El Pacto

Pintura de Fabiana del Valle

Por Fabiana del Valle

HAVANA TIMES – No creo en el destino. Un poder sobrenatural inevitable e ineludible para guiar mi vida hacia un final no escogido va contra el libre albedrío o libertad que defiendo. Pero esta historia es sobre una pareja, ellos creen en el destino y en otras cosas.

Amanda solo había conocido el amor romántico, ese que nace en la expectativa de una persona cercana encargada de otorgarnos satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado al individuo objeto de dicha expectativa. Viven incompletos sin el ser amado.

Ella se complementa en sí misma, por eso le había sido difícil establecer relaciones a largo plazo.

Es una mujer independiente, nunca necesitó ser mantenida por un hombre. Criar en este país a su hija de diez años sin ayuda de nadie es un ejemplo del tipo de chica a la que me refiero. La vida no ha sido condescendiente con ella y no se lamenta. No importa cuántas veces caiga al final siempre logra levantarse.

Todo cambió luego de dar la espalda a una relación asfixiante. Aún se cuestiona cómo pudo tener vínculo romántico con alguien egoísta que exigía tanto y entregaba poco. Me refiero al respeto, no a los aportes económicos si bien tampoco el varón tuvo algún tipo de iniciativa en ese sentido.

Su hija al verla triste le exhortaba a buscar novio. ¿Será que traemos arraigado desde niños la teoría de “un clavo saca otro”?

En una ocasión estaban viendo memes en Facebook, la niña repitió la máxima. Amanda señaló la foto publicada por uno de sus amigos virtuales, uno de esos que apenas conocía de vista y con quien nunca había cruzado palabra ni en la plataforma, ni en la vida real.

Este -dijo- es el que va a ser mi novio. No quiero ningún otro –rieron.

He aquí donde entra el “destino”. Una semana después el chico le escribe a través de Messenger. Deseaba comentarle sobre una publicación suya muy interesante. ¡Claro fue una excusa! Esto dio lugar al intercambio de mensajes, video llamadas que fueron animándolos cada vez más hasta ser necesario concretar un encuentro físico.

Dantes es incomparable, distinto a todos los hombres que he conocido. Recorrió en el pasado caminos diferentes a los nuestros, en sus aventuras aprendió a ver las cosas desde otro ángulo. Tiene la firme convicción de que las personas se deben sentir íntegras y completas por sí solas. ¿Comprendes? –me dice.

También para él fue complicado encontrar alguien que lo acompañara en su punto de vista. Advirtió en Amanda la compañera con quien podría compartir satisfacción sexual y vinculación afectiva a un mismo nivel.

Le ofreció una relación con total igualdad de género en cuanto a las relaciones de poder, en cuanto al dar y recibir emocional, no el idílico amor eterno en el cual ella había dejado de creer hace tiempo.

Crearon un acuerdo a lo “Cincuenta Sombras de Grey”. Allí anotaron las cosas que serían aceptables o no dentro de la relación, no obstante con el tiempo han ido tachando algunos puntos y agregado otros.

Ante la familia y el resto de la sociedad deben llevar todo esto en secreto. A pesar de las redes sociales, el flujo excesivo de información y un Nuevo Código de la Familia en Cuba muchos temas continúan siendo tabú. Solo las personas más cercanas conocemos el estilo de vida que adoptaron, los respetamos por eso.

Han logrado salir adelante en esta Isla, pero como muchos otros sueñan con escapar un día. Sobreviven a pesar de las necesidades, la agonía diaria de abrir los ojos y descubrir que siguen aquí.

Sin necesidad de mentiras, traiciones o egoísmo, distribuyen obligaciones y placer por igual. Obvio, sé que la perfección no existe. Ellos también han tenido momentos de dudas, también se han sentido inseguros.

Ahora comparten sus vidas con los pies sobre la tierra. No importa cuánto dure la relación, aprovechan el tiempo que les corresponde al máximo, eso los hace fuertes, seguros y más cerca de saborear los cortos momentos felices destinados a los nacidos en Cuba.

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Fabiana del Valle

Fui una niña que soñaba con colores y letras capaces de lograr las novelas más leídas o esos poemas que conquistan a corazones rebeldes. Hoy cerca de los cuarenta, con los pies firmes en esta isla, dejo que el pincel y las palabras sean eco de mi voz. Esa que llevo apretada, prisionera de las circunstancias y mis miedos.

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