El melodrama de las papas en La Habana

Francisco Castro

La llegada de la papa
La llegada de la papa.  Foto:  Juan Suárez

HAVANA TIMES — Lo que me hace escribir ahora no es precisamente, el hecho de que en algunos agro-mercados de La Habana, se pueda adquirir esta vianda otra vez, sino que ha llegado de forma tan subrepticia, después de tanto tiempo (¿meses, años?), que ha cogido a las personas “fuera de base”.

Como todo lo que ocurre en esta isla nuestra –divino o profano, nadie sabe si esta llegada repentina será por poco o mucho tiempo, así que, como lo que importa es el ahora, todo el mundo sale en bandas a comprar papas.

Incluso yo. Y no es que yo sea demasiado diferente a los demás como para involucrarme en la compra de este tubérculo delicioso. Lo que sí soy es alérgico a las colas. Las colas nuestras de cada día. En las que salen a relucir las esencias, lo inesperado, lo oculto y lo demostrado del carácter del cubano.

He tenido que ir al mercado de mi barrio a comprar papas. Y lo hice porque necesitaba darme el placer de un buen puré, de un delicioso asado, de unas incomparables papas al vapor, o hervidas, o con pollo, o como sea que se prepare. Lo que no sabía era –ingenuo de mí, que tenía que enfrentarme a la cola.

La cola magnificada por las personas que marcaban puestos varias veces para comprar mucho, porque solo vendían 20 libras por personas –y luego revenderlas a sobreprecio. La cola interminable y gruesa, propensa a deshacerse y rehacerse como por intervención divina, y a duplicarse o triplicarse, en el peor de los casos.

Y en el peor de los casos tener que recordar quién había llegado primero, y hacerle entender a la señora que llegó hace media hora y ya quiere entrar a comprar, que uno está bajo el sol desde hace mucho más de una hora, y que no es posible que el hombre del pulóver rojo le haya dado el último a ella, porque me lo dio a mí.

Pero vale la pena el esfuerzo.

Lo que no pensé encontrarme, en otro barrio, un panorama aún más desolador que en el mío. La concentración enorme de personas recordaba aquellas que se hacían frente a la Tribuna Antimperialista. Y no solo por la cantidad de personas de civil, sino por los policías.

Incluso, una barricada frente a este mercado, hecha de enormes mesas de metal que se utilizan para exponer las mercancías al público. Una barricada para evitar la aglomeración, para atajar al oportunista que pretendiera colarse.

Y no pude evitar que vinieran a mi mente las imágenes del Holocausto…

Imagino que esto llegue a una final feliz, si el abastecimiento de papas retoma su rutina de años atrás. Comeremos papas sin sabor a colas o empellones. Y las comeremos todas las semanas.

Francisco Castro

Francisco Castro: Todo se vuelve más simple cuando uno cruza la línea de los treinta años. Que no significa que sea más fácil, sino más bien, todo lo contrario. Ahí estoy yo, del otro lado de la línea, tratando de averiguar, con lo poco que sé de arte, política, economía…, vida, cómo seguir sin romper algunos juramentos que parecían esenciales, cómo no claudicar, cómo hacer de los años vividos, un faro hacia el futuro.

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16 thoughts on “El melodrama de las papas en La Habana

  • Esto solo tiene un nombre: Miseria

  • Hace menos de una década la papa estaba liberada y disponible en casi todos los mercados. Ahora vuelve a ser objeto perdido, reafirmando la noción de que la agricultura cubana sigue obedeciendo a los espasmos de la naturaleza, o vaya uno a saber qué fuerza inexplicable del más allá. ¿Quién pone la cara para explicar el acontecimiento y, sobre todo, brindar una solución factible?

  • La agricultura cubana no es víctima de ningún espasmo de la naturaleza o fuerza del más allá. El problema tiene nombre y se llama Fidel Castro y su banda de cuatreros.

    ¡Gracias Fidel!

  • isidro:

    ¿Explicaciones? Primero sacas aceite de una cabilla; y no busques fuerzas en el más allá, que las causas son muy terrenales: Pésima gestión, poco estímulo al trabajador agrícola; y, para hablar como los marxistas, “cero liberación de las fuerzas productivas”.

  • Es la “papa nuestra de cada día”, las colas, la escases, la libreta de desabastecimiento, los altos precios de los productos alimenticios, la doble moneda, los bajos salarios, los monopolios estatales, etc. El modelo estatalista asalariado burocrático e hipercentralizado, un capitalismo monopolisa de estado que han querido pasarnos por socialismo, algo que nadie del pueblo quiere, pero que sirve a los intereses de la alta burocracia y la nueva derecha cubana en el poder.

  • Tengo noticias que la disponibilidad de los productos agrícolas va en aumento en la isla. Pero lo que no baja son los “altos precios de cada día”.

  • Tony:

    Una de las características del desastre cubano, ha sido siempre, y continúa siendo que nunca ha habido disponibilidad de todo (Hablo de las cosas normales e indispensables, no de lujos). Cuando hay una cosa, falta la otra, y viceversa. Mi abuela decía, antes de irse de Cuba, que, cuando en un país escaseaba el papel sanitario, la cosa estába muy jodida, y que eso se lo dispararía otro, pero ella no. Y se largó.

  • Francisco dijo “…Lo que no sabía era –ingenuo de mí, que tenía que enfrentarme a la cola…” hazte el extranjero Pancho jejejejejeje

  • A principios de los 90 fui testigo presencial de un hecho que me dejó sobrecogido: Nos llevaron a un campo repleto de papas en las afueras de La Habana, y casi la totalidad de los cientos de voluntarios abandonaron los surcos en menos de dos horas, para irse a beber ron y a dormir la siesta a buen recaudo de los árboles, negados a trabajar más por el resto del día. Otros cargaron de tubérculos sus bolsitas y se marcharon por donde llegaron. Los sembrados quedaron repletos de toneladas de papas pudriéndose a la intemperie. Sólo unos pocos permanecimos por pura verguenza ajena. Me imagino que si esas tierras hubieran sido de algún guajiero eso no habría sucedido… En fin, que la conciencia era verde y se la tragó el consabido chivo…

  • Es la “papa caliente” que tiene Cuba arriba ya por 5 décadas. De verdad Francisco que te asombraste que tenías que hacer cola?, es que no ha sido así toda tu vida? . Honestamente es como para que todos los cubanos supieran ya, de quedarse quietos en base, el cubano no ha tenido jamás una estabilidad, siempre ha tenido que vivir bajo una incertidumbre y una zozobra . Que horror de sistema y que poder tan fuerte el de ustedes aceptar esa miseria constante, Uff.

  • Isidro:

    Por supuesto: Si ese campo hubiera sido de un guajiro, juégate lo que quieras que tú, ni nadie tendría que ir a recoger las papas. Se ha dado el caso que un campo de papas particular ha producido más papas que uno estatal dos veces más grande. Yo he visto un naranjal entero en el piso (Parecía que habían puesto una alfombra amarilla) , por allá por Caimito, por no haber nadie que lo recogiera. Era un campo estatal, por supuesto. I gualmente he visto al Don Carlos tragarse un campo de malanga entero, pór la misma razón.

  • Conclusion , abajo La Dictadura!!!

  • Yo también lo vi. Y no se podía recoger ninguna porque era del gobierno. Allí se pudrieron.

  • Uhmmm…Bueno, y ¡Abajo el Bloqueo!… vaya, para ir emparejando la bronca (je,je..)

  • Este articulo me dio deseos de comer papas, me voy al mercado mas cercano a comprar diez libras, sin colas, sin policias y sin perros. No, no estoy en Cuba… vivo en el capitalismo feroz e inhumano.

  • Isidro:

    El bloqueo no tiene nada absolutamente que ver con que un naranjal ya en sazon se deje pudrir en el piso, ni con que un campo de malanga se lo trague la mala hierba: El mal gobierno y la ineptitud, si

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