Lo que no alcanzo detrás de las cercas
Las calles son más estrechas, la gente se mira menos y la lluvia parece querer diluir cada caminante haciéndoles agua de sus canales. ¿Ámsterdam no es la misma? Yo no soy el mismo.
Leer másLas calles son más estrechas, la gente se mira menos y la lluvia parece querer diluir cada caminante haciéndoles agua de sus canales. ¿Ámsterdam no es la misma? Yo no soy el mismo.
Leer másAntes desconfiaba de los hombres que llevaran pañuelo en el bolsillo. Cuando digo antes quiero decir mientras vivía en Cuba. No puedo explicar qué tenía contra los pañuelos.
Leer másNakamura iba a verme al bar una vez a la semana. Es de esos qué cuando preguntas por ellos la gente solo puede decir: es un tipo tranquilo. Había hecho mucho esfuerzo para llegar a ese punto.
Leer másTanaka no se creía nadie especial. De hecho nunca había pensado si su vida tenía o no algo de valor. Respiraba al despertar más que para animarse a levantar, para convencerse que aún seguía ahí. No tenía ninguna afición, me dijo. Par de veces le hizo de caddy al jefe.
Leer másLuego de un atrasado comienzo de primavera hoy hace un calor de verano. Sentado en el autobus que me lleva a casa respiro con gusto el frío del aire acondicionado. Es un frío seco y sólido. De plano una sensación de agradecida parálisis golpea el cuerpo y los suspiros ocupan el lugar de los pensamientos. Quisiera quedarme así, digo a mi reflejo en el cristal de la ventana.
Leer másEl bufón en la cuerda floja. El rey mira desde el trono. El bufón, con los ojos vendados, adivina cada paso. El rey, en éxtasis, espera la segura caída. ¿Quién reina más alto? ¿Quién es el bufón? ¿Quién tiene los huesos rotos aún antes de caer? Yo sigo andando, un paso buscando el siguiente, otra cosa no sé hacer.
Leer másEdificio en Ibaraki, mi nueva casa. Cuarta planta. Al final del pasillo, costado de una puerta ajena. Miro la luna roja entre cables y techos de otros edificios no muy altos. Tengo residencia en Japón por tres años. ¿Qué significará eso?
Leer másAlgo parecido a un viejo boulevard, pero este bajo techo. Tiendas a los lados. Un camino largo y varios ramales pequeños y más estrechos.En el ambiente dos olores conocidos. Un olor a noche que conocieron mis huesos durmiendo en cualquier sitio de La Habana. Otro olor, el de la naftalina propia de los negocios de 60 años o más.
Leer másFue el 31 de diciembre, año 2009. Supongo un mundo lleno de gentes con grandes expectativas para el nuevo año. ¿Será esto cierto? No sé, en algún puerto perdí esa carga. Hago lo que tengo que hacer cada día, como puedo, como siempre.
Leer másCon una mano doy golpes a una pequeña tumbadora. Con la otra bebo café. La cabeza vuela lejos, no sé dónde. Entonces recuerdo. Los golpees en la puerta del hotel. Aún en la niebla del sueño abro. Está ella parada frente a mí. Su sonrisa, de la que un día me burlé.
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