“Dios te da tu condición humana y el libre albedrío”

Por Yusimí Rodríguez

Alfredo Núñez Elías

HAVANA TIMES – Alfredo Núñez Elías nació con una malformación congénita que terminó en la amputación de una pierna, cuando tenía 33 años. Eso no le ha impedido convertirse en peluquero estilista, creador de un producto para desrizar el cabello, diseñador de modas y repostero.

Cuando lo conocí en 2011, vivía en altos, en una edificación en peligro de derrumbe de Centro Habana. Subía y bajaba las escaleras varias veces al día, con la bicicleta en la que recorría La Habana. Estaba convencido de que saldría pronto de allí; el éxito de su producto le permitiría ganar mucho dinero y comprarse un apartamento.

En 2014, había salido… para un albergue. Su cubículo estaba en bajos, pero debía caminar 15 metros para llegar al baño, en medio de charcos de agua sucia.  Al mudarse para Santos Suárez, había perdido gran parte de su clientela. Para lavar el pelo de sus usuarias debía cargar agua en un cubo. Cuatro años después, continúa allí.

En vez de quejarse, ha improvisado un baño en su dormitorio para bañarse y realizar sus necesidades urgentes. Hizo una instalación desde el portal, para llevar agua hasta el lavamanos donde lava el pelo de las clientas. Se mantiene atento a la reforma constitucional, confiado en las posibilidades que se abrirán para el sector privado, porque podría producir y comercializar su producto sin necesidad de pertenecer a una cooperativa no agropecuaria.

Para muchos, su fuerza de voluntad puede ser un misterio. Para él, está claro: todo su talento y capacidad para vencer los obstáculos los debe a Jehová, su creador. Pero Alfredo, además de ser Testigo de Jehová es homosexual.

HT: ¿No es una contradicción ser Testigo de Jehová y a la vez homosexual?

Alfredo: Para mí no. El ser humano es y punto. Dios te da tu condición humana y el libre albedrío. Tú escoges, con responsabilidad. Para mí existen tres premisas esenciales: Agradecimiento a Dios por mi vida, el respeto y la consideración por Él. La preferencia de cada cual es personal.

HT: ¿No te sientes un pecador por ser homosexual?

Alfredo: Yo soy un pecador, como todas las personas de este mundo, pero no por ser homosexual. Ese es uno de mis pecados, pero existen muchos en este mundo para determinarse pecador. Pero cuando fui a la iglesia, no fui como homosexual, a resolver un problema, sino por amor a Dios. Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual. Eso no lo satisface la shopping, ni el cine ni el teatro. Me siento satisfecho con las cosas que escucho en mi congregación. Por supuesto, como en todas, hay supersticiosos y fanáticos, que desvirtúan las cosas de este Dios de amor.

Aun siendo un pecador, prefiero estar en un nivel uno, que sería amar a Jehová Dios y ser salvado por Jesús Cristo, su hijo. Imagínate en qué niveles estarían la injusticia, la codicia, la envidia, el asesinato, el engaño, etc. 

HT: Supongo que las personas de tu congregación conocen o sospechan tu homosexualidad.

Alfredo: No voy ahí a hablar de mi condición. Hay otros lugares para ello. Voy a reunirme con personas pecadoras igual que yo y a escuchar la palabra de Dios. Me siento bien y salgo regocijado.

HT: Sabes que uno de los asuntos más polémicos sobre el proyecto constitucional que se está debatiendo es la redefinición del matrimonio como la unión de dos personas, lo que permitiría en un futuro el matrimonio homosexual. Varias iglesias cristianas están haciendo campaña contra esto. ¿Qué opinas de la posibilidad del matrimonio homosexual y de la campaña que hacen las iglesias?

Alfredo: Es una posibilidad para quien desee hacerlo. Volvemos al libre albedrío. Si las leyes lo permiten, quién se puede oponer a eso. La Biblia habla de la unión de un hombre y una mujer, pero la decisión es personal. La Biblia dice que en el pecado llevarás la penitencia. Pero pienso que, si no estoy engañando a ninguna mujer, en mi condición sexual, aun siendo un pecador, estoy siendo menos cruel.

Las iglesias se rigen por la Biblia, que determina la unión de un hombre y una mujer, para la vida eterna, no para que se separen, como determina el libre albedrío de las personas. Intentan enrumbar la vida de las personas de acuerdo con la Biblia. El Estado, en su condición de Estado, puede aprobar la unión. Esas uniones permitirán a las personas reajustar beneficios de bienes y derechos legales.

HT: Entiendo que las iglesias intenten enrumbar las vidas de los cristianos, por ejemplo que la tuya te prohíba, por ser Testigo de Jehová, casarte con un hombre. Pero no concibo que intenten enrumbar las vidas de quienes no somos cristianos ni nos regimos por la Biblia.

Alfredo: Las iglesias no pueden meterse en el libre albedrío de nadie. Con él tú harás lo que entiendas, de acuerdo con lo que te determine la vida. Los caminos de Dios y de Jesús Cristo son para que te desates de todas las cadenas que te hacen arrastrar cosas humanas que no están a la medida de las maravillas que determina la espiritualidad de Dios.

Cuando estás imbuido de ella no ves como homosexual, como negro, como rico, como pobre o impedido físico, ves la magnanimidad de Dios, y del paso que dio Jesús Cristo para salvarnos. Pienso que es importante buscar el equilibrio entre lo espiritual y esta vida material que tenemos. Pienso que muchas personas se casarán por motivos materiales.

A mí no me interesa casarme con ningún hombre. Pero podría aparecer alguien que me convenciera, en determinada circunstancia de dar ese paso. Le pediría permiso a Jehová Dios.

HT: ¿A Jehová Dios o a tu congregación?

Alfredo: Yo soy uno con Jehová Dios. Respeto a mi congregación cuando voy allí y me rijo por los parámetros que allí se siguen para compartir las cosas de Dios. Mi congregación no se mete en mi vida privada.
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Nota de la entrevistadora: “Cuando visité a Alfredo, pocos días después de entrevistarlo, ya había una brigada haciéndole el baño dentro de la casa, gracias a un subsidio del Estado. Alfredo agracece a Jehová y al Estado, y se siente optimista respecto al futuro”. 

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