El Rock en Cuba

Por Fabiana del Valle

HAVANA TIMES – Dos adolescentes subían la Calle Real de Pinar del Rio rumbo al “Pista Rita”. Apenas resaltaban entre la masa negra y gris. Una de ellas intentaba ocultar su mirada neófita estirando el vestido prestado que insistía en subir por sus muslos y mostrar más de lo permitido.

Corría el año 1999 y a las 6:00 pm de ese día iba a tocar Zeus. Las calles fueron ocupadas por jóvenes de pelo largo, tatuajes y piercing. Desfilaban camisetas, vaqueros ajustados, cinturones con tachuelas, zapatillas, botas altas y chaquetas sin mangas con múltiples parches.

Las chicas fueron a disfrutar su primer concierto en vivo. Al romper el hardcore corrieron a refugiarse en el escenario por miedo a terminar aplastadas contra los muros del anfiteatro. De allí intentó expulsarlas el organizador del evento, pero la adolescente del vestido prestado se impuso.

“Mira a ver cómo nos bajas de aquí porque en la “molotera” esa no me pienso meter”.

¡Pero qué odioso le pareció el grandulón! Por su amiga supo que era el director de Tendencia, la banda más reconocida de la provincia en ese momento.

¿Quién le diría que un año más tarde estaría haciendo headbanging en uno de los videos de Tendencia, que sería el “Kiko” quien organizara su primera exposición de Artes Plásticas en la galería de la Asociación Hermanos Saiz y viviría como testigo privilegiado el secreto éxodo de la banda en 2022?

Era 1999, su entrada oficial como seguidora del rock cubano fue un vestido prestado y enfrentarse a un “tipo” que le daba miedo. Aunque esto les hizo ganar un puesto en primera fila, justo al lado del batería de la banda para disfrutar las redondeadas nalgas de Dionisio el vocalista de Zeus quien sin pudor alguno bajó sus pantalones al ritmo de “Violento Metrobús”.

El rock en Cuba tiene una historia de altos y bajos. Siempre limitado y semi-clandestino debido a la desaprobación oficial.

En un discurso pronunciado en 1963 en la escalinata de la Universidad de La Habana, Fidel Castro expresó claramente su desprecio por esas manifestaciones influidas por modas extranjeras, como la música de Elvis Presley, los pantalones estrechos de mezclilla o “blue jeans” llamados “pitusas”.

“… Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos (RISAS); algunos de ellos con una guitarrita en actitudes “elvispreslianas”, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre”.

En años más recientes la actitud del régimen hacia el rock se ha suavizado, no sólo en relación con artistas locales y latinoamericanos sino también de origen anglo. Rick Wakeman, Sepultura, Audioslave y Rolling Stones se presentaron en La Habana en grandiosos conciertos que arrastraron a fanáticos de todo el país.

Pero un nuevo fenómeno se ha presentado en los últimos tiempos. Varias bandas comenzaron a emigrar a los Estados Unidos. No es la primera vez que el rock cubano sufre los estragos de la crisis económica o la migración. Solo que en esta ocasión predomina el pesimismo.

Los golpes de los años 90 demostraron fortaleza en el género y el apoyo incondicional del público. La situación actual presenta a una nueva oleada de bandas que intenta subsistir en un país con carencias y un mundo donde el rock y el metal han perdido terreno.

Por el momento ante esta escena solo queda escuchar la música de todas esas bandas que una vez disfruté en vivo. Rememorar historias: la de aquel concierto de Tendencia donde sufrí mi primera descarga vagal, el viaje junto a Médula y la Comisión Depuradora, las fotos con Aldo el de Los Aldeanos o mi viaje clandestino al interior del Hotel Nacional para conseguir varias fotos junto a los integrantes de Sepultura.

Voy a guardar cada momento vivido y seguir adelante como en aquella primera ocasión cuando con un vestido prestado descubría junto a mi amiga el valor del rock cubano y la sensibilidad de sus seguidores.

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