Las moscas del agro mercado

Ariel Glaria Enriquez

Esta soy yo.
Esta soy yo.

HAVANA TIMES — En el techo de cinc de un agro mercado de la habana dos moscas conversan.

Mosca I : ¿No has conocido al moscón argentino? Tiene a todas las moscas del basurero que parecen unas estúpidas imitando el acento argentino. Por eso hace días no me poso por allá. La última vez lo escuche decir que La Habana es un paraíso, que en Buenos Aires hace mucho frio, la carne no se corrompe y no hay perros muertos en las calles.

Mosca II: Tu no le dijiste que aquí abundan los perros pero no se ven las vacas.

Mosca I: Tendrás que decírselo tú. Yo ni siquiera se la forma que tiene una vaca.

Mosca II: Te fijaste. Cambiaron el pomito que cuelga arriba de la carne. Al anterior ya ni me acercaba. Tenía miedo quedarme pegada y me cogiera una araña. Les tengo más miedo a las arañas que a un periódico torcido.

Mosca I: Mira, mira, ese es el moscón argentino. Viste que grande. Con tres como él, ahora que hay escases, se nos jode el agro. Vamos a posarnos en los cables.

En los cables.

Mosca I: Ahí viene la viejita que vive contigo.

Mosca II: Frotándose las patas delanteras: Un día le oí decir que daba cualquier cosa por un vaso de leche de vaca. Yo estaba encima de ella, en la cadena de la lámpara, se me aguaron todos los ojos.

Mosca I: Me lo habías contado.

Mosca II: Ayer le tumbaron media libra de boniato. Por eso traje a mis sobrinos y llené el agro de moscas. Yo me siento muy bien en su casa. Como vive sola el baño esta siempre sucio. Una vez se apareció una trabajadora social. A la tercera visita se quería quedar en la casa. Los vecinos la sacaron. Ellos son la única ayuda que tiene y mientras no limpien el baño yo soy feliz. Voy a ver que compra. Vigila al moscón argentino.

Veinte minutos después mosca II regresa al cable.

Mosca II: Compró un pedazo de calabaza. El dinero no le alcanzó para una cabeza de ajo. El vendedor escogió el ajo más pequeño y se lo dejó a mitad de precio. Antes la vi comprar un pedazo de costilla de puerco. El carnicero, por el mismo precio, le vendió un pedazo viejo. Lo conocí porque todos los días me frotaba las patas en el. Si no fuera porque a este no le importa que nos posemos en la carne buscaba a mis sobrinos.

Mosca I: Hablé un rato con el moscón argentino. Se froto las patas cuando vio la carne sin congelación. Dice que eso no se ve ni en la pampa. No parece una mala mosca.

Mosca II: Yo lo vi dentro del agro. Posado en la yuca.

Mosca I: Viste como subieron el precio de los frijoles y las habichuelas y la gente a contar otra vez el dinero y después de pagar dan hasta las gracias. Me gustaría saber qué piensa de esto el moscón argentino.

Mosca II: Ahí viene mi pareja. Acordamos vernos arriba de la carne. Hasta luego.

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Ariel Glaria

Ariel Glaría Enriquez: Nací en la Habana Cuba en el año 1969. Soy orgulloso portador de un concepto en peligro de extinción: habanero. No conozco otra ciudad, por eso la vida en ella, sus costumbres, dichas y dolor son el mayor motivo por el que escribo. Estudie la especialidad de Dibujo Mecánico, pero trabajo como restaurador. Sueño una habana con el esplendor y la importancia que tuvo.

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2 thoughts on “Las moscas del agro mercado

  • ¡Genial! Me gustó mucho.

  • Muy bien, que asco las fotos!

Comentarios cerrados.