Autor: Ariel Glaria

“Macundo” en la campiña habanera

Hay recuerdos que el tiempo hace que parezcan menos reales. Como esos fue aquella madrugada sobre el muro de un puente que cruzaba un río. Para entonces pasaba el servicio militar y me había fugado la tarde anterior y regresaba a la unidad.

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Crónica en tiempo fílmico (II)

La cámara pasa del rostro del hombre de cincuenta años, que lleva mochila y gorra, a los rostros de las gentes que junto a nosotros esperan a que se desocupen las banquetas en la cancha del Coppelia.

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Crónica en tiempo fílmico (1)

Andando por el Vedado en estos días de fresca temperatura en La Habana y vencidos ciertos obstáculos de la memoria, decidí tomar helado en Coppelia. Mi primera sorpresa, al llegar, fue no encontrar las tediosas colas en la acera de la avenida 23 o la calle L.

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Siempre las mismas cosas

Roberto es un viejo vecino que siempre me habla de las mismas cosas. Las mismas cosas me repite Julio, otro viejo vecino, y en esas mismas cosas estoy pensando yo siempre.

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Sexo y canciones

Como todo el mundo, entre las cosas más frecuentes que he oído hablar y de las que, también, he aprendido algo, están las relacionadas con el sexo. Algunas se remontan a los días de mi niñez.

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Una historia común de solares habaneras

Juan Mariscal, a quien los niños del barrio apodamos el Oso por tener la espalda llena de pelos, fue un comunista de línea dura y espejuelos de pasta que siempre criticó nuestra educación y el compromiso ideológico de nuestras familias cuando escuchaba quejarnos de los muñequitos rusos.

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Noticias del Neolítico

La vida en un solar o en un edificio de La Habana es semejante a la de una aldea del Neolítico más desarrollado, en el que durante el día no pasa nada, pues todos se encuentran cazando o recolectando lo que más tarde se llevarán a la boca.

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Cuba en cartas del siglo 19

Con la necesidad de abrazar un mundo más grande, el 31 de enero de 1851, proveniente de Nueva Orleáns, a bordo del vapor The Philadelphia, sin otra compañía que sus baúles llenos de libros, carboncillos y cartulinas de dibujante, arriba al puerto de La Habana Fredrika Bremer. (44 fotos)

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Maya o el nombre de una flor

La muchacha salió de la oscuridad. “Hola, desea compañía”. El extranjero la miró de arriba abajo. No era muy alta. Tenía una bonita sonrisa y era muy joven. Parecía ajustarse bien a sus propósitos.

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