Irina Echarry

Chapa Numero 40787

Irina Echarry

Malecon de La Habana.  Foto: Bill Hackwell

Cuando se habla de la violencia contra las mujeres en Cuba, hay que decir que las que viven fuera de la capital son las que peor situación tienen. Allí, el machismo (de ambos sexos) es más fuerte, las costumbres cambian menos que en la ciudad, hay menos opciones laborales y una serie de condiciones socio-económicas y culturales que posibilitan las conductas de agresividad hacia ellas.

Hace unos día, al subir a la guagua mis ojos tropezaron con un hombre vestido de uniforme que “jugaba” (esa fue la primera impresión) con su “novia.” Ella, sentada; él, de pie a su lado. El modo de apretarle el cuello con todo su brazo me pareció muy tosco para un juego. Enseguida comprendí de qué se trataba la cosa.

Marcas ¿en la piel?

Irina Echarry

La bijirita de Nena.

Me gustan los tatuajes. No todos, por supuesto. En mis años de adolescente me pareció gracioso un dibujo minimalista que vi en algún catálogo. La foto mostraba el pubis de una muchacha, un muñequito con una segadora que “cortaba” el césped de bellos púbicos. Pensé que si algún día marcaba mi piel con algo, sería con esa imagen.

Pero no me decido. Pienso que pudiera aburrirme del diseño que me haga y luego estaré arrepentida. Como le pasó a Carlos Miguel que lleva en el hombro izquierdo el retrato del Che. Le gustaba su figura, lo veía como un salvador, un luchador por las causas nobles.

Nunca ha estado tranquilo con la calidad del dibujo que le hicieron, cree que le falta la mirada profunda de las fotos, la que hace que muchos lo admiren y otros lo tilden de buen actor frente a las cámaras.

Fumar o la soledad

Irina Echarry

Anuncio que promueve fumar.  Foto: Irina Echarry

La cajetilla de cigarros en primer plano, blanca, roja y azul. Un grupo de muchachos alegres tomados de las manos, al fondo unas letras que dejan claro su intención de venta: Soy Compañía.

Si algo distingue a cada una de las generaciones que conviven en la isla, además de la falta de fe en un futuro mejor, es la soledad. Los cubanos y cubanas no escapamos del angustioso vacío que vive dentro de cada ser humano de este mundo adverso.

Ya sé que habrá muchos que piensen que tengo una visión amarga y deprimente de la vida, pero es normal que frente a la incomprensión, la frustración de los deseos o la falta de comunicación con el otro nos sintamos solos.