“Llevarle la alegría a su casa, compañero”

Osmel Almaguer

El parque infantil donde ponen las parlantes.

HAVANA TIMES, 27 mar — Me despierta el volumen altísimo de una música que no es la de los vecinos de la casa de mi madre, pues aunque todos fines de semana ellos despierten a mi hermana, y ahora a mí, que ocupo su cuarto porque ella esta para Venezuela, en sus casas no existe un equipo capaz de hacer retumbar las paredes como lo hace esta música.

Y para colmo es Reggaetón, que no es que no lo soporte como género, sino que es un ritmo demasiado estruendoso y monótono para comenzar el día.

La música viene de en frente. En el parque infantil hay una consola enorme y decenas de niños jugando y una pipa vendiendo refresco a granel y un animador haciendo lo que hacen los animadores, pues, intentando animar a la gente porque hoy es el día de la cultura en el municipio.

¿Pero qué culpa tenemos los vecinos de eso? ¿Por qué imponernos una bulla y una supuesta alegría que no compartimos? “Sí, el barrio esta de fiesta,” pensarían algunos que diría el visitante u observador externo. “En Cuba la gente se pasa el año festejandolo todo, es una gente muy alegre,” pensarían también por el supuesto visitante u observador.

El igualitarismo (como demagogia), la distribución equitativa (como teoría), la generalización (como política) y la centralización (como voluntad obsesiva) son conceptos que se aplican en este país hasta en las esferas más insospechadas. Este es un ejemplo palpable.

A dos cuadras de aquí hay una explanada enorme, perfecta para hacer este tipo de actividades sin que moleste a nadie, pero no, había que introducirla en el barrio. “Llevarle la alegría a su casa, compañero,” volverían a pensar lo susodichos pensadores.

Lo cierto es que ya me está entrando dolor de cabeza y esto promete extenderse hasta la noche.

Son las 7 pm y ya los nervios de todos en casa estan crispados. Comienzan las primeras fricciones y los primeros choques. Este es uno de los efectos de la contaminación acústica. No somos un país industrializado, diablos, pero por lo visto solo estamos aprendiendo de ellos lo mas malo.

osmel

Osmel Almaguer: Hace poco solía identificarme como poeta, promotor cultural y estudiante universitario. Ahora que mis nociones sobre la poesía se han modificado un poco, que cambié de labor y que he culminado mis estudios ¿soy otra persona? Es usual acudir al status social en nuestras presentaciones, en lugar de buscar en nosotros mismos las características que nos hacen únicos y especiales. Que le temo a los arácnidos, que nunca he podido aprender a bailar, que me ponen nervioso las cosas más simples y me excitan los momentos cumbres, que soy perfeccionista, flemático pero impulsivo, infantil y anticuado, son pistas para llegar a quien verdaderamente soy.

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3 thoughts on ““Llevarle la alegría a su casa, compañero”

  • “No somos un país industrializado, diablos, pero por lo visto solo estamos aprendiendo de ellos lo mas malo.”

    Eso estuvo de risa. Cita un “país industrializado”, el que quieras, y veamos si en dicho sitio la reglamentación municipal permite esa clase de eventos de todo el día bajo esas condiciones, ni siquiera tratándose de eventos oficiales se prolongan de esa manera ni se realizan “dónde sea”. A veces la tinta hay que guardarla hasta que haya constancia de lo que se vaya a anotar… ah, pero si los textos los pasas por computadora entonces a derrochar en letras, no?… eso ha de ser.

  • “acercarle la alegria a la casa” seria mas tipico de ellos, ajaja

    ellos son fanaticos de esa frascecita. “acercar la caña al central”, “acercar la medicina al enfermo”, “acercar los materiales al pueblo”, etc. parece que la critica abierta y honesta resulta un tabú de tal magnitud que este “acercar” (termino mucho mas suave) les viene de maravilla.

  • Lo que más impresiona es lo mucho que ha durado esa nefasta práctica en Cuba, a pesar de los numerosos detractores que tiene, y de lo bien probado que está el nocivo efecto de la contaminación sonora sobre la siquis. Un buen tema para debatir en la Asamblea Nacional del Poder Popular, y así van entrando en calor para el abordaje de otras muchas muestras de irrespeto al semejante.

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