De un entierro y un velorio en La Habana

Ariel Glaria Enríquez

HAVANA TIMES — Hace unos días, en una esquina de La Habana, Luis me habló sobre un entierro y el ultimo velorio donde estuvo. No lo había vuelto a ver desde que publique, en octubre , mi primera crónica sobre él , en el velorio de mi tía.

“Anoche me enteré de un entierro en Guanabacoa en el que la caja no cabía por la boca de la fosa”, comenzó. “La trajeron de Estados Unidos y era una talla más larga. Después de dos horas, bajo un sol tremendo, decidieron meterla vertical. Me lo contó el esposo de una sobrina del muerto, el tipo piensa que el cuerpo no quedó de pie. Luis se tapó un bostezo. “Más cosas, que no te dije en el funeral de tu tía, pasan en los velorios”, continuó.

“Hace dos noches, por ejemplo, en la funeraria de La Víbora, en la capilla donde estaba, la caja parecía fuera de lugar. Cuando intentaron levantarla, aquello tembló como un flan. Casi no tenía clavos y por la tapa del fondo se veían los codos del muerto”.

“Yo no lo había mirado, pero por la cantidad de menudo que calló, supe que era un viejo. Imagínate lo demás. Alguien de otra capilla ofreció una plancha de plywood que tenía por Centro Habana, pero no tenía clavos. Cuando llegó el plywood aparecieron los clavos y hasta un martillo, faltó el serrucho. Bueno, la cosa la resolvió un carpintero en chancletas que vivía en la esquina y entró a la funeraria preguntando por cigarros. Solo faltó barnizarla, hasta las chapitas de los lados parecían de oro cuando el hombre terminó. Serían como las dos de la mañana.”

Caja mortuoria lista para usarse

“La familia no sabía cómo pagarle. A mí, que solo ayudé a cargar el muerto, recoger el menudo del piso y barrer un poco, me atendieron como a un miembro más. El café y el cigarro no me faltaron y antes de irme me dieron una propinita y una pizza”.

Después de otro bostezo Luis comentó. “En casos como esos la gente prefiere no quejarse. Saben, aunque no lo digan, que morirse es solo un día y por un día, que además es el último, de qué vale ya quejarse de algo o a quién”. La frase la terminé yo, pues a Luis se le ahogaron las palabras en un largo bostezo.

Ariel Glaria

Ariel Glaría Enriquez: Nací en la Habana Cuba en el año 1969. Soy orgulloso portador de un concepto en peligro de extinción: habanero. No conozco otra ciudad, por eso la vida en ella, sus costumbres, dichas y dolor son el mayor motivo por el que escribo. Estudie la especialidad de Dibujo Mecánico, pero trabajo como restaurador. Sueño una habana con el esplendor y la importancia que tuvo.

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8 thoughts on “De un entierro y un velorio en La Habana

  • Pues estimado Ariel. Aumentando tu crónica de horrores necrológicos en la Mayor de Las Antillas. He de decirte que me acabo de enterar de que una señora, a quien yo apreciaba, murió recientemente en su casa de muerte natural; y su familia: pobre y de clase obrera sin recursos por demás, cuando llegó la ambulancia para llevarla de medicina legal a la funeraria de Calzada; le pusieron su mejor ropa y zapatos, Pues cuando ellos llegaron al centro funeral, el cadáver estaba totalmente desnudo en la caja y por mucho que protestaron !Nadie dió la cara! Así que tuvo; uno de ellos, que ir hasta la casa !bastante distante del sitio! buscarle su miserable ropita del diario y resvestirla de nuevo. Esto es un hecho real, reciente y ocurrió en el maravilloso socialismo cubano ?A dónde vamos a llegar? El Lapón Libre.

  • Por Dios!, esos cuentos se dicen y no se creen. Qué salvajada.

  • Hace como dos meses falleció el padre de un amigo mio, en plena funeraria se le fue el fondo a la caja y a esa hora mi amigo tuvo que salir a buscar clavos y un martillo; nada, cosas macondianas!

  • La ironia de la.gran.estafa de la “revolucion cubana” sabemos que habian personas muy pobres que no podian.comprar el.ataud y eso es muy doloroso, pues bien tambien.sabemos que habian ataud muy lujosos para personas adineradas, en una brillante estrategia de marketing de los “revolucinarios” en un tema tan delicado como es el funeral de nuestros seres qjeridos decidieron la gratuidad de los servicios funerarios y el resultado es como todo lo que ha tocado la revolucion (todo) lo convirtio en una falta de respeto, de humanidad, de burla de mendicidad, las funerarias en estado precario en ruinas, los ataúdes. burdos y toscos cajones miserables, las.flores.ni hablar. Que desprecio nos tienen nuestros.gobernantes, cuanto han humillado y se han.burlado.de todo un pais

  • Macabro.

  • Bueno con estas historias se puede hacer el guión de Guantanamera segunda parte. Creo que lo del entierro vertical se puede llevar al forum de ciencia y técnica de Servicios Comunales pues alargaría la vida útil de los cementerios e indiscutiblemente mejoraría aún mas la Huella Ecologica de Cuba.

  • Gloria, un chiste de los años 60 relacionado con lo que comentas: ¿ Cual es el colmo de un gobierno ? Se rinden…. Matar un pueblo de hambre y regalarle la caja.

  • SIMPÁTICO CUENTO A PESAR DEL TEMA APARENTE. ME HACE RECORDAR A ONELIO JORGE CARDOSO, EL GRAN CUENTERO NUESTRO.

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