Errores que se repiten en Haití

Graham Sowa

Foto: Scarlett Compton

Entre África y Europa se encuentra la falla de Azores-Gibraltar. El primero de noviembre de 1755, un movimiento masivo a lo largo de esta falla provocó el Gran Terremoto de Lisboa. Anteriormente habían ocurrido seísmos en este lugar, pero este fue especial debido al momento. Ocurrió durante el Siglo de las Luces.

Los grandes logros que se sacaron de esta gran calamidad fueron las nuevas formas de pensamiento sobre el mundo natural y la adaptación del hombre a ese mundo.

Los diseños arquitectónicos se inspiraron en prevenir daño en caso de futuros terremotos. Este fue el primer fenómeno de su tipo en ser estudiado por diferentes disciplinas, dando lugar al surgimiento de la geología y la sismología como asignaturas académicas.

Igual que el Gran Terremoto de Lisboa, el de Haití causó devastación general en la Casa de Gobierno durante un periodo de rápido desarrollo tecnológico para nuestra especie, en este caso durante la Revolución Digital. Sin embargo, a diferencia de Portugal en el siglo XVIII, no estamos aprendiendo de nuestros repetitivos errores en Haití. La metodología parece algo como pre-iluminación.

Las organizaciones no-gubernamentales (NGOs) internacionales siguen dominando de forma ineficaz el proceso de reconstrucción. Pocas voces en la industria de ayuda y desarrollo piden un cambio radical donde el Gobierno y el pueblo haitiano controlarían el infructuoso proceso.

Timothy Schwartz ha sido uno de los pocos que no ha temido publicar materiales que el complejo industrial de la ONG preferiría quedaran archivados. El libro de Schwartz Farsa en Haití (Travesty in Haiti) y las investigaciones después del terremoto han inspirado poco más que condena por parte de las organizaciones no gubernamentales multinacionales que confían en la superinfladas, falsas estadísticas para recaudar fondos, mientras rehúsan ser honestos con sus donantes, accionistas, o clientes.

Foto: Scarlett Compton

Mark Schuller es el autor de varias publicaciones, antes del terremoto, relacionadas con la cultura de las ONGs en Haití, incluyendo la Gluing Globalization: las ONGs como intermediarias en Haití, e Invasión o Infusión: Comprendiendo el Papel de las ONGs en la Haití Contemporánea. Se debería exigir que todos los que quieran poner pie o recursos en la reconstrucción de Haití lean primero el trabajo de Schuller. Aparentemente la industria ignoró sus estudios.

Más preocupante es que el enviado especial de las Naciones Unidas en Haití, el presidente Bill Clinton y su asistente el Dr. Paul Farmer se han silenciado en gran medida por el fracaso de la industria de las ONGs en Haití después del desastre.

El Doctor Farmer, un hombre del que Tracey Kidder dijo en alguna ocasión, en la carátula de un libro, que  “curaría el mundo”, parece estar en paz con los continuos fracasos del presidente Clinton al intentar obtener viviendas para los haitianos, con los miles de millones de dólares que han sido donados para el proceso de reconstrucción.

Después de una exposición de viviendas que fue duramente criticado por experimentados periodistas haitianos como un ejemplo de todo lo que funciona mal en el proceso de reconstrucción, Clinton anunció la cifra de 73 millones de dólares estadounidenses para nuevas viviendas. Esto solo beneficiará a miles de los cientos de miles de haitianos que todavía permanecen sin hogar; y ni un centavo de este dinero será usado en reparar las estructuras existentes que fueron dañadas por el seísmo.

Para su crédito, el doctor Farmer sí ofreció un párrafo en la contraportada del libro de Timothy Schwarz: “este libro los saca del parque”. Es precisamente fuera del parque donde los líderes de las ONGs quieren que permanezcan los libros como Travesty in Haiti. Auto reflexionar y admitir los errores no tiene cabida en el juego de ellos.

Foto: Scarlett Compton

Las organizaciones no gubernamentales en Haití son una industria y una industria no se autorregula. Por lo tanto, quizás deben tomarse algunas medidas para poder reestablecer el Estado haitiano al mando de su pueblo sobre las multinacionales ONGs. Me vienen cuatro ideas a la mente:

1-     Haití prioriza el cumplimiento de todas las leyes nacionales que gobiernen actualmente las ONGs.

2-     Una ley exigiendo que la distribución de cualquier tipo de ayuda vaya acompañada por una oferta monetaria de igual valor. El destinatario debe decidir si quiere el objeto material ofrecido o si prefiere el dinero, y las ONGs estarían obligadas a operar en un mercado con sus consumidores.

3-     Eliminar todos los estatus de libre de impuestos de las ONGs multinacionales.

4-     Una ley pidiendo a las ONGs y a las Naciones Unidas que paguen a todos los trabajadores el salario haitiano mínimo, y una prohibición de programas de comida por trabajo.

Solo un mes después del Gran Terremoto de Lisboa de 1755, el Rey de Portugal hizo que su Primer Ministro presentara cuatro planes para la reconstrucción de la colapsada, quemada y ahogada ciudad de Lisboa. Se escogió uno de esos planes y en un año los escombros habían desaparecido, se construyeron nuevas calles, y se  levantaron construcciones protegidas contra temblores. Esta fue una empresa estatal muy exitosa.

Graham

Graham Sowa: He vivido en Cuba durante tres años. Me gustaría achacar la pérdida de cabello, que se ve claramente en esta foto actual, a los rigores de la vida aquí y a la escuela de medicina, pero probablemente se deba a cuestiones genéticas. Las amistades más fuertes que he hecho durante mi estancia en Cuba han sido con otros autores de este sitio web. La fuerza de esas amistades casi ha restaurado mi fe de que el mundo en la red puede traer cambios tanto fuera de esta como en la vida real. Me he ajustado a utilizar Internet una o dos horas al mes. Mientras tanto he redescubierto cosas tales como pasar páginas de libros, escribir cosas a mano alzada, y tener que admitir que no sé algo en vez de buscar rápidamente la respuesta en Google mientras el profesor no está mirando.

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