En Caracas hasta las ardillas pueden ser peligrosas

Caridad

HAVANA TIMES — No soy reportera de guerra, pero en estos días uno puede caer entre dos fuegos con muchísima facilidad, incluso sin salir de casa.

En el facebook que abrí cuando llegué a Caracas tengo unas 200 personas, de esas que se categorizan como Amigos, aunque la gran verdad es que si conozco a 5 de ellos es mucho.

Como en esta última semana los ánimos han estado explosivos, puse una foto que sirviera para relajar un poco.

Esa tarde había llovido y con mi cámara retraté una ardilla de las que suelen correr por los árboles de nuestros patios. La ardilla, como ven, llevaba algunas ramas en su boca como para arreglar alguna rotura dentro de su “casa”.

Así escribí el comentario en facebook, se necesita urgente ayuda para esta ardilla damnificada por las lluvias en Caracas.

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Supongo que el 90% haya entendido el chiste. Pero de repente un par de personas comienzan a ofenderse a causa de mi foto.

Una, cuya imagen de perfil denota que es chavista, y al parecer tiene un grupo de ayuda a los animales, pregunta enseguida dónde está la ardilla para prestarle ayuda.

Otro, cuya foto no denota que pertenezca a ningún grupo u organización social – pero luego comprendí que No es Chavista –  le dice que se nota que es una broma.

Enseguida la mujer le responde con alguna palabrota y más pronto aún el hombre co-responde con una retahíla de ofensas (incluyendo la de “comunista”) y ambos olvidan totalmente a la ardilla y se centran en cuestiones políticas y feministas.

Los pelos se me pararon de punta cuando abrí internet y vi todo aquello. Intenté llamar a la calma pero de pronto la mujer había localizado a otra que le apoyase y por poco soy la causante del maltrato animal y del machismo universal.

Así que tuve que quitar muy pronto la foto de la alegre ardilla antes de ser acusada también por los incendios en Caracas o el fraude electoral.

Cualquier cosa podía pasar porque, aunque una gran parte de la gente por aquí no se suma a la violencia –física o verbal –, no faltan los fanáticos de cualquiera de los dos bandos.

Me viene a la mente aquellos tiempos de la Peste, cuando cualquier persona podía recibir acusaciones de haber envenenado el agua o sembrado la enfermedad.

Aunque las calles estén mucho más tranquilas de lo que estuvieron el lunes pasado [día después de las elecciones], las redes sociales se han vuelto un hervidero, donde todos acusan a todos de haber matado o haber creado confusión y actos de violencia.

En algún momento, no lo dudo, los que llevan el timón a nivel político, y los que lo llevan en el rumbo económico, harán las pases sin hacer mucha promoción de ese momento.

Mientras, amigos, vecinos y familiares, se cerrarán las puertas o se dirán ofensas por causas políticas.