas a quedar conmigo de mensajero de los presos políticos”, me dio un cuartico chiquito con una cama y allí me dejó.

HT: ¿Cómo conociste a los asaltantes al Moncada?

JMMR: Me los fueron presentando. Aquel es Fidel, eso otro es Raúl, etc. Yo hacía mandados para todos. Fidel me daba los buenos días y yo le respondía: Dr. Castro ¿qué quiere que vaya a buscar? Él me encargaba tabacos y otras cosas. Le gustaba cocinar en la celda, sobre todo, unos espaguetis gordos con tomate y queso. Raúl siempre estaba apartado, hablaba poco. Almeida me mandaba a buscar dulces, cantaba mucho. Y a todos les hacía los mandados, pero ahora no lo recuerdo con detalles.

HT: ¿Te acuerdas de algún hecho importante que sucediera durante tu estancia allí?

JMMR: Sí, una tarde que el general Batista visitó el lugar para inaugurar una planta de petróleo y de pronto se escuchó a aquellos hombres cantando el himno del 26 de julio a toda voz. Batista preguntó qué pasaba y Montesino le respondió: son los revoltosos que atacaron el Moncada. Al otro día el capitán habló con el Dr. Castro sobre lo sucedido. Yo me quedé impresionado, era muy joven y la idea de que hubieran podido matarlos por aquel gesto todavía me acompaña.

Polaquito limpiando un jardin.

HT: ¿Por qué te llamaban “el Polaquito”?

JMMR: Yo tenía un tío polaco que vendía en la calle, y estaba preso allí por caerle a golpes a un policía que le quitó un carrito con telas y otras cosas. Se me quedó el mote.

HT: Cuando dan la amnistía a los presos del Moncada ¿qué hicieron contigo?

JMMR: El capitán Montesino me dijo: te voy a dar una carta para que te vayas, pero no puedo ponerte como preso político, porque si te para la policía por ahí, pueden hacerte daño. Te pondré como preso común.

HT: ¿Y qué pasó?

JMMR: Me regresaron a La Habana y seguí en lo mío, chapeando patios y jardines, llevando algún mensaje, etc.

HT: Cuando fuiste creciendo ¿no te integraste al proceso revolucionario?

JMMR: Bueno, vivía en él. A los 20 años me llamaron para darme la dirección de la panadería Toyo, muy famosa en La Habana, pero no acepté. Dije que no quería, y nunca he pedido nada. Hasta hoy me he mantenido con mi trabajo honesto en escuelas, en círculos infantiles, siempre de jardinero. Me siento bien haciendo que las escuelas luzcan bonitas. Hoy ya estoy jubilado.

HT: A ver, esta es una pregunta íntima, ¿Qué sentiste cuando dieron la noticia de que Fidel había muerto?

JMMR: Una tristeza muy grande, estuve deprimido varios días, había muerto el hombre que hizo la Revolución en Cuba y que yo conocí, hablé con él, y le había servido como mensajero. Fue un impacto muy fuerte.

HT: Si te vieras en algún momento frente a aquel Raúl de 23 años que conociste en una celda, hoy primer secretario del Partido Comunista de Cuba y General de Ejército, ¿qué le dirías?

JMMR: Mira, amigo, tengo casi 80 años, enfermo y maltratado por la vida; si eso ocurre y no se me aflojan las piernas o me desmayo, le daría un apretón de manos y le preguntaría: ¿se acuerda usted del Polaquito?