Nos convertimos en lo que vemos

Kabir Vega Castellanos

HAVANA TIMES — El título de este post es una traducción que hice del nombre de un juego: “We become what we behold”. Lo conocí por medio de uno de los videos del canal “Juega German”, un joven chileno que ha ganado premios de popularidad por sus videos en Youtube.

German es ya una figura tan emblemática en Internet que incluso está entre las ofertas del paquete semanal que se distribuye extraoficialmente en Cuba.

Quisiera usar HT para promocionar este mini-juego, ya que no es nada común. No es de acción o estrategia ni mucho menos de resolver rompecabezas. Requiere un máximo de 5 minutos jugarlo íntegramente y su objetivo no es entretener, sino transmitir un impactante mensaje.

Estoy seguro de que si lo googlean lo pueden encontrar y descargar gratis, aunque no puedo garantizarlo.

Este juego del género “apunta y clickea”, hace una pequeña representación de la sociedad, donde diversas personitas deambulan al azar por la pantalla y justo en el centro hay una TV. El objetivo del jugador no es más que desplazar el cursor en forma de lente de cámara, y capturar con un click los distintos eventos que vea aparecer. Estas fotos inmediatamente son transmitidas en el televisor con un subtítulo, y los seres de ese mundo virtual reaccionarán según las noticias que lean.

Entonces a medida que se vaya avanzando en el juego, se descubrirá la manipulación en los medios de comunicación y que él mismo es cómplice de ello. La persona podrá comprender cómo mediante el control de la información se puede influir en estas personitas de inteligencia artificial, al punto de dominar sus mentes.

Un juego sencillo que ofrece un ejemplo contundente del poder que tiene lo que consumimos por medio de nuestros sentidos, cuánto nos afecta a nivel inconsciente y cómo podemos ser manipulados a través de las impresiones.

Para ajustar un poco la traducción del título, sería mejor decir que “nos convertimos en lo que observamos”, porque solo es posible influir en nuestras mentes si elegimos entregarnos a un objetivo visual concreto, voluntariamente, por medio de la atención.