Escribir sobre Cuba
Por Pedro Pablo Morejón
HAVANA TIMES – Recientemente estuve revisando mis escritos para Havana Times. Intentando ser empático en la medida de lo posible, descubrí que tal vez muchas de mis crónicas u opiniones sean interpretadas en el sentido de que intento ofrecer una imagen, todo el tiempo, negativa de Cuba. O en el mejor de los casos que poseo una visión amarga de nuestra realidad.
Y eso que procuro siempre dar un toque de jocosidad a mis textos.
Pero nada está más lejos de la verdad. Aunque no soy graduado de Periodismo, me esfuerzo en ser objetivo, a pesar de que nada es totalmente objetivo cuando se habla desde las emociones. Aun así, lo que pretendo es ser veraz al reflejar la situación de este pedazo de tierra donde me ha tocado vivir.
Lamentablemente, no puedo edulcorar la realidad. No puedo ocultar, por ejemplo, la falta de libertades o los obstáculos cotidianos que los cubanos tienen que sortear para satisfacer sus necesidades básicas.
Es que algo tan elemental como llevar un bocado de alimentos al estómago se convierte en una lucha que ni siquiera es comparable a la de los hombres de la prehistoria, que se aprestaban a la caza de mamuts.
Cualquier punto que se quiera tomar de la realidad cubana va, inevitablemente, a levantar ronchas. ¡Porque casi todo está mal!
El transporte, la vivienda, la alimentación, los servicios, los derechos laborales, las libertades individuales, la democracia, la decencia…y un largo etcétera.
Digo casi todo para no absolutizar.
Ni siquiera los supuestos logros en materia de salud y educación pueden ser presentados como evidencias de una sociedad superior.
Ahora mismo la escasez de medicamentos es alarmante, sin contar con el aumento de sus precios. Y la situación epidemiológica a raíz de la COVID-19 ha hecho que los servicios de salud se reduzcan a solo casos de urgencia. Ni qué decir de la proliferación de epidemias de sarna, roedores, dengue, etc.
De la educación solo podría afirmarse que en nuestro país no hay analfabetos. Solo eso. Estamos bajo el yugo de una educación politizada, cuya función principal parece ser el adoctrinamiento desde las primeras edades.
No me gustaría escribir sobre eso. Quiero, en cambio, mostrar que Cuba es un ejemplo de país digno, donde sus habitantes gozan de una libertad y calidad de vida aceptables. Un país parecido a ese que muchos cubanos queremos, como aquel de cuyo sueño escribí por esta página web en un post, hace alrededor de un año.
Pero no puedo exhibir una realidad simulada como las que se fabrican en los medios oficiales.
Sería faltar a la verdad. Para escribir ficción tengo la literatura.
Falta mucho para que puedas contar (y nosotros leer) algo bueno de Cuba. Es increíble cómo logran que siempre empeore la situación, nunca un paso hacia adelante.