Pensamientos de fin de año para Cuba y Nicaragua

Foto: Indira Rivero

El remedio que siempre han buscado es aprovechar los conflictos geopolíticos a cambio de mucha palabrería y algunas ayudas para sobrevivir.

Por Circles Robinson

HAVANA TIMES – El año 2022, como era previsible, ha sido un año de despedidas. En Cuba y Nicaragua, los dos países que más cubrimos, la partida de familiares, amigos, socios, colegas, vecinos, etc. se ha convertido en una experiencia agridulce.

Dulce porque admiras su valentía y les deseas lo mejor para tratar de escapar de la represión o simplemente empezar de nuevo en una nueva tierra y ayudar a los que quedaron en casa. El lado amargo proviene del miedo a los peligros involucrados y de ver cómo su país hipoteca su futuro. Las familias divididas son una tremenda tragedia para un país.

Fidel Castro logró abrir una brecha en las familias cubanas y el régimen de Ortega/Murillo está haciendo lo mismo con los nicaragüenses. De todos sus delitos, este es probablemente el más generalizado y duradero y uno por el que no serán procesados si la Justicia finalmente llega.

Al terminar 2022, un sentimiento acentuado en estos dos países (y hay otros como Venezuela) es el de la no esperanza por cualquier cambio que los aleje de la dictadura totalitaria. La gran mayoría de las poblaciones operan en modo de supervivencia tratando de esquivar cualquier cosa que llame la atención a quienes los observan, ya sea en el lugar de trabajo, el vecindario o la comunidad.

En el caso de Nicaragua, las decenas de grupos de oposición con sus líderes y principales activistas en el exilio parecen bastante domados. El año 2022 ha sido silencioso para ellos. Los medios independientes rara vez los cubren porque hay poco que cubrir. En cambio, las noticias están llenas de artículos sobre la migración y una mayor represión en casa, incluidas las pésimas condiciones de los presos políticos.

Mientras tanto, Ortega/Murillo fortalecen su control del poder sin un final a la vista. Los analistas internacionales intentan convencernos -y tal vez a ellos mismos- de que las escandalosas violaciones de los derechos humanos y la furia virulenta del régimen contra Estados Unidos y Europa están provocando una erosión constante. Sin embargo, después de casi cinco años de abusos y “debilitamiento”, parecen cada vez más arraigados. Las ilusiones por sí solas, sin ninguna alternativa real, no han producido ningún cambio.

Cuba vuelve a sangrar profusamente. Durante muchas décadas, el sangrado nunca se detuvo realmente, pero ha habido puntos altos y bajos y el año en curso fue el mayor estadísticamente. La escasez crónica de alimentos básicos y productos de higiene, medicinas y casi todo lo demás, más los apagones rutinarios y el casi colapso de la producción nacional en todos los renglones, crean un panorama desesperante.

La sociedad de dos niveles, los que tienen FE (familiares en el extranjero) y los que no, es desgarradora y justo lo contrario del sueño de una sociedad supuestamente igualitaria.

El Partido/Gobierno Comunista pide más sacrificio a la envejecida población cubana, en un país que hace tiempo que sólo conoce el sacrificio. La prosperidad prometida siempre está a la vuelta de la esquina que nunca llega. Y nunca lo hará, si continúan repitiendo los mismos errores con ajustes menores y mal administrando la economía sin rendir cuentas a la población.

El remedio que siempre han buscado es aprovechar los conflictos geopolíticos y hoy esto significa dejarse utilizar por Rusia, China e Irán en sus batallas reales y virtuales con Estados Unidos y Europa, a cambio de mucha palabrería y algunas ayudas para sobrevivir.

No he mencionado los centenares de presos políticos en ambos países, donde simplemente compartir una opinión crítica en un medio social o independiente equivale a traición. Nos hemos acostumbrado tristemente a que estar en prisión significa tortura, trato inhumano, cargos fabricados y largas sentencias para las víctimas.

Las tácticas mafiosas de arrestar y acusar a los familiares de quienes están injustamente encarcelados o en el exilio es uno de los nuevos elementos crueles que se emplean para provocar un aumento del miedo y la desesperación en la población.

Después de haber vivido mucho tiempo en ambos países y teniendo muchos amigos, familiares y colegas allí y en el exilio, es profundamente triste no poder pensar en algo esperanzador para el próximo año. Como dije en mi comentario de abril 2022 sobre Nicaragua: ¡espero sinceramente que se demuestre que estoy equivocado!

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