Caridad

Los “Tavos”

Yordanka Almaguer

Tavo es el diminutivo de Octavio.

Como el ICRT hace bastante rato que hizo mínima su producción de telenovelas, en estos meses repiten un policial famoso hace unos años: “Día y Noche”. En esta serie hay un personaje conocido como EL TAVO, que es un agente de la PNR que suele infiltrarse en las filas de la oscura delincuencia cubana de la década del 90.

Antes, aquí, a los que solían “soltar la lengua”, “echar para adelante”, traicionar (o como quiera que se le llame al acto de denunciar a un semejante) los conocíamos como CHIVAS (por ese animalito que dice Beeee escandalosamente) o chivatos. Desde que el Tavo se coló en las pantallas de nuestro TV, agregamos su nombre a los sinónimos del chiva.

Les cortaremos la cabeza

Yordanka Caridad

Hospital Maternidad Obrera, Marianao, Havana.  Foto: Caridad

“En el mundo la industria farmacéutica es un negocio lucrativo, sin embargo en Cuba se encarga de brindar salud y bienestar al pueblo, sin reparar en los costos.”

Eso dice la periodista en el televisor, mientras las imágenes muestran unos laboratoristas super limpios, manipulando un montón de pastillitas.

¿Desde cuándo la salud de un pueblo se garantiza con pastillas?

¿Es un pueblo más saludable el que más pastillas, a menor precio, consume?

Estoy harta de escuchar sobre los grandes sacrificios que tiene que hacer Papi-Estado por nosotros –hijos-malagradecidos. Estoy harta de que me hagan sentir una inútil que no produce nada y, en cambio, recibiré medicinas gratis si me enfermo (cáncer, SIDA, hipertensión o cualquier extraño síndrome) o si tengo un accidente.

Las confesiones de Aniri: El Voyeur

Yordanka Caridad

Intimidades -  Photo: Caridad

A todos les dan un uniforme: pantalón oscuro, camisa clara y a veces una simpática corbata que no usan ni policías ni militares ni nadie dentro del sector de los uniformados. Es como si a ese ejército civil que conforman los comúnmente conocidos como Custodios, le quisieran dar ese toque tragicómico de los payasos.

Hay varios de ellos en cada centro laboral de relativa importancia. A veces solo hacen guardia nocturna, para evitar robos. Otros están colocados a la entrada del centro, incluso en instituciones culturales, y se arrogan el derecho – o a lo mejor alguien se los dio – de impedir la entrada o mal informar (que su trabajo no es dar la bienvenida ni ofrecer información).